[🌲]Si es rubio, es alfa | Omegacember

|Prendado

❄️3 de diciembre: AROMA.
❄️Pareja: Ineffable Husbands (Aziraphale x Crowley).
❄️ Aziraphale (alfa), Crowley (Omega).

Aunque muchos no lo creyeran, Aziraphale era un principado: un ser celestial de rango autoritario y de defensa, y un alfa tanto en la tierra como en el cielo.

Sin embargo, este alfa era diferente a los demás. A diferencia de la mayoría, su celo no era tan frecuente ni tan intenso, lo que le permitía mantener el autocontrol y vivir su vida con un poco más de tranquilidad.

No solo eso, sino que no solía ser agresivo o impulsivo, a menos que la situación de verdad lo ameritara.

Algunos humanos, tenían esta frase un poco curiosa: "Siempre hay un roto, para un descosido". Lo que talvez tenía mucho de cierto, pues Aziraphale encontró en la tierra, aquel día en el Edén, a Crowley.

Crowley también iba contra la corriente de su naturaleza, pues aunque fuese un omega, Crowley solía presentarse territorial y protector con Aziraphale, con su alfa.

Y para poca sorpresa de todos, Crowley también sentía cierta afinidad casi obsesiva con el aroma del alfa, precisamente cuando Aziraphale se encontraba en celo.

Aunque, Aziraphale muchas veces había considerado tomar supresores para inhibir su celo, había decidido no hacerlo por distintas razones.

La primera razón era que Aziraphale se había percatado, sobre esa situación: que su celo tenía un efecto particularmente irresistible en Crowley.

Cuando el ángel entraba en celo, una suave fragancia que Crowley describía como "libros viejos, té Earl Grey, y un toque de santidad" emanaba de su cuerpo, envolviendo a Crowley y cautivándolo por completo.

El demonio no podía resistirse y se prendaba de aquel aroma, lo que le mantenía siempre cerca de su alfa.

Esto último, lleva a la segunda razón, que era que Aziraphale, aunque generalmente se consideraba civilizado y controlado, sentía una ligera necesidad de ser deseado por Crowley. Sin mencionar que en sus periodos de celo, experimentaba una intensificación de sus deseos sexuales y un anhelo por la cercanía y la conexión de aquel omega.

Aunque Aziraphale hubiese esperado que Crowley intentara persuadirlo para que tomara supresores y evitar así el deseo que los embriagaba en esos momentos, una parte de él disfrutaba mucho de esos momentos.

Como este, en el que Crowley buscaba cualquier pretexto para acercarse a él y olfatear un poco.

Aziraphale había terminado de beber su cocoa caliente de la mañana, horas tempranas en las que también aquel demonio se encontraba en la librería. Crowley lo acompañó con un poco de vino.

Después de beber, Aziraphale se dedicó a limpiar su hermosa taza blanquecina de porcelana. Podría simplemente chasquear los dedos y de un milagro mantenerla limpia, pero prefería hacer todo el proceso de lavado, su relación con esa taza lo ameritaba.

Crowley aprovechó que Aziraphale se encontraba distraído y de espaldas; con esa ventaja posicional, se acercó a él con el pretexto de querer alcanzar "lo que sea" de la parte de arriba de la alacena. De este modo, Crowley pudo acercarse por detrás de Aziraphale, y mientras se estiraba, acercó su curiosa nariz al cuello contrario.

Inhaló y la acción provocó que Aziraphale cerrara los ojos, ladeando su cuello a un lado y darle más acceso al demonio aquel.

Crowley no se lo pensó dos veces, y se acercó un poco más, casi su nariz rozando con la piel de aquella zona.

Aziraphale apretó el paño que sujetaba en su mano derecha, aquel que estaba usando para secar la pequeña taza. Posiblemente una acción en muestra de querer tener más voluntad, y no lanzarse a Crowley en ese instante.

Talvez esté reuniendo fuerza para no sucumbir al deseo, pero Crowley busca lo contrario.

Y Aziraphale planea dejarlo ganar está vez.