"Amor encubierto"

Sargento al rescate...

Pov Amanda Rollins

Siempre dejo todo en mi trabajo, sobre todo cuando se trata de casos que me llegan.

Y este era especial.

Esa chica, a la que solemos identificar como víctima, estaba pasando por lo mismo que tuve que transitar yo.

Se encontraba en la trama de tener que denunciar a su jefe, pero de no querer hacerlo. Su trabajo lo era todo para ella.

Pero cuando se trata de un abuso sexual, se debería dejar por completo de lado la idea de que te tildaran de "provocadora" por "acostarte" con tu superior.

La gente suele ser demasiado hiriente y metida ante esas situaciones, y yo conocía muy bien eso.

- Pase por lo mismo que vos - Me frene para convencerla de denunciar, sobre todo de declarar en el estrado. - A diferencia tuyo, no tuve la valentía de llegar a estas instancias, simplemente me fui de mi trabajo, incluso de mi ciudad.

- Por esto, y desde mi experiencia, quiero ayudarte. - Ella parecía estar entendiendo lo que yo decía y afirmaba. - Sos muy capaz de declarar y de dejar en claro que él hizo esto y no debería poder hacerlo con nadie más.

La charla la ayudo muchísimo.

Amalia subió al estrado y la sentencia dictaminó que él era culpable y cargo con 20 años en la cárcel, porque decidimos no llegar a ningún trato.

El problema, para mí, inicio después.

Cuando él salía junto con dos policías acompañándolo, me arrime y lo encare.

- Tener superioridad en un puesto laboral, no te hace serlo para nada en otro ámbito de la vida. - Le dije extremadamente cerca y levantando la voz.

- Eres tan asqueroso como cualquier otro a los que sueles agarrar y como los que te encontrarás ahí dentro. - Me acerque lo más que pude para mirarlo a los ojos.

- Te aseguro, que ahí dentro, nada es como piensas. Siempre es mucho peor y más hacia un policía que abuso de una mujer.

Reí con bronca y lo empuje, provocando que la policía instantáneamente me alejé.

- Uf, otra detective subidita de tono. - Dijo él riendo. - Vuelve a tu puesto, a menos que pretendas volver a Atlanta.

Él sabía lo que hacía, entre superiores conocen y saben todo.

Mi enojo creció demasiado y me tire encima de él, superando a los policías a mi lado.

No llegue a hacer nada.

Olivia me tomó de la cintura casi en el aire y gritandome me volvió a la realidad.

- ¡Amanda! Que mierda te pasa. - De lo enojada que estaba nunca medí lo que estaba haciendo.

- Perdón Olivia, él me provocó y no medí nada, prometo...

- No me prometas nada y no acepto un perdón. - La morena estaba demasiado furiosa para mi gusto. - Quedas suspendida por 3 días.

¡No me puede estar pasando esto!

- ¡No Olivia! - No podía creer que me este haciendo esto, no ahora.

- ¡Si Amanda! Y ya mismo quiero que vayas a tu casa, no quiero verte en el escuadrón durante este tiempo. - Me miró fijamente. - No me provoques Amanda.

Agarre mis cosas, golpeando todo del enojo que sentía y me fui hacia el auto.

Grite todo lo que pude, el enojo no era con Olivia, nunca lo había sido.