Capítulo 16

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Capítulo 16

Sam estaba en el garaje practicando, tenía la música a todo volumen e inconsciente de lo que sucedía a su alrededor. Intentaba hacer el mortal y había fracaso 3 veces seguidas. Se había quitado la camisa por el calor y solo tenía un pantalón deportivo y sus zapatos.

Volvió a intentarlo de nuevo y el mortal le salió bien. Seguía los pasos del video musical, pues la canción que tenia no lo había ayudado en nada. Colocando el video en el máximo volumen posible, podría aprenderse mejor los pasos y aun así sentirse liberado. Con todo lo que estaba pasando en su cabeza, no era nada bueno. Estaba preocupado por millones de cosas y eran superfluas, nada importante.

Amarró su cabello con una cola, pues sudaba demasiado. Pasos hacia atrás y hacia adelante, rodar en el piso con un pie levantado. Hacer de robot. El puente, saltar hacia atrás y viceversa. Giros rápidos y lentos. Seguía los pasos de uno de los videos que había colocado, se paraba cuando no se sabía uno y se limitaba a buscarle la vuelta. Lo repetía 3 veces más para aprenderse el paso.

Paró un momento, porque escuchó la voz de su madre, pues lo necesitaba en la cocina. "Ya voy" le dijo el chico apagando los equipos y se colocó la camisa que tenia puesta antes de bailar. Tomó los audífonos y se los colocó, mientras caminaba bailaba muy contento. Fue hasta donde su madre y le dió un beso en la frente, ella le indicó que se los quitara, pero él había entendido otra cosa que no tenía nada que ver con eso. Sam se quitó los audífonos y escuchó lo que su madre le iba a decir. Le dió instrucciones de que se bañara, luego colocara la mesa porque iban a tener invitados especiales esa noche. Sam fue hasta su cuarto a bañarse.

Cuando salió, decidió colocarse algo más elegante, pues no sabía de quien se trataba esta vez, además si eran gente desconocida al menos tenía que estar presentable. Un traje de gala que su padre le había comprado hace dos meses. Decidió no ponerse la corbata porque le apretaba demasiado. Salió disparado de su cuarto con los audífonos puestos. Colocó la mesa según las instrucciones de su madre.

Su madre culminó la preparación de la comida especial. Era japonesa y Sam frunció el ceño, no es que le gustaba sino que le parecía extraño, pues su madre jamás había hecho una comida de Japón y se intrigó un poco en saber porque lo haría. Sam pensaba que seguramente eran clientes de su madre y por lo tanto iba a hacer algo importante. Los audífonos los dejó en el mueble sin ver a nadie. Quizá su felicidad le impedía ver más allá de sus ojos.

Sam saludó a la novia de su hermano y también a otra chica (amiga de Penélope), quien estaba emocionada de ver al chico. Melinda estaba vestida con un vestido de flores y llevaba unos tacones altos.

Alguien tocó el timbre y su madre fue abrir para recibir al resto de los invitados. Como Sam estaba concentrado hablando con Melinda, no escuchó la voz de la persona que se aproximaba hacia él. Entre risas y malos chistes por parte de Sam, Melinda no paraba de reírse, le gustaba muchísimo Sam.

Sunshine —saludó Celia y Sam se levantó. Abrazó a su amiga que estaba muy guapa también y la invito a sentarse—. Ese color te queda perfecto, Sammy. ¿Sabes quién viene? Tu madre anda emocionada y no comprendo por qué.

—No lo sé. Yo estaba en el garaje y mi madre me llamo. ¿Tú sabes algo? —preguntó Sam a Celia y sus ojos brillaban intensamente. Celia sabía quién era la persona que venía, pero no quería ser evidente y tampoco le quería decir, ya que era una tremenda sorpresa.

Los invitados misteriosos eran de origen asiático. Su madre presentó a todos y había un chico de cabello negro que estaba detrás de ellos, llevaba un traje negro y unos zapatos blancos, tenía la mirada fija en el chico rubio de la mesa. Eran unos amigos de su madre, muy íntimos y venían de Japón precisamente.

Black & Sam © (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora