Prométeme una cosa

3K 187 9
                                    


- ¿Yo qué te pedí, Kiki? ¿Qué fue lo único que te pedí? - me preguntaba Violeta con ojos tristes.

Yo ya no reparaba en si había más gente en las duchas aparte de nosotras o en si alguno de nuestros compañeros nos estaba escuchando. Llegadas a este punto me daba igual,  yo lo único que quería era volver atrás en el tiempo y reparar mi error.

Aunque Violeta me atravesaba con su mirada triste, su tono de voz era de completa decepción.

   - Ya lo sé Vio, perdón, pero creo que es muy injusto.

   - ¿Qué es injusto? - me cogió de la mano.

   - Que a ti se te pueda escapar, que me cojas de la cintura sin querer...

   - Kiki...

  - ¡Que me mires de la manera en la que me miras y pretendas que yo no reaccione!.

   - Kiki, sólo te pedí una cosa; que tuviéramos cuidado con los comentarios.

   - Y lo he hecho Violeta, sabes que he tenido cuidado.

   - Claro que lo sé, sé que lo has tenido y que lo intentamos constantemente, pero es que ese es el problema.

    - Sabes que me cuesta estar cerca de ti sin poder decir todo lo que pienso, sin poder apenas tocarte - hice una pausa para tranquilizarme - Ha sido sólo una frase, Violeta.

   - Y a mí también me cuesta, Kiki, pero no es sólo por nuestro pacto, es que desde ahora tenemos que tener cuidado con lo que enseñamos de nosotras, - Violeta dio un paso atrás - y ya sabes que no somos las únicas que estamos pasando por esto dentro de la academia.

   - Sí, ya lo sé, ninguno de nosotros debería mostrar más de la cuenta porque nos estamos exponiendo.

   - Además, no ha sido sólo ha sido una frase, es que una frase puede ser un punto de unión de un montón de comportamientos - se quedó pensativa durante unos segundos - por ejemplo un abrazo por sí solo no tiene por qué tener un significado, pero que te esté abrazando cada 10 minutos unido a esa frase tiene un significado completamente diferente.

   - Violeta, tú sabes que es difícil.

   - Es que si se nos está haciendo tan difícil, si tampoco podemos controlar esto creo que vamos a tener que hacerlo de otra manera.

 En ese momento se me rompió el mundo en mil pedazos.

   - ¿De qué manera? - la verdad es que no quería preguntar, sólo quería que me abrazara y que me dijera que todo estaba bien.

   - Esperando un poco, esperando a que salgamos y a poder estar tranquilas para estar juntas y estar bien, sin tener que estar pendiente de lo único que nos hace pelearnos, sin preocuparnos por nada. 

   - Pero yo no quiero esperar, yo quiero estar contigo ahora.

   - Ya lo sé, Kiki, pero te prometo que será mejor, que lo haremos mejor y desde 0.

   - Violeta, sólo ha sido una frase - se me empezaban a llenar los ojos de lágrimas y yo no quería llorar.

   - Ya lo sé, amor, pero también sabes que no es sólo una frase, que una frase es un punto de unión, y sabes que estamos tensas con esto - Violeta me cogió suavemente la cara - y yo no quiero que tú estés agobiada, yo no quiero que tengas que estar pendiente de mí y te descentres de lo que en realidad hemos venido a hacer aquí, no me lo perdonaría nunca.

Agaché la cabeza.

   - Amor, - continuó - van a ser sólo unos días y te juro que pronto estaremos pegadas como lapas las 24 horas. Juntas.

   - Vio, te prometo que me controlaré.

Violeta cerró los ojos.

   - No lo hagas más difícil, Kiki, por favor, no quiero que estemos tensas y que esto nos pueda afectar más - Violeta me cogió de la mano - es sólo un parón, te juro que es sólo un parón y volveremos más fuertes que nunca. 

   - ¿Y qué hago con las ganas que tengo todo el rato de tocarte? ¿Qué hago con todo lo que siento por ti? - me puse una mano en el pecho.

   - No lo tires, no te deshagas de ello; guárdalo aquí, mira.

Hizo como que cogía un pequeño objeto invisible con los dedos cerca de mi corazón, después sujetó mi mano hacia arriba y, despacio, me colocó el objeto invisible en la palma de la mano. Luego me cerró el puño y apretó con fuerza.

   - Puedes tenerlo aquí esperando un poco y sabes que yo también haré lo mismo - me enseñó el puño cerrado - solamente un poco hasta que podamos tener todo bajo control, hasta que podamos estar juntas de verdad sin que haya 10 mil cámaras a nuestro alrededor, sin que nada nos preocupe.

Automáticamente y sin ser consciente, comencé a llorar. Violeta me volvió a coger la cara.

   - Te quiero, Vio.

   - Y yo a ti, mi niña - me limpió las lágrimas con la mano - pero no llores, no hay motivo, verás que en unos días todo va a estar como siempre, todo va a ser como si nada.

Asentí despacio.

   - ¿Quieres que te abrace? - me preguntó.

   - Sí, por favor.

En cuanto noté su calor me rompí en mil pedazos.

   - Vio - conseguí decir.

  - Dime.

   - Prométeme una cosa.

  - Lo que quieras.

   - Que cuando salgamos vamos a estar juntas como si tú fueras mi apéndice.

  Violeta se rió.

   - Más que eso, vamos a estar juntas como si nuestra respiración sólo dependiera de la presencia de la otra, como si yo no pudiera existir si no es contigo, - me acarició otra vez la cara - te lo juro.

Violeta me besó una última vez y se metió en la ducha.


EL PACTO - Violeta y Chiara (OT) Kivi - KikiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora