Capítulo 36

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Capítulo 36

Vinz estaba nervioso con aquel reto. No sabía si lo podía lograr, ya que Sam se daba cuenta muy rápido de las cosas. Pensó en rendirse, pero al final decidió aceptarlo. Se levantó y fue hasta la habitación donde Sam estaba durmiendo. Se puso la ropa de su hermano y se acostó en su respectiva cama. Soñó que besaba a Sam y al levantarse, comprobó que era irreal lo que estaba viendo. Se estrujó los ojos y fue directo a darse una ducha. Necesitaba calmar su respiración y concentrarse en el trabajo que tenía que hacer cuando fuesen las 7 de la mañana.

El agua corría por todo su cuerpo, pensaba constantemente en heridas del pasado. Cuando su padre lo regañaba por llegar tarde, los gritos, las peleas, los moretones en la espalda, las incontables ocasiones en que durmió fuera de su casa para no verle la cara, el día en que conoció a Haimi y se sintió seguro con el mundo, volviendo a ser el mismo de siempre. Al culminar el baño, se vistió con la ropa de su hermano gemelo y se acostó pensativo sin poder conciliar el sueño.

Aun los gritos de su padre retumbaban en la cabeza y necesitaba sacárselo para poder pensar claramente en el reto propuesto por los demás. Ni siquiera se dio cuenta que Sam estaba despierto y lo miraba con tristeza.

— ¿Estás bien? —preguntó Sam a Vinz quien seguía inmóvil y con los ojos abiertos.

—No —dijo secamente Vinz.

— ¿Qué sucede? Nunca estas así.

—Estoy bien, Sam. No insistas, por favor —alzó la voz sin reconocerse a sí mismo—. Feliz cumpleaños, Sam. —Vinz cerró los ojos intentando recordar toda clase de cosas que le había dicho Black acerca de cómo actuar y las palabras correctas hacia Sam.

—Gracias.

—Debes bañarme, Black. Lo prometiste y sabes que soy el consentido en este momento.

¿Por qué me pasa esto a mí? Claro bien salido que soy y por querer ayudar cuando no se que demonios estoy haciendo.

Sam se quitó toda la ropa dejándola amontonada encima de la cama. Vinz se tapaba los ojos pues no quería ver el cuerpo desnudo de su cuñado, ya del solo hecho de imaginárselo así, le causaba vómitos. Cerró nuevamente sus ojos y confió en su instinto. Salió rápidamente de la habitación para el cuarto donde estaban las chicas.

—No puedo, no puedo.

—Black nunca lo ve y siempre actúa seco con él. Tu puedes —lo alentó Penélope.

Volvió a la habitación, y Sam estaba en la ducha sufriendo un poco para bañarse. Se puso un gorro y fue hacia el baño para ayudarlo sin verle las partes íntimas. Ya había tenido esa clase de experiencia con algunos pacientes y era de lo más normal, pero con Sam era distinto. Enjabonó hasta donde podía y cerraba los ojos cuando Sam intentaba voltearse y darle un beso. Al finalizar, Vinz salió todo empapado y con el ceño fruncido. Ya estaba logrando esa actitud que tenía su hermano en muchas ocasiones cuando se mojaba sin querer.

Para que el chico no lo viese entro al baño y se cambio de ropa por segunda vez. La que estaba mojada la lanzo al lavandero y allí permaneció en el balcón sin expresión de diversión. Odiaba estar serio.

— ¿Me ayudas? Quiero ver a mi muñequita.

Vinz lo levantó colocándole las muletillas en cada brazo, le abrió la puerta y Sam fue poco a poco hasta la habitación en donde estaba su familia. Nanami dormía en los brazos de su abuelo.

—Black, que gusto verte por aquí —dijo la madre de Sam. Vinz no decía nada y solo asentía con la cabeza. Permaneció parado y observando cómo se reían a carcajadas por los chistes de Basf—. Tiene los ojos de Sam cuando era pequeño.

Black & Sam © (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora