Eran las 3:24 am, Niragi estaba en medio de una pesadilla.
"PAPÁ, AYÚDAME, POR FAVOR" gramaba un Niragi adolescente huyendo de sus abusones.
"Tu padre no va a hacer nada, Niragi. ¿Por qué no te diviertes con nosotros?" cada día sus abusones eran más violentos y explosivos, él tenía que huir cada vez más seguido.
"POR FAVOR, NO. OS LO RUEGO" exclamaba balbuceando mientras se tropezaba con algunas piedras, hasta llegar al río, donde quedó acorralado, como un conejo ante un depredador.
Él no era un conejo, él era un tigre, siempre dispuesto a comerse todo a su paso. Pero su secundaria no fue la mejor.
"Niragi, deja de joder, solo estamos jugando. ¿No te quieres divertir con nosotros?" Preguntó el jefe del grupo, agarrando una piedra y lanzándola a un costado de Niragi.
"No... No..." Repetía una y otra vez mientras era atacado con rocas, una más grande que la anterior.
Hasta que una le dio justo en el cuello, y se desmayó cayendo al agua.
El sueño por fin se terminó, y él se levantó exaltado y bañado en sudor.
Sintió como se abría la puerta, y descubrió una figura baja y delgada asomándose por la puerta; Chishiya.
-Niragi... ¿Estás bien?- preguntó el médico entrando y cerrando la puerta, revisando que no tuviera ningún daño físico.
-Sí, estoy perfecto- dijo intentando mentir, aunque teniendo en cuenta que estaban conectados, no sería útil.
-Mmh, ya. ¿Puedo dormir contigo? Me apetece mucho- sugirió con una media sonrisa en el rostro, y cuando vio asentir mínimamente al otro se tumbó rapidamente en la cama, dando unas palmaditas en su pecho para que el contrario se acostara en él.
-¿Era una pesadilla?- preguntó Chishiya, quien al ver el rostro de Niragi sonrió y acarició el rostro de este, que estaba tumbado encima del pecho del rubio.
-Si.
-Entiendo.
Se quedaron dormidos, abrazados el uno al otro mientras sonreían en paz.
Al lado de Chishiya, Niragi tenía paz.
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marca - nirashiya
RandomChishiya era inteligente, o eso pensaba hasta que el nombre de cierto enemigo suyo se grabó en su cadera, "una marca de amor por el hombre al que más odio, genial" se dijo él, pero no quería admitirlo, se moría porque esas letras faltantes fueran gr...