Culpa(parte2)

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Contempló por un momento la  mano que la sujetaba, era más grande que la suya pero sobre todo cálida, lo suficiente como para sentirse segura.

—¡Siéntate aquí! — le dijo él, abriendo las cortinas que rodeaban una de las camas de la enfermería—. ¡Iré a traer algunas cosas!

Jeanne asintió en silencio, siguiendo sus pasos con una mirada triste.

Vanitas abrió el refrigerador y sacó de allí; una compresa junto con una botella de agua. En breve  se dirigió al botiquín  para buscar  vendas, tomó las más livianas y suaves junto con unas pastillas para el dolor.

Al volver, coloco todo sobre la cama junto a ella , entregándole las pastillas para que las tomara.

—¡ Que son! Preguntó curiosa,  sacando un comprimido de la tableta.

No estaba acostumbrada a los medicamentos, ya que difícilmente enfermaba.

—¡Ibuprofeno! Respondió rápidamente el humano, desenroscando la tapa de la botella para luego dársela. ¡Ayudará con la hinchazón y el dolor! Afirmó confiado.

—¡Entiendo! Murmuró frunciendo los labios, resignada dio un sorbo a su agua luego de ingerir la pastilla.

Vanitas tomó la compresa fría e inclinándose ante ella sujeto  su mano lastimada con delicadeza, al verlo en tal posición, Jeanne se enderezó de inmediato.
— ¿Pe..pero que haces?  Siseó nerviosa

— ¡Tratando de curarte! ¿No lo ves? Vanitas extendió la mano tratando de alcanzarla  pero ésta se esquiva  de su agarre.
— ¡ Cre…Creo que ya hiciste mucho! —Agachó la cabeza avergonzada —.¡Gracias!

Al escucharla él joven suspiró cansado.
— ¡Me lo agradecerás luego!¡Ahora por favor vuelve a tu lugar!
Señaló la cama con el pulgar.

— ¡Deberías de volver!¡Tendrás problemas por mi culpa!
Jeanne tocó su hombro preocupada.

— ¡Tsk!¡Te he dicho que eso no importa! La voz de Vanitas sonó disgustada.

— ¡Es un cliente!  —Jadeó ella preocupada—.

— ¡Pues, la me importa eres tú!
Replicó él seriamente,  Jeanne enmudeció  sonrojada y ante su silencio Vanitas se da cuenta de sus palabras,pero reacio a cambiar de parecer prosiguió.
—¡Déjame estar aquí! Sus mejillas se calentaron, tanto que ya no podía mirarla fijamente.

La joven suavizó la mirada y en silencio se acomodó nuevamente sobre la cama.

No era normal para ella éste tipo de trato, que una persona estuviera genuinamente preocupada por ella, siempre le parecía algo inalcanzable, esperaba más bien un reclamo de su parte,pero éste humano rompía toda la lógica en su vida desde que lo conoció.

Aliviado, el joven pelinegro tomó su mano hinchada con cuidado.

—¡Discúlpame!  Habló ella apenada
Los ojos de Vanitas se dirigieron a ella y antes que él le responda Jeanne añadió: — ¡Siento que tengas que pasar por todo esto! ¡Yo solo..!

— ¡Jeanne! —Esta vez fue su turno interrumpir, bajó la cabeza,el cuerpo del humano estaba tenso, como si se contuviera pero luego de un breve tiempo, se fijó mirándola a los ojos—. ¡No quiero que pienses que eres una carga! ¡Solo fue un accidente! ¡No te culpes!

Su respuesta la sorprendió, él siempre encontraba una forma de animarla, se habían vuelto cercanos lentamente es lo que sentía.
Sonrió levemente y afirmó con la cabeza, se notó una pequeña lagrima en sus ojos.

— ¡Bien, tu mano ya está!

— ¡Gracias!

El ardor había bajado su intensidad.
— ¡Hablare con Dominic sobre esto!¡Tienes que descansar por lo menos tres días! Señaló él convencido.

— ¿Perdón? ¿Qué?
Los ojos de la vampira se ensancharon.
—¡No podrás trabajar así! No te preocupes solo será unos días! ¡Los vampiros sanan rápido si fueras humana estarías llorando! Se rió entre dientes,sacudiendo la rodilla luego de enderezarse.

—¡No puede ser!
Negó ella con la cabeza, se fijó en su mano y luego murmuró desanimada—¡Sera aburrido estar en casa!

Vanitas no pudo evitar sus ganas de  desacomodarle el pelo,Jeanne era muy tierna a sus ojos.
— ¿Tanto quieres verme?  Le guiño el ojo,tomando lentamente su rostro redondo. El corazón de la joven se aceleró al verlo tan cerca. Era extraño que esta mañana parecía evitarla pero ahora volvía a ser como siempre.

— ¡ No bromes!
Jeanne se quejó, frunciendo el ceño para luego dar un largo suspiro de resigno.

Mientras ella se peinaba los cabellos con la mano, sonrió levemente a escondidas. Tal vez no fue apropósito pero  de alguna forma este chico le cambiaba el estado de animo en segundos.

Vanitas x Jeanne♡♡♡Cafe Revês♡♡♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora