𝗙𝗼𝘂𝗿.

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Me encontraba sentada en el mismo árbol de la noche anterior. Pero esta vez observando a Gon siendo derrotado por Knuckle.

Killua y Shoot habían desaparecido de mi campo de visión desde el momento en el que se adentraron al bosque. Pero después de haber peleado contra el menor era evidente que el combate lo tenía ganado el pelimorado desde un principio.

Desde el momento en el que el pelinegro logró golpear a Gon y activar a Potclean la batalla se volvió una clase de matemáticas la cuál el menor definitivamente desaprobó.
Llegó a su máximo de interés y fue así cómo el ojimiel cayó en bancarrota. Ahora tendría que permanecer en estado de Zetsu durante 30 días.

Me acerque a Gon y le di un abrazo.

—Lo hiciste bien, Gon. No te deprimas.

El chico se aferró a mi espalda y gruñó.

—Prometí que lo salvaría, ____. ¡Prometí que salvaría a Kite cueste lo que cueste!

—¡Oye! Tranquilo, ¿si? Yo salvaré a Kite por ti. No te presiones. —Me separé del agarre de Gon y lo miré a los ojos. —Debes de tener la certeza de que tú lo intentaste. No todo está al alcance de tus manos ni tampoco eres el encargado de sobrellevar toda la situación de tu amigo. Él es un casador profesional como tú, cómo yo, cómo Knuckle, cómo Killua. Él es fuerte y se puede cuidar solo. Lo ayudaremos y lo traeremos sano y salvo. Deja de carcomerte la cabeza y céntrate en mejorar vos como persona y cazador cada día.

Gon limpio algunas lágrimas que resbalaron de sus mejillas con los puños de su abrigo.

—Gracias ____. Eres la mejor. —Sonrió.

—No hay de qué, Gon. —Le devolví el gesto.

Se acercó a Knuckle y le entregó su ficha. Los dos hicieron una pequeña reverencia.

—Fue un placer pelear contigo, niño.

—Igualmente.

—¡Bueno! Ahora todo es amor y paz. Somos todos amigos. —Saqué de mi mochila dos paquetes de gomitas y le di uno a cada uno. —Su recompensa por haberme entretenido un rato.

Desde lejos se acercaron Shoot y Killua. El último cabizbajo, con la mirada apagada y a paso lento.

¿Ahora qué mierda hizo Shoot que lo dejó tan traumado?

No era necesario preguntar quién había ganado y quien no, era evidente en sus rostros.

Le sonreí al pelimorado y acentí la cabeza en muestra de aprobación. Luego, me acerqué al albino.

Quedamos frente a frente. Killua no emitió palabra y yo tampoco lo hice, simplemente lo rodee con mis brazos y acaricié su cabello.

—Suelta a tus demonios internos y serás más fuerte que muchos aquí presentes. Eres tú, y solamente tú el que no te deja avanzar.

—No sabes nada, ____.

Los dos volvimos a callar. A pesar de que ignoró mis palabras no deshizo el abrazo.

Traté de separar nuestro agarré, pero el albino se aferró y correspondió el abrazo.

Tragué en seco. Se notaba que la pelea le había afectado. Habían cabos que no le cerraban y ni siquiera él mismo sabía que hacer para mejorar.

Gon se acercó y palmeo la espalda de su amigo.

Killua me soltó y frotó su rostro.

—Lo siento...

—No pasa nada, Kill. —Sonreí.

Comencé a buscar algo en los bolsillos de mi pantalón. Saqué una cajita de Chocorobot y se la entregué al albino.

𝐸𝑙 𝑆𝑖𝑔𝑛𝑖𝑓𝑖𝑐𝑎𝑑𝑜 𝐷𝑒 𝐿𝑎𝑠 𝐹𝑙𝑜𝑟𝑒𝑠 (H×H) |Kɪʟʟᴜᴀ × LᴇᴄᴛᴏʀᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora