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La noche ya estaba sobre ellos, los aullidos de las criaturas comenzaban a ser más inquietantes de lo que fueron por la mañana. La oscuridad de la noche había caído sobre ellos, envolviéndolos en una penumbra densa y misteriosa. El único sonido que podían escuchar era el crujir de las ramas bajo sus pies y los susurros del viento entre las hojas de los árboles.



— Carajo... -. La situación empezaba a ser mas desalentadora después de que la noche había caído y la oscuridad envolvía cada rincón, apenas rota por la luz débil de las estrellas y la luna



Ahora estaban más perdidos que antes y la actitud de Lo'ak maldiciendo a cada momento no favorecía para nada la paciencia de su hermano. La radio de comunicación que llevaban en sus trajes estaba rota, y lo único que tenían para defenderse era una estúpida rama. Los sonidos de la vida nocturna de el bosque comenzaban a llenar el aire, incluido el distintivo aullido de varios animales creando una atmósfera inquietante y amenazadora.



— No veo ni una mierda -. Dijo Lo'ak al mismo tiempo que miraba por los alrededores, su poca visibilidad no le impedía escuchar el ruido de las criaturas dé el bosque. 

— Tendremos que encender unas antorchas-. Mientras decía eso Neteyam saco un mechero de su bolsillo esperando que funcionara. — Usaremos esto como mecha -. Dijo mientras señalaba sus camisas al mismo tiempo se quitaba la prenda y cortaba algunos pedazos de tela. 

— Genio ¿Cómo haremos eso? Están completamente mojadas, no encenderá el fuego -.

— Mierda, podrías pensar una solución en vez de solo quejarte -. 



Hasta ese punto la paciencia de Neteyam se estaba agotando como para escuchar más a su hermano quejarse sin parar sin dar ninguna alternativa, fue entonces que pudo ver un árbol, de su tronco y ramas se derramaban grandes cantidades de lo que creía que era sabia y se almacenaban dentro de un pequeño cuenco del mismo árbol, si, podría funcionar. 



— Usemos la savia de ese árbol como combustible -. 



El mayor de los hermanos dijo sin embargo, antes de que pudieran llegar, un sonido aterrador los detuvo en seco. Aullidos y risas llenaron el aire. La tensión era palpable en el aire mientras buscaban desesperadamente una manera de protegerse de los depredadores que los rodeaban.



— Apúrate -. 



Ambos tomaron sus lanzas improvisadas para enrollar los pedazos de tela en la punta, una vez bien sujetos comenzaron a sumergir la punta de su lanza con la sabia del arbol dentro del cuenco natural, miraban hacia todos lados las risas y aullidos de esos animales estaban por todos los alrededores, tratando desesperadamente de encender unas antorchas improvisadas con manos temblorosas más el hecho que el encendedor no estaba colaborando con ellos, trataron de encenderlo una, dos, tres veces hasta que Neteyam encendió una de las mechas y la acercó a la sabia. Una llama crepitante se encendió, iluminando débilmente el área circundante. 

𝐅𝐚𝐥𝐥 𝐢𝐧 𝐥𝐨𝐯𝐞 𝐰𝐢𝐭𝐡 𝐏𝐚𝐧𝐝𝐨𝐫𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora