Faldas.

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Cuando Kellin llegó a la cocina, Vic lo contempló sin decir palabras. La falda color coral hacía un perfecto contraste con la blusa color negro que su novio portaba, donde se adivinaba que se había colocado el brassier como se lo había pedido. De solo imaginar que también traía pantaletas se le hacía agua la boca.

Llevaba tacones, que le hacían que la diferencia de estatura fuera más que evidente. Después de lo que al menor le pareció una eternidad su novio se acerco a él, abrazándolo de la cintura. Vic poso sus manos en la cadera del menor para mirarlo con demasiada lujuria, sonrojando a Kellin.

- Maldita sea, te ves tan sexual en falda. - dijo Vic besando su cuello.  

- Gra-gracias, pero vamos a desayunar, ¿te parece? - susurró Kellin apartándose de su novio, quien fue a sentarse en una de las sillas de la cocina. 

El menor comenzó a acomodar todo para preparar hot-cakes, mientras sentía la penetrante mirada de su novio recorrerlo con descaro. Sin embargo estaba bastante concentrado, no iba a dejarse llevar tan fácil, por más que lo deseará. Batió los huevos, agrego la leche, la vainilla y siguió batiendo, tarareando una canción de la banda del moreno, moviendo el trasero al ritmo de la misma.

- ¿Te gusta lo que ves? - pregunto el pelinegro coquetamente.

El mexicano por su parte tenía una erección que no podía disimular, le prendía demasiado ver a su novio así, bailando y cantando en falda y tacones. Cuando su novio empezó a cocinar los panques en el satén y el olor de la masa cocida llegó a su nariz dejo de lado sus ganas de tener sexo salvaje por un momento, vaya que tenía hambre. Ayudando a su novio saco de la alacena la miel de maple, unos cubiertos, vasos y platos, cuando paso a un lado de Kellin pellizco su trasero, haciendo que el otro saltara un poco.

- Con cuidado, cariño. - dijo sirviendo los hot-cakes en el plato de su novio. - Están calientes.

- No más que yo, te lo puedo asegurar. - susurró y empezó a comer.

Se envolvieron en una charla normal mientras desayunaban, creando un ameno ambiente. Cuando terminaron Kellin se levantó y llevó los platos al fregadero, y empezó a guardar todas las demás cosas con ayuda del moreno. Para sorpresa de ambos, el menor se acostumbro rápido a los tacones. Cuando terminaron de guardar la última cosa, Vic se abalanzó a besar a su novio, manoseándolo libidinosamente. De un tirón subió la falda de su novio y retiró la blusa que lo cubría.

- Maldita sea. - dijo con la boca abierta. - Date vuelta.

Kellin traía puesto el brassier de encaje negro, con las pantaletas que marcaban claramente su erección, cuando dio la vuelta el mexicano pudo admirar el trasero perfectamente enmarcado por el encaje. Sus nalgas parecían dos globos a punto de reventar por las pantaletas. No pudo evitar poner las manos y apretarlo, Kellin lo miró lujurioso y lo besó, pasando sus brazos por su cuello, empezando a restregarse en busca de fricción.

Vic seguía besándolo y agarrando su trasero, estando sentado casi sobre  la encimera de la cocina. En un brusco movimiento volteo a Kellin para ahora tenerlo sentado en la misma y acomodarse entre sus piernas. Pasando las manos por sus costados, tocando y haciendo suspirar a su novio; quien con sus piernas abrazaba a su novio.

- Me excitas demasiado, por favor, te necesito. - jadeaba Kellin moviéndose contra de su novio.

El mexicano empino a Kellin contra la barra de la cocina, para lentamente bajar las pantaletas, dejando a la vista su esplendido trasero, al que le dio una palmada. Con una de sus manos separó ambas carnes y sin lubricación introdujo un dedo dentro del pelinegro, que no se quejó, sino que soltó un largo gemido que solo encendió más al mayor.

- Vic... hazlo, por favor. 

Ni tardo ni perezoso, el mexicano se bajó los pantalones y se coloco en la entrada de su novio, con un empujón logró meter la cabeza, ganándose un gemido de parte de su novio. Con pequeñas estocadas siguió metiéndose en él. La presión era excitante, cuando estuvo dentro tomo las caderas de su novio y sacó casi por completo su pene, para con un duro empujón volver a entrar. A la tercer estocada Kellin soltó un gemido agudo, dando a entender que habían tocado su punto G.

Siguió embistiendo, haciendo al otro gemir su nombre repetidas veces, estaba por terminar. Así que aceleró el ritmo, su novio empezó a masturbarse, su semilla quedando embarrada en la puerta de una alacena. Contrayendo sus paredes haciendo al otro correrse en su interior, Vic casi cayó sobre su novio, pero pudo sostenerse antes de impactar. Salió con cuidado de su pareja, quien estaba recostado disfrutando de su orgasmo.

- Maldita sea, eso fue excelente... por la noche quiero probar algo, ¿te parece bien?

Kellin asintió, sintiendo como su novio se agachaba para volver a colocarle la ropa interior. Al llegar a la altura beso una de sus nalgas, colocando la mano en la otra, dando un pequeño apretón. Ya tenía en mente que era lo siguiente de la lista.

- Te quedarás con estas puestas, en la noche saldremos con los chicos para organizar las cosas del tour. - mencionó con una sonrisa.


La lista (Kellic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora