Capítulo 6

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Capítulo 6

Seguía observando la corbata y el vendedor le preguntó si la iba a probar en los vestidores y Black negó con la cabeza. El vendedor se alejó para ayudar a Samuel, pues necesitaba elegir un traje de gala para recibir el año nuevo. Su padre le había dado dinero para eso exclusivamente.

Black veía de reojos como su amigo se probaba centenares de trajes, que según sus pensamientos uno le quedaba mejor que el otro y se veía provocativo. Era un chico que se ponía cualquier cosa le quedaba fenomenal y como tenía un ego para morirse, entonces se sentía bien.

El décimo traje fue el que compró, era gris completamente hasta los zapatos eran de ese color, específicamente unos mocasines italianos hecho a la medida de su gran pie.

Salieron de la tienda y Black se sintió mal de no obtener esa corbata que tanto quería. Era arrepentimiento, pero sabía que no podía estar gastando dinero de su ahorro y tampoco quería que Sam se lo comprase. Fueron a la feria donde comieron en Wendy's dos hamburguesas cada uno, con papas fritas y refresco. Pidieron el helado y se quedaron hablando de tonterías sin sentido.

— ¿Vas a pasar año nuevo en tu casa? —preguntó Sam.

—Sí.

Black no estaba de humor para celebrar a lo grande un año nuevo, tenía mucho en que pensar. Primero hablaría con su padre, era vital la conversación pues ya se estaba hartando de tener que irse a otro lado porque su papá traía chicas todos los días. No le convenía estar si en realidad se la pasaba metido en los dormitorios de la facultad.

Sam no sabía muy bien como decirle a su amigo que se moría de ganas por recibir el año junto a él, pero Celia le había ofrecido quedarse en su casa, idea que Sam podía descartar mintiendo que se sentía mal y al fin y al cabo mentira no era, pero le podía romper el corazón a Celia. Ya ni sabía en que estaba pensando, tenía muchos sentimientos encima que tenía que desahogar tarde o temprano. Se sentía culpable de haber aceptado ser novio de aquella chica, al principio si le gustaba y perdía el interés cuando la veía.

Fingir tampoco era lo ideal. Sam estaba mintiendo a cada rato y no podía seguir así. Incluso en varias ocasiones, le había dicho que estaba en el hospital haciéndose los exámenes cuando en realidad estaba con Black jugando PlayStation en su casa.

—Vámonos. Mi madre me está esperando, papá esta alterado no se dé que.

— ¡Sam! —era la hermana de Celia que corría en los brazos de su cuñado. Black se hizo el loco y se fue a ver una tienda de dulces cerca de donde estaban.

—Hola, Win. ¿Qué haces por acá?

—Compras para la fiesta del 31, ¿vendrás no? Puedes invitar a tu amigo, que por cierto está demasiado sexy —dijo Win sonriente buceándose el trasero de Black, que estaba entretenido con el helado—. Está demasiado apetitoso. Me gustan los japoneses. Tanto que hablas de él que era imposible no reconocerlo.

Sam se le revolvió el estómago, sabía exactamente como se sentía Black cuando él mismo mencionaba a Celia.

—Tengo que preguntarle y te aviso.

—Yo misma le puedo preguntar.

Win era mediana, una chica picarona y que se vestía con faldas, short sexy para llamar la atención de los hombres. Amaba el rostro de Black y eso que era la primera vez que lo veía.

—Hola —saludó Win sonriente y Black se quedó sin habla, la chica era hermosa pero no le gustaba para nada. Hizo un gesto amable para que ella no se sintiese mal y saludo con voz seca—. Soy la cuñis de Sammy y vamos a hacer una fiesta, y puedes venir para morderte esos labios japoneses.

Black & Sam © (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora