Londres

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Diciembre, época navideña en muchas partes del mundo. Época donde las familias se reúnen, viajan a diferentes destinos para compartir y agradecer.

En Reino Unido, desde el 1ro. hasta el 24 de diciembre se celebraban en casa, era más bien una tradición entre familias donde se acostumbraban a comer ricos dulces de chocolate, adornar el árbol y la casa, y regalaban tarjetas navideñas a familiares y amigos. Y las calles con esas lucecitas parpadeantes daban el toque mágico por las noches.

Christian Horner había viajado con su esposa a Inglaterra para ver a sus familiares y era una oportunidad para conocer a los recién llegados a éste mundo, la familia había crecido un poquito más.

A mitad de diciembre, Horner y parte de sus familiares viajaron a varias localidades dentro del país para ver las decoraciones y eventos navideños, tomarse algunas fotos y hacer algunas compras de recuerdos. Su destino era Londres, no se encontraban tan lejos así que antes del anochecer ya estaban entrando.

Llegaron a una casa que era de un primo de su esposa, se quedarían a dormir ahí. Se instalaron en una habitación y más tarde salieron de paseo.

Había tantas cosas para ver, las luces en las calles eran hermosas, daban un aire realmente mágico, habría que verlo en persona para sentir esa emoción.

En un momento, Horner se distrajo y perdió de vista a los demás, no encontró ni a su esposa por el lugar. Tal vez se habían metido en alguna tienda. Buscó su celular pero recordó que su esposa lo había guardado en su bolso y por desgracia su cartera también. Traía algo de efectivo como para pagarse un taxi de regreso a la casa por si no encontraba a los demás.

Caminó un poco, volteando a todos lados esperando tener suerte de verlos por ahí, de vez en cuando se asomaba a las ventanas de los restaurantes, cafeterías, tiendas y bares de la zona, pero nada.

Sintió que ya había caminado un buen tramo, por una parte había sido bueno ya que el frío no se sentía tanto ahora.
Se quedó frente al ventanal de un bar, había una cabina de teléfono pasando la calle, así que fue y llamó a su propio celular con fe de que su esposa contestaría. Marcó y esperó...

— Por favor, contesta — se dijo a sí mismo en voz baja.

En eso alguien tocó una de las ventanas de la cabina y casi soltó el teléfono al ver a su amigo Toto Wolff, estaba sonriente. Lo saludó efusivamente y Horner también lo hizo, abrió un poco la puerta pero en eso contestó su esposa...

— ¿Sí? Diga —

— Geri, soy Christian —

— ¡Amor! ¿Dónde te metiste? Te hemos estado buscando ¿Estás bien? —

— Estoy bien. Caminé un poco para buscarlos pero no los encontré tampoco, y decidí llamarte, bueno, a mi celular. Olvidé que lo tenías tú — se rieron

— Dime dónde estás y vamos a buscarte — Christian miró afuera de la cabina y aún estaba Toto esperándolo

— No te preocupes, yo iré a buscarlos ¿Dónde están? — su esposa le dijo el lugar. Estaban esperando un show organizado por la ciudad, "Christmas Parade" dónde participarían niños y adultos con temas navideños, estaban casi en primera fila. Quedaron en que después del show se buscarían.

Terminó la llamada y salió de la cabina. Fue a saludar directamente a su amigo.

— ¿A caso estás siguiéndome? — preguntó Wolff después de saludarse con un abrazo

— Quisieras. Tú fuiste el que me encontró — le contestó — Vine con mi esposa y su familia a pasar un rato acá en Londres, en ésta época especialmente se ve grandiosa

¿Apostamos? (Horner X Wolff)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora