Estaba pensando en que si este capítulo llega a los 12 comentarios y 10 votos, hago marton!!!!!
Narrado por _____
Después de aquello, Fred había sugerido que lo mejor era que nos retirásemos a nuestras salas comunes a descansar. Estaba claro que ambos lo necesitábamos después de lo que había pasado, pero yo lo necesitaba aun más. Estaba agotada por haber llorado tanto. E incluso cuando intenté levantarme del suelo casi me caí, perdí el equilibrio. Pero gracias a Fred que me sujeto a tiempo no lo hice. Estar así con Fred no era tan malo. Era agradable. Por fin era capaz de hablar con él, incluso habíamos quedado como amigos. Aunque seguía pensando que yo quería ser algo más que una amiga, pero por ahora me conformaría con lo que tenía.
Fred me acompaño no solo hasta el castillo sino también a la entrada de la Sala Común de Ravenclaw. Durante el camino a penas hablábamos, cada uno estaba sumergido en sus propios pensamientos y no queríamos molestar al otro. Y para que mentir, en lo que yo pensaba era justamente en él. Cuando llegamos a la entrada, Fred se detuvo.
Fred: -Hasta aquí te puedo acompañar.-Dijo con una sonrisa ladeada.
Tú: -Gracias por todo, Fred.-Dije levemente sonrojada.
Fred: -No me des las gracias, boba.-Me dio un golpecito en la frente con su dedo índice. Yo solo me sonrojé más.
Tú: -Nos vemos, entonces.-Susurré. Realmente no quería tener que despedirme de él.
Fred: -Claro, esta tarde tenemos clase juntos, sino me equivoco, asique nos veremos allí.-Sonrió de nuevo mientras se pasaba una mano por el pelo. Era demasiado atractivo.
Tú: -¿Eh?...Ah, es cierto, nos veremos en clase.-Sonreí levemente.-No llegues tarde como siempre.-Le reproché.
Fred: -Descuida, creo que a partir de ahora llegaré siempre puntual.-Siseó. No entendí muy bien que quería decir.
Tú: -Eso es bueno.-Murmuré.-Hmm...esto, Fred...-Estaba nerviosa.
Fred: -¿Qué sucede, ____?-Pronunció mi nombre deteniéndose en cada silaba, lo cual hizo que me sonrojara aun más.
Tú: -No, nada, olvídalo.-No podía decirle lo que sentía. Todavía no.
Fred: -Como quieras.-Dio un paso hacia mí con esa sonrisita suya en los labios.-Tengo que irme ya, y tú tienes que descansar.-Me recordó.
Tú: -Tienes razón.-Susurré. Me di la vuelta para caminar los pocos metros que me quedaban hasta llegar a la entrada de la Sala Común.
Pero algo me detuvo. Algo me sujetaba del brazo. Era la mano de Fred. Me giré ladeando la cabeza. ¿Qué quería? Antes de que pudiera llegar a preguntárselo, él se acercó más a mí. Bajó su cara hasta quedar a la altura de la mía. Estábamos demasiado cerca. Podía sentir su aliento sobre mi rostro. Y poco a poco era como si nuestras respiraciones empezarán a ir al mismo ritmo. Tragué saliva mirándolo a los ojos, estaba nerviosa, no servía de nada negarlo. ¿Qué pasaba? Entonces, Fred me beso. Pero no los labios como parecía apuntar. Sino que me beso la comisura de estos. No fue un beso en los labios, pero estuvo tan cerca, que me puse completamente roja, parecía un tomate a punto de explotar. Fred lo notó porque se rió.
Fred: -Estas muy mona así.-Siseó separándose un poco de mí.-Ahora sí que me voy. -Continuó diciendo. Ah, aquello había sido un beso de despedida.- ¡Nos vemos, ____!-Dijo mientras empezaba a alejarse.
Tú: -¡Adiós, Fred!-Dije antes de que este se marchará. En ese momento, Fred giro la cabeza y me dedico una sonrisa radiante. Después desapareció de mi vista.
Me quede allí parada durante a saber cuánto tiempo, quizás varios minutos, mirando en la dirección por donde se había ido Fred. Me llevé la mano hacia el lugar donde me había dado el beso Fred y acaricié aquella zona con cuidado. Aun podía sentir el tacto de sus labios sobre mi piel. Me sonrojé sin poder evitarlo y retiré la mano rápidamente. En seguida, me di la vuelta y llegué hasta la estatua que conducía a mi Sala Común. Una vez allí, resolví el acertijo que estaba me dijo y entré en el interior.
Caminé a través de la Sala Común sin detenerme a ver si había alguien. Iba directa a mi habitación. De verdad que necesitaba descansar. En cualquier momento podría caerme desmayada.
Narrado por Fred.
