Narrado por _____
Me levanté bien temprano, como casi siempre. Mis compañeras de habitación dormían tranquilamente en sus respectivas camas. Les tenía algo de envidia. Yo no era capaz de dormir tanto y tan bien. Siempre había sido así. Quizás porque incluso dormida pensaba demasiado las cosas. A veces me gustaría no ser así. Observé de reojo a mis compañeras y suspiré, de verdad me gustaría ser un poco más como ellas.
Me puse el uniforme lo más rápido que pude y cogí un libro que se hallaba encima de mi baúl. Era un libro muggle que Hermione me había prestado, asegurándome que me gustaría. Y la verdad, tan solo me había leído un par de capítulos pero ya estaba enganchada. Salí de la habitación intentando no hacer ruido, no quería despertar a mis compañeras. Baje a la Sala Común tranquilamente, no había nadie. Estaba claro, todos estaban durmiendo todavía. Tras comprobar que realmente allí no había nadie salí de allí.
Empecé a caminar sin un rumbo fijo, no sabía muy bien qué hacer. Mientras caminaba por los pasillos no encontré a nadie, bueno a excepción de alguna que otra pareja que había madrugado para poder verse. ¿Qué se sentiría al estar enamorada? No tenía ni idea. Yo nunca había experimentado algo parecido. Había leído muchas novelas de amor, pero por muchas que me leyera no conseguía comprender muchas cosas respecto al amor. En ese tema era una completa ignorante. ¿Fred se habría enamorado alguna vez?... ¿Eh? ¿Por qué pensaba en él este momento? Y peor aún, ¿por qué me preguntaba eso? Debe ser que todavía estar dormida, sí, eso es.
Cerré los ojos con fuerza intentando sacarme esos pensamientos de la cabeza. Me costó hacerlo, pero lo conseguí. A decir verdad pensaba más de lo que quisiera reconocer en Fred. Y no entendía por qué. Suspiré volviendo a emprender la marcha. Entonces, mi estomago rugió. Tenía hambre. Era hora de desayunar.
Bajé lo más rápido que pude hasta el Gran Comedor y al igual que el resto del castillo este estaba desértico. A excepción de unas cuantas personas. Aunque ni siquiera me detuve a ver si conocía a alguien, directamente fui a la mesa de Ravenclaw para empezar a comer. Cuando me senté en la mesa, me serví un trozo de tarta de manzana. Comí un poco y mis ojos se iluminaron, estaba realmente deliciosa. Los elfos domésticos eran muy buenos cocinando.
****: -¿Qué? ¿Esta buena?-Preguntó una voz desde detrás de mí.
Me giré para ver quién era, aunque ya lo sospechaba, y allí estaba George. Sin duda era él. Yo sabía distinguir a los gemelos perfectamente.
Tú: -Si, realmente está muy buena.-Contesté con una leve sonrisa.- ¿Qué haces despierto tan temprano, George?
George: -No podía dormir más, si, algo raro en mí, lo sé.-Dijo antes de que yo pudiera llegar a decir algo.-Espera. ¿Cómo sabías que era George?
Tú: -No sé, no creo que pueda equivocarme con vosotros.-Murmuré. George totalmente tranquilo se sentó a mi lado.
George: -¿Y eso? -Preguntó alzando ambas cejas, lo cual me hizo reír. Él sonrió.
Tú: -Bueno, aunque tú y Fred os parecéis físicamente, hay pequeños detalles en vosotros que os diferencian, aunque cuesta verlos.-Empecé a decir. Él escuchaba mientras se comía una galleta.-Y vuestras personalidades son también diferentes, tú pareces más sensible.-Dije un poco nerviosa.
George: -¿Sensible? ¿Es así como me ves? -Preguntó aguantando la risa. Yo asentí.-Hmm...bueno, eso no suena tan mal, soy el sensible de los gemelos Weasley A las chicas os gustan los chicos sensibles asique esta bien, si, señor, esta genial.-Dijo rascandose la barbilla. Reí al escuchar aquello.
Tú: -Además, Fred siempre me mira de una manera tan...-Me quedé callada al darme cuenta de lo que estaba diciendo. Estaba sonrojada.
George: -Te sonrojaste.-Dijo divertido.- ¿Fred te mira cómo?
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Je t'aime [Fred Weasley y tu]
RandomHabía pasado toda su vida en Venecia, Italia, había nacido allí. Pero por razones de trabajo, ______ Vittore se ve obligada a abandonar su ciudad y mudarse a Londres junto con sus padres. Ella es una chica diferente al resto, ¿por qué? Porque para...