Las especulaciones dicen que la rivalidad entre Yoongi y Hoseok se debe a que a Yoongi le atrae la novia de Hoseok. Pero en realidad, a Yoongi no le interesa en absoluto tener nada con ella, sino con Hoseok.
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A pesar de que continuaba reservándose aquel momento increíble e íntimo con Hoseok, los amigos de Yoongi lo notaban más extraño que nunca; relajado y al mismo tiempo excesivamente tenso, nervioso y ansioso.
Distraído fumaba una calada tras otra en tanto miraba al frente en ningún punto en específico bajo la sombra de un árbol de olivo, como de costumbre.
Jimin intentaba decifrar lo que le sucedía a su amigo con tan solo mirar su gesto, pero el pelinegro se mantenía neutro aunque la angustia brillara en sus ojos.
Pero entonces Hoseok apareció en su campo de visión y rápidamente la mirada de Yoongi se posó en él; admiró su manera tan sofisticada de vestir, llevando sobre su cuerpo en ese momento, una hermosa camisa negra y pantalones ajustados en color café oscuro.
Todo a su alrededor desapareció para Yoongi, pues toda su atención había caído por completo en el chico que lo tenía tan enamorado.
Desafortunadamente, pronto la felicidad momentáneamente de verlo, había desaparecido cuando, al lado de Hoseok, Jinnie se colgaba de su cuello en tanto parecía convencerlo de algo.
Su ceño se frunció lentamente, algo que de inmediato Namy y Jimin se percataron.
—Yoongi, guarda la calma —susurró su amiga, sentada a su lado, dejando un apretón en el codo.
E intensificando su mirada en ellos, inesperadamente sus ojos se encontraron con los de Hoseok, quien enseguida desvaneció la sonrisa de sus labios. Y como si todo comenzara a transcurrir en cámara lenta, Hoseok no apartó la mirada de él, pero esta vez no había molestia ni furia de su parte, sino algo más que Yoongi no pudo entender. Pero definitivamente Hoseok no estaba enojado.
—Yoongi, ya basta —agregó Jimin en voz baja—. Si él viene, no permitiré que te lastime.
Pero el pálido no escuchó nada de las palabras de sus amigos, pues solo deseaba correr junto a su amor para asegurarle que no tenía nada de que preocuparse, que todo estaba bien.
Pero Hoseok siguió su camino junto a su novia, y dejando de mirarse, se perdió de su visión.
—Amigo, ¿estás bien? —preguntó Namy, agitando la mano frente a la cara de Yoongi.
Este llevó sus ojos a ella y en medio de un suspiro, asintió.
—Estoy bien, Nam, descuida...
—No, no lo estás, no te conocimos ayer, Yoongi. Realmente espero que pronto te enamores de alguien libre y que te corresponda, así dejarás de amar a ese idiota —mencionó Jimin, poniéndose de pie.
—No lo llames así —exigió sin levantar la voz, quedándose sobre el césped.
—Voy a llamarlo como me dé la gana, ahora lo único que falta, es que peleémos por su jodida culpa —alegó, sintiéndose muy molesto y frustrado por no poder ayudar a su amigo a dejer de verse y sentirse como un muerto viviente por culpa de Hoseok—. Realmente deseo tanto que dejes de amarlo porque Hoseok no merece tu amor... ¿nos vamos, cielo? —estiró una de sus manos, ofreciéndola a su novia.