Tras despedirme de _____ con aquel beso cerca de la comisura de los labios, caminé con dirección a mi Sala Común. Por el camino la gente me miraba un tanto extraño, pero no me sorprendía. ¿Por qué? Porque iba sonriendo de oreja a oreja, con una sonrisa un tanto de bobo. De bobo enamorado. Pero de esto nadie se dio cuenta. Probablemente pensaban que había gastado alguna broma y que estaba feliz por el gran resultado que había dado. Pero mi sonrisa se debía solamente a _____. A ella y solo a ella. De verdad, ella era la mujer perfecta para mí. No iba a permitir que nadie intentara quitármela, ella me pertenecía.
Al llegar a la Sala Común me encontré con George, mi gemelo, sentado en uno de los sillones frente al fuego. Al ver la sonrisa que llevaba en los labios, él alzo una ceja preguntándose qué pasaba. Me senté a su lado, en el mismo sillón. Él me miraba expectante.
Fred: -Estuve con _____-Dije como si aquello lo explicara todo.
George: -¿En serio? ¿Y qué paso?-Preguntó mirándome con una sonrisa divertida.
Fred: -Pasaron muchas pero que muchas cosas...-Murmuré. Apoyé la cabeza en el respaldo del sillón mirando el techo.
George: -¡Oh! ¿Os besasteis, verdad?-Me dio un golpe en el brazo con el codo.
Fred: -No, bueno, no del todo.-Siseé mirándolo mal.
George: -Vaya...pero, te hubiera gustado, ¿verdad?-Alzó una ceja.
Fred: -¿Necesitas preguntarlo?-Pregunté con ironía.-Me hubiera encantado que eso hubiera pasado, sería el hombre más feliz del mundo. Pero no ha pasado eso.
George: -¿Entonces, qué paso?
Cerré los ojos recordando minuto por minuto, escena por escena, momento por momento, todo lo que había pasado en el Lago Negro. Tras ordenar mis pensamientos, empecé a contarle todo. Todos y cada uno de los detalles. Cuando terminé de contarle mi sonrisa cada vez era más amplía porque me daba cuenta del gran paso que había dado mi relación con _____.Había pasado de pensar que ella me odiaba, a empezar una relación de amistad. Una relación de amistad que esperaba que con el tiempo acabara convirtiéndose en algo más.
George: -Wow.-Exclamó con una sonrisa.-Pues si que pasaron bastantes cosas.-Me dio de nuevo un codazo. Lo miré con el ceño fruncido.- ¿Estarás contento, no? Te dije que ella no te odiaba.
Fred: -Ajá, tenías razón.-Sonreí tontamente. Otra vez la imagen de _____ había aparecido en mi mente.
George: -¡Freddie, está enamorado!-Exclamó mi gemelo como si fuera un niño pequeño.
Fred: -Cállate, *****.-Siseé dándole esta vez yo un codazo.
George: -Pero es la verdad, te has enamorado de _____.-Dijo.-Nunca pensé que te enamorarías, ni siquiera llegaste a sentir algo tan profundo por Angelina.-Comentó. Yo torcí el gesto al recordar a Angelina.
Fred: -Ya, bueno...-Empecé a decir.-La verdad es que siempre pensé que acabaría con ella, pero desde que apareció _____ todo ha cambiado.
George: -No, si eso ya lo veo.-Rió un poco.- ¿Te importa que eso sea así?-Preguntó serio. ¿Me importaba?
Fred: -A decir verdad, no, ni un poco.-Sonreí mirando la chimenea.-Quiero estar con _____. Angelina es parte de mi pasado, ella nunca me prestó atención, asique no hay nada que hacer. Además ahora esta _____ y ella es para mí la chica perfecta, la única a la que necesito.-Le conté. Otra vez mi sonrisa se volvió tonta. Eso era lo que pasaba al estar enamorado.
George: -Yo también pienso eso. Tú y _____ hacéis una buena pareja.
Fred: -Ojala que ella llegue a pensar lo mismo.-Me rasqué la cabeza. De verdad quería estar con ella.
George: -Tarde o temprano lo hará, y estaréis juntos.-Dijo mi gemelo.-Y yo tendré una cuñada tremendamente guapa y con unos ojos hermosos.-Ambos empezamos a reír. Pero era cierto, ella era guapísima, no eso era quedarse corto, era perfecta, y sus ojos eran los más hermosos y cautivadores que había visto nunca.
Seguimos hablando un buen rato del mismo tema. Yo no podía evitar dejar de sonreír al tan solo mencionarla o pensar en ella. El amor era así, ¿no? El amor hacia que no pudieras dejar de pensar en esa persona durante ni siquiera un segundo. Porque esa persona se volvía tu mundo.
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Je t'aime [Fred Weasley y tu]
RandomHabía pasado toda su vida en Venecia, Italia, había nacido allí. Pero por razones de trabajo, ______ Vittore se ve obligada a abandonar su ciudad y mudarse a Londres junto con sus padres. Ella es una chica diferente al resto, ¿por qué? Porque para...