EXTRA ASHER

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En la vida siempre he pensado que cada acción tiene su reacción, eso mismo lo confirmo día tras días, no me considero del tipo sentimental, ¡Jesús! Ni siquiera me quiero imaginar verme detrás de una chica, enloquecido por ella, el amor en nuestro círculo social es solo un capricho, ya que desde antes de nacer nos tienen planeada la vida.

Nos traen al mundo, nos crían para continuar con nuestro legado, nos dejan en la niñez y adolescencia hacer lo que queramos, pero cuando llegamos a la edad de "sentar cabeza" nos consiguen una esposa, para tener hijos, hacer más grande nuestro patrimonio y continuar con la tradición. Si me preguntan, eso me parece que está sobrevalorado ¿Quién en su sano juicio sigue con la jodida idea de obligar a sus hijos a casarse con una mujer que la conocen el día que anuncian el compromiso? Bueno, al parecer somos pocos lo que pensamos que esa idea es una completa mierda. Ya que nuestros padres, aún siguen viviendo en los años 90 donde eso era el pan de cada día.

Tomo una toalla y me limpio la sangre de mis manos, miro a los tipos que tengo colgados y les sonrío. Están golpeados ya que han sido mi saco de boxeo por las últimas dos horas, mi gran amigo Cristopher, los mandó a cazar ya que se metieron con su chica e intentaron abusar de ella. No me tomó mucho tiempo encontrarlos y traerlos aquí, lo vi desde lejos darle una lección, cuando se cansó, me dijo que podía hacer con ellos lo que se me antojara, así que quise sacar toda mi frustración con ellos y henos aquí.

La única advertencia que me dio es que estuvieran vivos a la mañana siguiente, ya que va a enviar una amenaza a todo aquel que intenté volver a poner las manos encima de su chica.

Me sirvo un trago de tequila, dejo que el líquido queme mi garganta. Entiendo por qué Cristopher está tan obsesionado con la chica, es hermosa, tiene ese aspecto de muñeca, se ve frágil, pero es toda una fiera, siempre tiene algo con que responderte aun veas en su mirada el miedo.

Aun puedo sentir como su cuerpo chocó con el mío, como pude tenerla en mis brazos, aunque hubiera sigo por unos cortos minutos, tiene una piel de porcelana, y unos bellos ojos grises. Casi igual que los míos, aunque los de ella son mucho más claros que los míos.

-Ya no más – Siento el quejido de uno de los cobardes.

Me giro y me lo quedo viendo. Sacudo la cabeza, esto nos va a traer un poco de problemas, pero nada que no podamos solucionar.

-Ya aprendimos la lección, solo por favor ¡Basta! – Otro quejido.

Camino nuevamente hacia ellos. Estoy todo sudado, necesito un baño, otro trago y follar.

-¿Tienen miedo? – Me burlo.

-Solo déjanos ir.

Chasqueo la lengua, la gente siempre cree que puede hacer las cosas sin pensar que cada decisión que toman en la vida trae su consecuencia.

-No los puedo dejar ir – Les digo.

-¿Por qué? – Chilla uno.

-Cristopher tiene otros planes para ustedes – Me encojo de hombros.

Me giro y camino hacia la salida, no quiero estar un minuto más aquí, necesito darme un baño, cambiarme la ropa, y salir a divertirme. Quizás está noche pueda despejar un poco más la mente y olvidarme de todo lo que me trae cargar la corana que quiero llevar.

Camino por el pasillo que hay antes de llegar a mi oficina, mi familia es dueña de todos los clubes nocturnos de la ciudad, tenemos negocios legales, y bueno... uno que otro no tan legales, cuando me gradúe podré hacerme cargo de ellos, pero sé que todo tiene un costo y aunque estoy dispuesto a pagarlo, no puedo evitar estresarme por aquello que voy a perder.

Me enamoré del chico maloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora