𝗦𝗲𝘃𝗲𝗻.

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Al cabo de un tiempo, Killua volvió en compañía del pelinegro.
Yo me había encargado de comenzar a preparar la cena, después de todo no había hecho nada en todo el día.

—Menos mal nos deshicimos de esa mujer. Esta realmente enferma... —Exhaló el ojiceleste, mientras se dejaba caer en la silla.

—No seas cruel, Killua. Solamente estaba dolida, deberías ser un poco más considerado. —Sentenció su amigo.

—¿Alguien me quiere explicar que pasó? —Repreché—. Killua se fue corriendo del departamento como si tu vida corriera peligro, Gon. Bueno, ahora que lo pienso es posible, ya que no puedes usar tu Nen...

—La enferma de Palm lo tenía aprisionado cómo un esclavo. —Rabió el albino.

—Creo que ya entiendo todo... —Suspiré—. Exceptuando esa parte; ¿Cómo te fue en tu cita? —Me senté en frente al moreno con una sonrisa en el rostro.

—¡Bien! Fue agradable hasta que, bueno, pasó lo que pasó —Respondió—. ¿Ustedes que hicieron?

Con Killua nos miramos mutuamente, él sin saber muy bien qué responder.

—Killua se la pasó todo el día en el gimnasio —Refunfuñé—. Yo, en cambio, decidí ir a comer a un restaurant de comida francesa. —Musité alegre.

Los dos chicos me miraron con curiosidad.

—¿Tú sola? —Cuestionó el chico de tez palida.

—Claro. Y la verdad fue bastante entretenido.

Una idea malévola cruzó mi cabeza. ¿Acaso Killua Zoldyck pensaba que yo estaba profundamente enamorada de él? Pues le haría creer lo contrario.

Me paré de la mesa, tomé tres copas y la botella de vino que había guardado en la heladera.

—Wow, ¿y eso? —Preguntó sorprendido Gon.

—Cortesía del mozo del restaurant. —Serví un poco en cada copa y se las entregué a los chicos. —Que, dicho sea de pasó, no estaba nada mal...

Killua tomó un sorbo de la bebida con cara de pocos amigos.

—Dile a tú amiguito que la próxima se moleste por lo menos en regalarte un vino caro... —Espetó el albino.

—Lo que cuenta es la intención. —Alcé los hombros.

Gon probó de un sorbo de la bebida e hizo una mueca de asco.

—No me gusta. Es amargo...

Reí ante la cara del pelinegro.

—Imaginé que no te gustaría.

Gon se paró de su silla y se estiró.

—Yo iré a descansar. Estoy agotado. —Anunció.

—¿Tan temprano? Ni siquiera has cenado... —Vacilé.

—Comí cuando estaba con Palm. Y toda aquella situación me dejó sin energías.

—Eso debería decir yo... —Murmuró Killua, ganándose un codazo de mi parte.

El chico nos miró extrañado, pero ignoró la situación.

—Bueno, hasta mañana, que duerman bien. —Nos saludó alegre y se dirigió a su habitación.

¡Ja! Que conveniente. Devuelta a solas con el niño prodigio.

Terminé mi copa de vino y tomé la que Gon había dejado llena.

—Si sigues tomando así antes de comer algo vas a terminar mal. —Musitó el chico a mis espaldas.

—Cállate. Tú no tienes idea de nada. —Me dirigí nuevamente a la mesada para servir la comida.

𝐸𝑙 𝑆𝑖𝑔𝑛𝑖𝑓𝑖𝑐𝑎𝑑𝑜 𝐷𝑒 𝐿𝑎𝑠 𝐹𝑙𝑜𝑟𝑒𝑠 (H×H) |Kɪʟʟᴜᴀ × LᴇᴄᴛᴏʀᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora