Capítulo 48

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Capítulo 48

El amanecer pintaba un roce entre anaranjado y plateado, era impresionante como empezaba a emerger en el cielo claros toques de belleza. Aquel paisaje le traía paz interior. Volvió a caer en cama cuando Black le pasó el brazo hacia su cintura, de manera que lo atrajó lentamente. Veía el rostro de su novio y comprendía porque lo amaba tanto. Esa baba que caía en la almohada, las incontables voces que decía mientras dormía y lo adorable que se veía sereno era el autentico Black Takeshi Lee.

Así parecía un ángel japonés muy tranquilo, se notaba la serenidad en la mirada y el fulgor de sus mejillas coloradas. Paso la mano por su cabello enredándose con las yemas de los dedos y sonrío. Adoraba verlo así. Se veía demasiado angelical.

Se levantó para lavarse la cara e irse a la academia, pues debía preparar todo para el acto de grado de sus alumnos. Se puso cómodo porque la elegancia seria en la noche y no quería estropear el traje de gala.

Le dio un beso en la frente a su novio.

Cariño, salí a la academia. Al teléfono le queda poca pila, aun así me llevare el cargador y veré si puedo cargarlo en el trabajo. Regreso tarde. Si quieres puedes venir. Te amo,

Sam

Dejó la nota encima de la cama y salió disparado.

Estaba entusiasmado porque su vida se estaba haciendo mucho más sencilla, ya que al vivir con Black las cosas habían cambiado a tal punto que las discusiones habían disminuido lo suficiente para que la tolerancia estuviese presente.

Aceleró el paso y continuó por el estrecho camino. Había un par de personas que discutían en la vía y solo se insultaban porque uno había chocado al otro sin querer porque no lo había visto por el retrovisor. Con impaciencia, se metió por otro camino para llegar mas rápido y así no tener que dar una excusa sobre lo ocurrido. Una vez que llegó a la academia ya los alumnos estaban listos para preparar el teatro con lujos y detalles.

Arreglaron gran parte de la entrada y las sillas las pusieron enumeradas. Al culminar empezaron con los ensayos de varias canciones que habían practicado en los últimos días y la práctica se extendió hasta las 6 de la tarde.

Sam estaba nervioso porque tendría que bailar delante de todo el mundo y además dar un breve discurso de aliento a sus amados alumnos. Tragó saliva mientras se colocaba el traje de gala. Lucia bien, bastante presentable para ser exactos y era una buena señal que todo podía mejorar en su vida.

Lejos de no tener a su hermano, se sentía cómodo y feliz, ya no tenía que dar explicaciones a su madre sobre su decisión y habían dejado de hablar desde el fallecimiento de Basf. Se limitaba a llamar a Penélope para preguntar por su sobrino y hasta allí. No necesitaba comunicarse con nadie de su familia, ni siquiera había llevado a Nanami con sus abuelos paternos. La madre de Trish visitaba a la nueva familia para ver a su nieta y así el lazo se fue fortaleciendo.

Apretó los dientes y sintió una holeada de calor intensa en todo su cuerpo. Recordarse de todo eso le había causado daños la última vez y no quería volver a desmayarse. Buscó uno de esos caramelos que la niña le metía en su bolso y se trago dos enteros. Lavo su cara y salió cuando estuvo totalmente preparado.

No era fácil concentrarse y debía hacerlo de inmediato. Nadie debía notar su extraño comportamiento.

La ceremonia se celebró con éxito. El discurso de Sam fue breve y preciso sin tantas palabras rebuscadas. Los bailes dieron la talla y los representantes agradecieron al profesor Johnson por la organización del mismo.

Su celular no había sonado, le quedaba exactamente 20% de batería y se había olvidado de cargarlo. Se preguntó en dónde estaría Black y si aun seguía dormido o si estaba con Nanami en alguna parte. Tecleó el teléfono rápidamente y en ningún repique contestó.

El primer lugar que fue a dar: Galería de Arte Contemporáneo. Nada el chico no estaba allí. El segundo lugar: Hospital Central, tampoco estaba. Recorrió la ciudad entera y no había nada. Lo último que se le ocurrió fue Memphis. Empacó lo necesario y se llevo a Nanami consigo. Seguramente había ido a buscar ese "algo" o quizás a finiquitar asuntos importantes sobre esa casa.

— ¡Sam! —era Vinz impidiéndole el paso en medio de la carretera. Vinz había visto salir a Sam al hospital en donde trabajaba y lo estuvo siguiendo hasta ese momento. El chico se bajo un momento mirando hacia los lados. Vinz estaba vestido de médico y tenía el cabello alborotado, los ojos hinchados y los labios demasiado pálidos—. ¡Lo encontramos! ¡Sígueme!

Sam condujo detrás de Vinz y su corazón lo tenía demasiado acelerado. Como todo estaba oscuro no se sabía a dónde iban, además no había indicios de edificios o casas. Se preguntaba que le había pasado a Black y porque Vinz estaba vestido de médico y tenia esos ojos llorosos.

No te vayas a morir, cariño pensó Sam concentrando en contener las lágrimas.

Al llegar al destino se bajó tomando de la mano a su hija y corriendo como un loco desquiciado. Todo estaba apagado y no sabía por dónde ir. Al llegar al centro de algo, las luces se encendieron rápidamente y vio como Black estaba vestido completamente de blanco y una banda musical a sus espaldas. Se acerco hacia Sam y lo beso con intensidad.

Era un salón decorado con blanco y negro, flores en cada esquina, mesas pequeñas con gente a su alrededor. No encontró a su familia y al menos se alegró un poco, no quería tener drama y lo único que necesitaba era ser feliz.

When your legs don't work like they used to before
And I can't sweep you off of your feet
Will your mouth still remember the taste of my love?
Will your eyes still smile from your cheeks?

Darling I will be loving you till we're seventy
And baby my heart could still feel as hard at twenty three
And I'm thinking about how
People fall in love in mysterious ways
Maybe just the touch of a hand
Well me I fall in love with you every single day
And I just want to tell you I am

Era como si un ángel le estuviera cantando. Amaba su voz. Amaba cada palabra de la canción. Lo único que hacía era reírse y sonreír con desespero. Lo amaba como el viento ama estar desplazándose por el sendero de un camino lleno de rosas. Lo era todo para él. Era su vida, una parte de hielo y fuego.

—Te amo, Samuel Johnson. Eres mío para siempre. Señoras y señores, mi esposo Samuel Johnson. 

Black & Sam © (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora