Capitulo 6-

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Thomas Rieg

Su cuerpo se hiba adormilando cada vez más, gracias a que este mismo recibía una jeringa rellena de cedante que hacían que los nervios de su cuerpo se calmaran forzadamente.

Esa mañana, cuando Paul lo había despertado para llevarlo al laboratorio, no pensó que acabaría atado a una camilla de hospital, mientras los que parecían ser miles de médicos alrededor suyo, para cumplir la "orden inmediata del lider", de la cual hablaban sin parar desde que recibió los resultados de sus exámenes, en los cuales daba positivo a "melanoma uveal", o en simples palabras cáncer en los ojos.

Solo se dejó llevar, pues no había nada que hacer, desde que firmó el contrato de acceso a la armada, estaba a disposición absoluta del líder.

Antes de quedar a total merced de la oscuridad de sus ojos, pudo sentir un toque firme en su mano, pero que en cierta forma estaba destinado a consolarlo debidamente.

El toque en su palma era la única parte de su cuerpo que se sentía cálida, el resto parecía como estar desnudo en agua congelada, y la parte del roce suave y consolador era lo único que quedaba afuera de esa espeluznante agua fría.

Hasta que su mente dejó de emitir cualquier pensamiento, y quedó en blanco, solo pensando en la calidez de la parte de su muñeca hacia la punta de sus dedos.

Pero hubo una última imagen antes de no saber nada sobre su cuerpo y sus propios pensamientos..

Era el recuerdo, su recuerdo.

El recuerdo de su amado, Tord Larss...

-Dios Matt

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-Dios Matt.. ¡No puedes pedirme que esté tranquilo, sabiendo que lleva desaparecido una semana!.

Su casa hizo rezonar sus palabras gracias a que solo había un individuo acompañándolo en esta, ya que de ser cuatro pasaron a ser dos..

Su cabeza había sido un desastre desde que uno de sus mejores amigos había sospechosamente desaparecido una noche de películas.

Y para complementar, otro de ellos los abandonó por ir a la gran ciudad a "cumplir sus sueños".

-No puedes alterarte así, no lograrás nada haciéndolo.- Cierta molestia aferraba su voz, que solo era aprisionada por el estrés de las últimas semanas, al momento de uno de su amigos desaparecer.

Sus cabellos anaranjados fueron acariciados hacia atrás por su mismo portador, en forma de quitarse los cabellos que decoraban su cara, la cual tenía una expresión fruncida, solo logrando desesperar más al contrario, que estaba tomando su quinta Coca-Cola en el día, esta cantidad siendo más de la usual, ya que los nervios obligaban al castaño a intentar calmarse, no logrando nada, solo hacer más intentos de tranquilizar su mente y su energético cuerpo con la cafeína que entraba a su cuerpo, la cual sólo daba el efecto contrario.

-Vamos Edd..- El castaño separó su vista de la mesa en la que posaba sus codos, logrando distinguir los orbes azules de Matthew. -Salgamos un rato, vallamos a distraernos, ¿si?.

El contrario solo se paró, dejándose guiar por el rubio fresa que agarraba su mano con delicadeza y bondad, dando una sonrisa, que no expresaba felicidad, si no apoyo, intentando reconfortar al depresivo amante de la Cola.

El contrario solo se paró, dejándose guiar por el rubio fresa que agarraba su mano con delicadeza y bondad, dando una sonrisa, que no expresaba felicidad, si no apoyo, intentando reconfortar al depresivo amante de la Cola

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Y al momento de que su vista se activara, su sub-consciente también lo hizo, logrando sentir un peso sobre su cabeza y ojos, junto a un leve dolor en su mano.

Volteó a mirarla, y quedó sorprendido cuando ese color rojizo claro se logró divisar en esta, que seguía la forma de una mano, indicando que alguien le había apretado esta parte del cuerpo tan fuerte como para dejar marcada su fuerza en su pálida piel sensible a los toques.

De la misma forma, un pinchazo se hizo presente en su cabeza y abdomen, obligándolo a cerrar sus ojos con tal fuerza por el repentino dolor que apretujaba estas partes de su cuerpo, asustandolo, y aún más por el simple hecho de que todo a su alrededor seguía borroso, dejando una confusión en su cabeza, al lado de un temor irremediable que no dejaba que su mente descansara en ningún momento.

—Oh!, así que ya despertaste..

Un femenina voz se escucho, retumbando en eco y dejando una breve tranquilidad en el mayor por el hecho de lo animada y reconfortante que sonaba aquella melodía, salida de esa extraña parada frente a él, aún sin poder enfocar la mirada para reconocer sus rasgos, y sin mover ni un solo musculo gracias a lo adormilado y perezoso que se sentía su cuerpo.

—No te alteres, no podrás moverte hasta que se te pasen los efectos de la Ketamina.

Ke.. Tami... Na?..

La cara de la doctora frente a él se confundió y sorprendió al mismo tiempo al ver que el chico de visores podía hablar, alzando las cejas y dando un pequeño salto en la misma posición, en forma de sorpresa.

—Valla que eres resistente chico, logras hablar aún estando bajo el efecto de uno de los sedantes más fuertes que hay..— La mujer Soltó una pequeña carcajada, recogiendo unos lentes de la mesa que tenía al lado, mirando de nuevo al hombre en la camilla —Lastima que tu piel no sea igual de fuerte que tú, esa marca que te dejó el líder podría dejar morado.— Mencionó mirando su mano, y al darse cuenta que lo que dijo, colocó sus manos  en su boca, dando a entender que había dicho algo que no debía.

El hombre postrado en sábanas blancas se exaltó por el comentario de la muchacha, pero no mencionó nada, dado a que sabía que no hiba a recibir respuesta alguna a cualquier pregunta que hiciera.

—Eh.. Iré a avisarle al líder que ya despertó..— Quitó las manos de su boca y empezó a caminar a la puerta de la sala, recordando la preocupación de su líder, que seguiría allí si no fuera porque no le dejaron.

—. . .

"Por qué hizo eso?..", esa pregunta estaba en la cabeza del de visores, que todavía ignoraba el hecho de que los tenía puestos.

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[996 palabras]
29/Dic/2023

¿Volver?- TordTom ¡CANCELADA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora