Capítulo 12

33 7 7
                                    

Contrario a lo que creía su hermana mayor, para Kody no era raro pasar las noches en vela enterrado bajo las sábanas, contando los hilos que conformaban cada uno de los pedazos de tela rectangulares.

Siendo una parca, él realmente no necesitaba dormir, es más, dormir estaba lejos de ser una necesidad básica como era para los humanos. En su caso era algo como un lujo, o quizás un pasatiempo sería una palabra más adecuada en su caso.

Él dormía porque hace mucho tiempo descubrió que era una manera de hacer que el pasar del tiempo fuera mucho menos lento. Solo cerraba los ojos hasta perder consciencia y cuando los abría horas habían pasado sin que él tuviera que pensar en ello. Las horas se aceleraban y pasaban suavemente como agua acariciando su piel, cuando estaba despierto sin nada que hacer las horas pasaban lentas y sinuosas como lijas arañando todos los lugares incorrectos de su espalda.

Después de pasar por aquella época donde no tenía nada mejor que hacer aparte de mirar a la misma mancha en la pared que no cambiaba sin importar cuánto la viera y contar una y otra vez los mosaicos que había en las paredes del baño como si no se supiera el número de memoria, dormir era la manera más fácil de pasar el tiempo.

Quizás era por eso que ahora le costaba tanto despertar. Después de tanto tiempo en el que se dedicó a solo dormir por horas y horas sin ganas de despertar para volver a ver las manecillas del reloj moverse, se acostumbró a dormir periodos largos de tiempo. Él sabía que si se dormía no iba a despertar fácilmente durante al menos diez horas.

Bueno, Emma y Gifflet eran —los únicos— capaces de hacer que se levantara antes de llegar a las diez horas, pero ellos eran casos especiales.

Kody no era fan de que interrumpieran sus largas siestas, así que en ocasiones que sabía que se tendría que levantar "pronto" prefería simplemente no dormir.

Así era más fácil.

Desde que su hermana mayor había llegado a la cocina aquel fatídico día a decirle que iba a atender a una escuela humana Kody no había dormido prácticamente nada, aunque estaba seguro de que sus hermanos pensaban que eso era todo lo que había estado haciendo.

No los culpaba, después de todo era cierto que todas las noches subía temprano a su habitación con el pretexto de querer ir temprano a la cama porque estaba cansado. Solo él sabía que en vez de sucumbir al mundo de los sueños en realidad iba a hacerse bolita bajo sus sábanas de franela recién lavadas.

Durante esas noches en vela lo más que llegaba a hacer era abrir un libro o dos. Incluso eso hacía poco por entretener su mente, era más probable que terminara viendo los símbolos en el papel como si fueran pequeños garabatos en vez de tratar de comprender la información que almacenaban dentro de ellos.

Kody era consciente de que era meramente su intuición y que no tenía muchos fundamentos, pero toda la situación le estaba dando mala espina.

Bueno, en realidad sí tenía muchas razones para creer que todo esto iba a terminar muy mal; como el hecho de que había una amenaza de guerra en Creamori, también estaba eso de que al parecer había un grupo de gente que quería apuñalarlo con una guadaña por estar maldito, y quién pudiera olvidar que su hermana mayor estaba a punto de mandarlos a una escuela con humanos como si eso no tuviera más probabilidades de acabar mal que bien. Eso sin contar que no vería a su papá por un par de meses como mínimo.

Extrañamente, no era nada de eso lo que estaba haciendo que sus extremidades se sintieran pesadas y tuviera constantemente la necesidad de mirar sobre su hombro para asegurarse que no hubiera nadie atrás.

Había algo que no estaba notando pero realmente no podía señalar de qué se trataba y eso lo estaba volviendo loco.

Fue así como acabó encajonando sus pensamientos en sus libros, esperando hallar la respuesta ahí, o al menos distraerse a sí mismo del sentimiento. Si no lograba averiguar qué era lo que lo causaba entonces solo era un distractor inútil al final del día.

Arrullo de la Muerte: OtoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora