|Colmillos reales

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❄️5 de diciembre: COLMILLOS.
❄️Ship: Merthur
❄️Arturo (alfa), Merlín (omega)

Ser sirviente del príncipe Arturo, no era realmente fácil

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Ser sirviente del príncipe Arturo, no era realmente fácil. Ni tranquilo o bien remunerado, siquiera. 

Pero había ocasiones, en las que Merlín agradecía su puesto como sirviente del príncipe. Momentos en los que también, se preguntaba sobre las posibilidades de que un omega plebeyo (como lo es él), pudiera enlazarse con un alfa de la realeza.

Para Merlín, aquello sonaba con tanta improbabilidad futura, que le provocaba risa.

Hoy, por ejemplo, era uno de esos momentos. Merlín le había tocado presenciar el entrenamiento de Arturo, donde solo se dedicaba a observarlo y quedarse quieto mientras admiraba en profundo secreto las acciones de fuerza y habilidad del príncipe.

Esa espada se blandia con tanta naturalidad envidiable, que Merlín entendió el porqué -hasta el momento-, ningún caballero había logrado superar a Arturo.

Merlín recorría sus azulados ojos por todas las curvaturas de la anatomía ajena. Aquellos músculos bien trabajados, su espalda fuerte y algunas zonas más que le gustaba contemplar en secreto.

 Y en ese momento, algo llamó especialmente su atención: fueron los colmillos de Arturo. Eran increíbles, brillantes y afilados.

Mientras Arturo luchaba contra uno de los caballeros más fuertes (el único que quedaba de pie en el entrenamiento), Merlín no podía dejar de observar cómo los colmillos de este príncipe alfa parecían brillar bajo los rayos del sol.

En un momento de la batalla de entrenamiento, Arturo abrió la boca para soltar un rugido de advertencia, que resonó en todo el patio del castillo. Sus colmillos se hicieron lucir, y fue cuando Merlín no pudo evitar mirar a otro lugar.

Ver a Arturo tan imponente había despertado algo en Merlín, en su omega interno. Le hizo maquinar en su cabeza, ¿cómo se sentiría el filo de esos colmillos en su cuello?, ahí, enterrados para sellar una unión carnal. Para dejar esa marca con la que él podía decir que le pertenecía por completo a su príncipe.

Arturo triunfó nuevamente en su batalla de entrenamiento, y sonrió victorioso mostrando de nuevo ese par de colmillos.

Merlín se acercó más a Artur, como parte de la rutina, pues como su sirviente debía acercarse para ayudarlo a cargar parte de su armamento de entrenamiento

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Merlín se acercó más a Artur, como parte de la rutina, pues como su sirviente debía acercarse para ayudarlo a cargar parte de su armamento de entrenamiento.

Cuando lo hizo, vio más de cerca los colmillos, recordándole que el poder alfa se media en los reinos dependiendo de la longitud de los colmillos (entre otras muchas cosas), es decir, mientras más largos los colmillos, más era visible el poder que representaba ese alfa.

Por lo general eran también rasgos de linaje.

Claro ejemplo, de que Arturo estaba tan lejano para un simple omega sirviente, o eso pensaba Merlín.

Cuando se dio la vuelta, cargando en sus brazos las cosas de Arturo, dejó detrás de él un dulce aroma que fue fácil de percibir para Arturo.

Un aroma que le decía que el omega de Merlín se había "emocionado" ligeramente. Arturo disfrutó de ese aroma, mientras sentía ese "cosquilleo" de necesidad en las encías, una necesidad por utilizar sus colmillos y marcar esa piel pálida en el cuello de Merlín.

Talvez algún día lo haga, talvez está pensando en hacerlo pronto.

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⏰ Última actualización: Dec 31, 2023 ⏰

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