Siempre que te parezca bien a ti

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Noemí sabía perfectamente quién dormía con quién en las habitaciones, cuántos de nosotros pasábamos la noche acompañados y con qué persona.

Y nunca decía nada, nunca comentaba nada más allá de los reiterados avisos de precaución; «Tened cuidado de no subir ningún vídeo que hayáis grabado en las habitaciones, porque es uno de los pocos sitios que realmente os pertenece»

Y era cierto. Cualquier vídeo que grabáramos en las habitaciones tenía más información nuestra que un día entero en el canal 24 horas.

Era nuestro espacio.

Ese, y las duchas.

     - ¿Te vas a lavar el pelo? - Violeta, ataviada únicamente con una toalla, me sacó del ensimismamiento una vez más.

     - ¿Qué? - conseguí responder mientras volvía a meter toda la ropa en el armario.

     - Que si vas a entrar ahora a las duchas y quieres que te espere, que Martin y Juanjo acaban de salir y están vacías.

Los baños estaban a rebosar de gente entrando y saliendo, de personas dando gritos y danzando a nuestro alrededor. Pero yo sólo podía pensar en que Violeta me estaba pidiendo que me duchara con ella.

Directamente a mí.

Ya nos habíamos duchado juntas mil veces, aquello no era otra cosa que una academia con muchos alumnos que compartían vestuario, pero nunca después de... lo de anoche.

     - Sí, - le dije finalmente -  ve yendo, que voy a coger mis cosas.

Fui a por el neceser, toalla y ropa lo más rápido que pude y entré apresurada en las duchas. Violeta ya estaba dentro.

Al entrar reparé en que una espesa columna de vapor de agua salía de la última ducha, la más cercana a la ventana, así que me acerqué despacio.

Cada ducha estaba separada de manera individual por un fino muro de losa blanca y a la que se accedía abriendo una puerta de plástico transparente. 

Me detuve al llegar a la entrada y me quedé mirando la puerta a medio cerrar.

     - Ya estoy - dije en voz alta, primero para anunciarme y segundo porque no sabía qué hacer.

     - ¿Y por qué no entras? - me dijo Violeta abriendo del todo la puerta.

Solté la toalla y entré con ella.

     - Dime la verdad - me metí debajo del agua -.

     - ¿Sobre qué? - preguntó mientras cogía el champú.

     - ¿Me has pedido que entre porque sí o para hablar?

     - ¿Tú qué crees, Kiki? ¡Es uno de los pocos sitios donde nadie nos oye!

      - Vale - le quité el bote de champú de la mano - pues adelante, habla todo lo que quieras.

La situación, más que cualquier otra cosa, era graciosa. Íbamos a dialogar acerca de por qué no había problema en liarnos mientras nos lavábamos el pelo.

  Violeta sonrió.

     - ¿Quieres que hable o... - se acercó a mí sugerentemente - ... quieres que hagamos otra cosa?

Me puso los dedos índice y anular en el centro del cuello y los deslizó hacia abajo, muy despacio.

Yo no pude evitar reírme.

     - Violeta, por favor, habla - la miré a los ojos - que me desconcentras.

Levantó las manos en señal de redención y reguló la temperatura del agua.

     - A ver - hizo una pequeña pausa, pensando cada palabra que iba a decir - unos días antes de venir aquí, cuando ya sabía seguro que entraba, mi novia y yo hablamos largo y tendido de este tema y barajamos todas y cada una de las posibles situaciones que se podían dar aquí.

Era gracioso verla explicar todo aquello mientras se enjabonaba el pelo.

     - Y obviamente se planteó la opción - continuó - de que pudiera gustarme alguien o de que tuviera algún tipo de feeling con alguna persona, cosa que es perfectamente plausible porque pasamos 24 horas juntos todos los días y porque no sería la primera vez que p...

     - ¿Y qué dijisteis? - la interrumpí.

     - A eso voy, impaciente, dame un segundo - se metió debajo del grifo para enjuagarse el pelo - Después de poner sobre la mesa todas y cada una de las opciones llegamos a un acuerdo; si alguien me gustaba, si alguien me llamaba la atención como para plantearme algo, no habría problema en liarme con esa persona siempre que ella no tuviera que verlo.

     - Quieres decir, ¿siempre que no se viera en cámara?

     - Eso es - continuó - si no aparece en emisión, para ella no hay conflicto.

Me quedé pensativa unos segundos.

     - ¿Porque a ella no le importa o porque directamente no confía en ti? - quise toda la sinceridad posible -.

     - Si no confiara en mí no habríamos hablado de eso con tanta calma, - sonrió - a ella le da igual siempre que yo esté bien, pero no quiere que yo tenga que dar explicaciones en cámara de nuestra relación ni sobre ella, no quiere tener nada que ver ni tampoco quiere verlo.

Yo estaba tardando unos instantes en asimilar toda la información nueva y en conectarla con todos los puntos anteriores.

No podía descentrar el pensamiento de todo lo que había pasado antes de ese día.

     - ¿Por eso tienes tantísimos altibajos de comportamiento conmigo? - pregunté - ¿por eso a veces estamos bien y otras veces haces como si no estuviera presente? ¿Como si no me vieras?

     - Claro, amor, yo intento controlarme el 100% del tiempo pero a veces no puedo evitar abrazarte o darte cariño, me sale solo.

     - ¿Y a ti te parece bien?

     - ¿El qué? ¿Que me salga solo?

     - No, la decisión que habéis tomado.

     - Claro que sí, siempre que te parezca bien a ti - sonrió pícaramente -.

Volvió a acercarse a mí y, una vez más, cualquier cosa que yo estuviera debatiendo en mi cabeza se había congelado por completo.

 Acercó la cabeza para besarme el cuello y posó las manos en mis caderas. Yo la rodeé con mis brazos y pegué su cuerpo contra el mío mientras nos caía agua a la temperatura perfecta.

Una vez más y durante todo lo que duró ese momento, se me había olvidado todo lo demás.

     - Entonces - paró de repente y me sonrió - ¿a ti te parece bien?

La miré durante unos segundos, asentí en silencio y me besó. 

No me voy a autoengañar, no estaba del todo convencida de aquello porque, ¿qué pasaba si queríamos continuar? ¿Y qué pasaría si yo quería estar de verdad con ella? 

Pero no podía pensar, no podía calcular qué iba a ocurrir más adelante porque, una vez más, Violeta me estaba besando.

EL PACTO - Violeta y Chiara (OT) Kivi - KikiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora