marca - nirashiya

IX

En la playa todo parecía ser color de rosas, fiestas, alcohol, unidad, ayuda. Pero no siempre era así; Chishiya se sentía abrumado por la nueva dificultad en su "relación". Aunque no hablara mucho con el peli negro, el uno al otro se consideraban pareja. O algo parecido.

Esa chica que se quería acercar a Niragi cada vez lo conseguía más, haciendo al otro más inseguro y celoso.

-Chishiya, ya te dije, solo es lo que Aguni me pidió- habló el más alto intentando amansar los celos de su actual novio.

-¿Aguni te pide que salgas a buscar arenas de juego justo con la chica que quiere robarse tu atención? - dijo resaltando el justo, Chishiya era celoso, inseguro no solía serlo, pero esta situación lo ponía nervioso.

Niragi suspiró con cansancio, le había explicado lo que pasaba al menos tres veces.

-Bien. Haré lo que quieras- dijo el militar y se fue de la habitación a paso largo, se había enfadado y decepcionado de los celos del otro.

Chishiya notó su enfado, pero Niragi nunca dejaría ver su decepción.

"¿No confías en mí? Bien. Te daré razones para no hacerlo" pensó él.

Niragi se dirigió a la sala donde solía estar su jefe, entró después de llamar y se paró a mitad de la habitación.

-¿Lo has hecho aposta?- preguntó enfadado y sacado de quicio.

-¿Te refieres a ponerte con Ryuko? No, solo se presentó a ayudar y la dejé.

-Pues que ayude a otros, ya me ha causado muchos problemas. Y lo sabes.

-No quedan más puestos que cubrir.

-El mío también está cubierto, que ayude a los demás directivos sirviendo café. Que a mí no me moleste- dijo ya harto.

-Lo siento, tendrás que ir con ella.

Niragi miró con furia a su jefe y se fue de la habitación con grandes zancadas.

Ni siquiera avisó que se iba, solamente lo hizo. Se dirigió al garaje improvisado y arrancó uno de los coches, yéndose por la vía de Shibuya. Sólo había una cosa que le disgustaba; había tenido que ir con ella.

-¿A tí que te gusta hacer?- preguntó la chica con interés.

-Que te importa- respondió él cortándole cualquier conversación.

Pero ella volvió a hablar.

-¿Te gusta el té?

Esta vez Niragi no contestó, podría estar enfadado con Chishiya, pero eso no quitaba que ya no podía pensar en un futuro sin él.

-¿Por qué no respondes? Eres muy malo.

Niragi suspiró. Estuvo todo el viaje incómodo hasta que volvió y se encontró a Chishiya en la entrada, de brazos cruzados y con el ceño fruncido.

Se bajó del coche a saludarlo, llevaba al menos dos o tres horas sin verlo. Ya no estaba enfadado, entendía su preocupación, aunque eso no quitara los celos excesivos.

-¡Shun! ¿Cómo estás?- abrazó el menor al más mayor de la relación, pero éste sólo se apartó de él y se adentró en el hotel, ignorando cualquier muestra de aprecio de su novio.

"Me ha ignorado, ya no me quiere, seguro que la he cagado" pensó para sí en un bucle de pensamientos, estaba apunto del colapso cuando de repente sintió un peso nuevo en sus labios. Cuando bajó la mirada se encontró a la chica besándolo, la empujó de inmediato.

-¿Qué haces? ¿Acaso te he dado el permiso para hacer eso, maldita zorra? Entiendelo, no me gustas.

Shuntaro Chishiya.

Iba a volver a perdonarlo, a disculparme por haberlo ignorado, pero no vale la pena, me distraigo un segundo y se deja besar por otra. Lo único bueno es que la ha rechazado, pero eso no resta que la haya besado. Por un segundo sus labios estaban juntados con los de otra persona. Con unos labios que no eran los míos.

Me fui de nuevo, no quería verlo.

Unas horas después estaba en mi cuarto tranquilamente. Escuché la puerta sonar.

-¿Quién es?

-...

No escuché nada.

Decidí abrir la puerta y me encontré a esa chica de nuevo.

-Hola, Chishiya. ¿Cómo estás?- preguntó inocentemente, maldita perra.

-Estaría mejor sin tí aquí. Adiós- cuando iba a cerrar la puerta ella me lo impidió con el pie.

-Chishiya, debes entender. Niragi será mío, y nada me detendrá- dijo, pero yo reaccioné por instinto.

Le cerré la puerta en la cara con fuerza, escuché su grito de agonía al seguramente tener la nariz rota.

"Quisieras. Él solo está para mí".