06- Sus ojos azules

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-¡Llegamos a Campanella! ¡Arriba, Rousse*!- un grito la sacó de su sueño y se quejó por el ruido madrugador.

-¡Luc! Sal de aquí antes de que desenfunde mi espada.- gruñó ante el rubio que no se inmutó por el temperamento de su amiga y se despidió riéndose de ella.

Se restregó los ojos y se estiró, dejando escapar un bostezo. Se puso una camisa azul marino y unos pantalones gastados, ajustando su cinturón con destreza. Ya estaba acostumbrándose a esa vestimenta.

Atravesó el pasillo del barco, los sonidos del día comenzaban a llenar el aire marino. Escuchó voces resonando en la cubierta, la tripulación ya estaba activa, preparando el barco para la jornada. Abigail se asomó por la borda, el puerto de Campanella se extendía ante sus ojos.

La pelirroja observó a un joven marinero que se acercaba tímidamente a ella, luciendo nervioso.

-Buenos días, capitana, s-si no es mucha molestia... me preguntaba si podría acompañarla mientras explora la isla.-sugirió mientras jugaba con sus manos. Abigail sonrió, notando su ansiedad. No podía evitar recordar el día anterior, cuando le había ayudado con las velas. Aunque intuía que Luc había tenido algo que ver en la petición del joven, no le desagradaba la idea.

-¡Claro! Siempre viene bien una mano, ¿cómo te llamas?-preguntó con curiosidad, ya que aún no había tenido la oportunidad de conocerlo bien.

-Soy Jack, señora.-Su rostro se iluminó con una sonrisa nerviosa.

-¡Oh, por favor! No me digas señora, ni siquiera alcancé mis treinta.- se quejó por el apodo.

-¡P-per-perdón!-

Luc y Ana intercambiaron miradas mientras observaban a Abigail hablar con Jack. Ambos parecían tener una conversación silenciosa antes de dirigirse hacia la capitana.

-Abby, si prefieres yo puedo...-comenzó Luc.

Antes de que pudiera terminar, Ana intervino, con una chispa juguetona en sus ojos:

-Oh, Luc quiere decir que es un honor acompañarme por el puerto, ¿no es así?-dijo Ana mientras lo tomaba del brazo con decisión. Luc no pudo evitar soltar una risa nerviosa, jugando con el collar que llevaba.

-En realidad, yo... quería acompañarle para...-Luc miró a Abigail con una sonrisa, aunque ella pudo notar un destello de nerviosismo en sus ojos.

-Estaré perfectamente con Jack, no te preocupes. Estoy segura de que serás de mucha ayuda para Ana.-Abigail respondió sonriente, captando el intercambio de miradas.-Además, un poco de tiempo a solas le vendrá bien a ambos.- se despidió rápido alejándose de la pareja avergonzada mientras Jack buscaba seguirle el paso apresurado.

Abigail y Jack caminaban por el muelle del pueblo, donde la actividad matutina pintaba un cuadro colorido y ajetreado. La luz del sol bañaba los barcos y despertaba la vida en el puerto, aunque para la pelirroja, algo estaba oculto entre las sombras de esa animada escena. 

Mientras avanzaban entre la multitud, observó a lo lejos a un grupo de hombres que reían a carcajadas. Los observo bien, Abigail abrió bien los ojos cuando detectó un brillo peculiar: un destello dorado en la boca de uno de ellos. Ese resplandor le hizo sentir una punzada de alerta. Conocía ese detalle, sabía lo que significaba aunque fuera la primera vez que lo veía.

-Niño, abre bien los ojos.-Abigail advirtió, agarrando discretamente el brazo de su compañero.-Hay piratas rondando. Mantén la guardia en alto...-

Los hombres parecían ocupados con sus propios asuntos, pero Abigail notó que uno de ellos les echó una mirada curiosa antes de que el grupo continuara con sus risas y conversaciones. Ellos decidieron rodearles sin llamar la atención. Pero, la sensación de ser observada se intensificó cuando uno de los hombres, con una mirada furtiva como si les reconociera, los hizo retroceder en sus pasos. 

En el corazón del oceano - William Eilish / Billie EilishDonde viven las historias. Descúbrelo ahora