Cap 11

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Narrado por _____

Fred: -Será mejor que me vaya.-Siseó.

Al escuchar esto, todo mi mundo se vino abajo. La poca felicidad que había reunido desde que estaba en Hogwarts se esfumó, como si nunca hubiera existido. De repente, era como si estuviera vacía, hueca, por dentro. Me dolía. Dolía demasiado. Mi corazón no era capaz de soportar aquello. ¿Qué debía hacer?

No quería perder a Fred. Si puede que nuestra relación no fuera muy buena, puede que a él no le gustaran mis ojos, pero yo estaba completamente enamorada de él. Y además él se había preocupado por mí al darse cuenta de que había estado llorando. Y sus ojos parecían estar llenos de dolor por mi culpa, al igual que su voz había sonado quebrada. ¿Le había hecho daño? Por favor, no, que no sea así.

Las lágrimas habían vuelto a caer por mis mejillas al escuchar aquella frase, y cuanto más pensaba me ponía peor. Las lágrimas no querían dejar de salir. ¿Por qué? Porque ya no era capaz de soportar el dolor que había en mi interior, y ahora mi cuerpo se estaba desahogando. Tenía que hacer algo. ¿Pero, qué?

Entonces, Fred se levantó del suelo sin ni siquiera mirarme. Tenía la vista clavada en el lago. Pero lo vi. Vi el dolor en sus ojos. Mi corazón se encogió. Fred se iba a ir. Se iría así sin más. Se iría y me dejaría sola. Sola de nuevo. No quería. Fred giró la cabeza hacia mí momentáneamente, el dolor solo aumento en sus ojos, al igual que lo hizo en mi corazón. Después simplemente se giro de nuevo y empezó a caminar, con paso lento y algo inseguro. Era como si no quisiera marcharse. Y yo no quería que lo hiciera. Había sido una *****. Si dejaba que se fuera ahora, nunca, pero nunca, tendría ninguna oportunidad de estar con él.

Fred cada vez se alejaba más y divido a las lágrimas no era capaz de divisarlo con claridad. No era capaz de moverme. No podía levantarme. Mis piernas no respondían. Solo quedaba una opción.

Tú: -¡FRED! -Grité lo más fuerte que pude. No podía permitir que se marchara. Por favor, por favor, que me haya oído, pensé.- ¡Fred! -Volví a gritar, pero mi voz se quebró. Ya nada salía. A excepción de las malditas lágrimas.

Cerré los ojos con fuerza mientras me tapaba la cara con las manos. Se había ido. Ni siquiera me había escuchado. Y si lo había hecho, no había querido volver. Le había hecho daño con mis palabras sin quererlo. Era *****. ¿Cómo había caído en Ravenclaw, la casa de los inteligentes, si era tan sumamente *****?

Pero entonces, sentí que alguien me abrazaba. Me rodeaba con sus brazos con suavidad y ternura, como si temiera hacerme daño. Me atraía hacia él con sumo cuidado. Como si yo fuera una bailarina de cristal que podía romperse en cualquier momento. Me sentí extraña, nunca había sentido algo así. Era tan cálido, hacia que mi cuerpo entero se calentara y se sintiera tranquilo, como si no tuviera nada de qué preocuparme. Debía ser un sueño. Si, debía serlo. Era imposible que aquello fuera real. ¿Por qué él se había ido, verdad?

Fred: -Shhh...tranquila, no llores más.-Susurraba en mi oído. Era él. Sin duda era Fred. No era un sueño. Aquello era real.

Alcé la cabeza temerosa. Temerosa a que una vez que lo viera se esfumara, como si nunca hubiera estado ahí. Pero él estaba ahí. Abrazándome con demasiada ternura. Su semblante estaba serio, pero a la vez mostraba preocupación y ternura, me hacía sentir segura. Sus ojos se clavaron en los míos, con intensidad sí, pero también con dolor. No me gustaba esa mirada.

Tú: -Fred...yo...lo siento...-Susurré sacando fuerzas de donde no las tenía. Volví a intentar hablar pero él me lo impidió.

Fred: -No, no te disculpes.-Siseó sin apartar sus ojos de los míos.-Yo soy quien debe disculparse, nunca quise decirte aquello de tus ojos...-Empezó a decir. ¿No quería haber dicho aquello? No lo entendía.-Me equivoqué, yo...en realidad...-Parecía nervioso.-En realidad me encantan tus ojos, son realmente hermosos.-Dijo dedicándome una sonrisa ladeada. Esa sonrisa que tanto quería ver.

No me creía lo que oía. De repente, me sentía aun más *beep*. Él nunca había querido decir aquello, a él le gustaban mis ojos. Pero yo había sido cruel con él. Le había hecho daño. Lo sabía.

Fred: -Perdóname. -Susurró.

Tú: -¿Me perdonaras tú a mí por lo mal que te he tratado?-Pregunté con miedo. ¿Y si no me perdonaba?

Fred: -Solo si tú me perdonas.-Dijo él. Y otra vez me dedico esa sonrisa ladeada. Parecía más animado, pero aun así veía el dolor en sus ojos.

Asentí con la cabeza varias veces. No era capaz de hablar. No producía ningún sonido. Nada salía de mis labios por mucho que lo intentase. Pero pareció que él se dio cuenta. Porque sonrió más ampliamente. Ahora sí, ahora sí que estaba más animado. Y aquello hizo que una sensación de calidez recorriera todo mi cuerpo. Aun así las lágrimas aumentaron. No eran de tristeza sino de alegría.

Fred: -No llores, todo está bien, no voy a guardarte rencor ni nada por el estilo, asique, por favor no llores más.-Decía mientras me estrechaba más hacia su cuerpo.

No dije nada. Solo escondí mi cabeza y mis lágrimas en su pecho. Se sentía bien estar así con él. Quería parar de llorar para no preocuparle pero no era capaz. Fred no parecía incomodo porque me hubiera apoyado en su pecho ya que empezó a acariciar mi largo cabello castaño. Claro está que con suma suavidad. De verdad parecía que temiera hacerme daño. A veces me susurraba cosas cerca del oído, como "No llores más" "Todo va a estar bien" o, y esta era la que más me gustaba de todas las cosas que me había susurrado...

Fred: -Tranquila, yo estoy aquí, siempre estaré aquí.-Fue lo que me susurró en varias ocasiones en el oído.

Y aquello me hacia feliz, demasiado. Escuchar que él siempre estaría ahí, a mi lado, era lo mejor que podía haberme dicho en esos momentos. Definitivamente estaba enamorada de Fred. Ya no necesitaba ninguna prueba más. Ya lo había confirmado.


Je t'aime [Fred Weasley y tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora