[🌲]Si es rubio, es alfa | Omegacember

|¿Lo entiendes?

❄️2 de diciembre: VOZ.
❄️Ship: Johnlock (Sherlock x John)
❄️John (alfa), Sherlock (omega).

John había llegado al 221B después de una agotadora jornada en el hospital. Como alfa, siempre había tenido una reserva de paciencia y tolerancia, pero esta vez Sherlock se había encargado de agotarlas.

Abrió la puerta, notando tranquilidad en la sala principal, todo lo contrario a lo que se oía por el lado de la cocina. John caminó hasta ahí, encontrándose con un panorama caótico. Frascos de vidrio rotos, comida esparcida escapada de sus recipientes, utensilios de cocina en desorden y una muestra del inicio de un pequeño incendio ya apagado, decoraban la estancia.

Aunque ya estaba acostumbrado al desorden de Sherlock, esta vez había traspasado el límite de lo tolerable, pues sabía que la razón de todo ello, era la búsqueda de las sustancias que Sherlock solía inyectarse cuando estaba aburrido, y que John había confiscado a sabiendas de eso, pues no habían tenido noticias de ningún caso en las últimas dos semanas.

El rostro de John se irradió en ira, sus cejas se fruncieron y una fiera mirada salió de sus ojos. Necesitaba que Sherlock entendiera que había cruzado una línea y que sus irresponsables acciones no serían toleradas.

—¡Sherlock! —Exclamó, dejando escapar un gruñido— ¡Esto es el colmo!

Sus brazos se pusieron a lado de sus caderas, su postura corporal era firme, un recordatorio a Sherlock de que aquel alfa había pertenecido al ejército. Esa voz severa, también era una buena muestra de ello.

Sherlock permanecía de pie, observando a John con expectativa. El omega se había estremecido ante la poderosa -y recriminatoria- voz.

Se quedó quieto.

—¿Estabas buscando esas malditas drogas, no es así? —Volvió a alzar la voz.

Sherlock bajó la cabeza, su omega interno afectado por la voz de aquel alfa, sintiéndose pequeño ante el regaño.

John se percató de eso y se sintió culpable. Suspiró dejando salir parte de su enojó con ello.

Se acercó a Sherlock y lo miró fijamente a los ojos.

—Lo siento, pero te necesito a salvo, Sherlock —susurró con una mezcla de preocupación y aunque aún con autoridad.

Sherlock asintió en silencio, entendiendo las palabras de John. Sabía que el instinto alfa de John (y Jonh fuera de su género secundario), siempre velaban por su seguridad. Entendía que John se había preocupado y que se había enfadado por la insistencia del consumo de drogas, que se traducía en auto-hacerse daño, para John.

—Prométeme que utilizarás tu enorme y brillante mente para cosas más productivas y menos destructivas —Le dice esta vez más sereno. John le acarició el brazo derecho, en un modo de transmitir confort.

Sherlock asintió con renovado ánimo. Sabía que no sería fácil resistir la tentación, pero el amor y la confianza en John eran -por alguna razón- su prioridad.

Con un suspiro resignado, John bajó la mano y abrazó a Sherlock, en una muestra de pedir disculpas. Casi se ríe cuando sintió a Sherlock tensarse ante el acto.