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Mirar el cielo de noche es maravilloso porque existen las estrellas que brillan sin parar hasta que la luz del sol abraza la mañana; en cambio, ella solo puede ver sus estrellas en el techo que iluminan sin parar una y otra vez y estarán ahí cuando ni la luz del sol pueda enrollarla en un abrazo que llene ese vacío.
Era una noche más en la vida de Isa, la chica de tan solo 21 años que se sentía sola teniendo a su familia siempre en la misma casa, la chica que se sentía sola aunque tuviera amigos con quien platicar, pero ella jamás se ha enamorado realmente ni de un chico ni de la vida. Sus noches siempre eran de escritura o lectura donde le encantaba leer sobre la Isla de Eudamon, donde el autor pintaba aquella Isla como la felicidad o como estaba escrito “el otro plano que sostenía el equilibrio del mundo terrenal”; libro que le encantaba leer porque en sí no entendía por qué la protagonista se enamoró de un arqueólogo tan estúpido, pero olvidando eso le encantaba tener aquella duda en esas partes en específico del libro, porque lo demás de la historia le fascinaba, Esa al final era Isabela.
Las mañanas siempre son fastidiosas para la chica porque se encontraba de nuevo mirando a un punto fijo sin ganas de ir a ningún lado, aquel día solo tenía que ir a la biblioteca a entregar algunos libros que le habían prestado el mes anterior, agradecía mentalmente que ya había terminado su carrera universitaria; tomo fuerzas para ir a arreglarse y después de eso empezar su rumbo a las calles de su adorada ciudad.
Las canciones de Mamma Mia! Le acompañaban todo el recorrido de su casa a la biblioteca, donde al llegar saludo a la recepcionista y posó sobre la mesa los libros que tenía que regresar.-Hola Susi, aquí traigo los libros de regreso- dijo brindándole una sonrisa
-¿Tan rápido los terminaste?- pregunto y la chica asintió- ¿Estás haciendo alguna investigación sobre el universo o porque tanto interés en estos libros?
-Solo quiero entender algunas cositas ¿Alguna novedad?- le pregunto Isabela a la recepcionista quien guardaba los libros en un estante
-Bueno, uno que otro libro nuevo llegó y el que te falta para la colección llegará la próxima semana, más precisamente él... 26 de septiembre.- le contestó
-Un año he esperado que llegue, pero bueno, iré en busca de los nuevos libros ¿Qué pasillo es?
-B26- le señalo los pasillos
-Mucho 26, ¿no?- dijo refiriéndose por la fecha que antes le había comentado
-Quizás es el nuevo número de tu suerteIsabela solo negó con burla y comenzó a caminar en busca del pasillo B26 donde se dio cuenta de que estaba en el segundo piso de aquella biblioteca, tarareo alguna canción que se le había quedado y al llegar al pasillo que buscaba en el fondo de este pudo notar a un chico, rodeo los ojos y le dijo.
-¿Te caíste de la cama Geovani?- se acercó a él y esté la miro con una sonrisa burlona
-Ni modo Isa acepta que por fin llegue a ganarte los libros nuevos, se me hace raro que hayas llegado tarde ¿Soñando de nuevo con que Rose le daba espacio a Jack en la madera?
-Ya no, pero ¿seguimos estando de acuerdo que fue muy descarada en no darle un espacio? Equis no quiero tener de nuevo estas discusiones contigo ¿Qué libros llegaron?
-A la orilla de la luz de un tal Simón Vargas, Mi querido Hamilton de Stephanie Dray y La divina comedia, aunque creo que la última ya la leíste, ¿no?
-Claro, un clásico, no hay mucha novedad- dijo viendo el estante
-Como siempre, pero la próxima semana llegan los pedidos más esperados del mes
-La resistencia y el martillo de las brujas, el último lo solicitaste tú - leyó la lista que estaba pegada con cinta a lado de los libros.
-Tú misma lo dijiste clásicos, ¿Qué planes tienes para el sábado?
La chica regresó su mirada al chico donde se lo encontró con una sonrisa burlona- Me lo preguntas porque sabes que no tengo planes.
-¿Es pregunta?- la miro confundido
-Dime ¿Qué quieres?
-Solo quiero invitarte a mi fiesta de cumpleaños
-Tu cumpleaños es en Octubre Geo.
-Exacto y como es en octubre, tú muy bien sabes que me voy con mi familia a otra ciudad, mira, voy a festejarlo, solo te pido que por primera vez vayas. Isabela siempre te invito a algo y nunca quieres ir
-Porque me sofoca la gente- dijo sin prestarle atención
-Ni gente va a ir- Isa lo miro con incredulidad- bueno, sí, pero solo poquitos unos 8 o 9 si es que vas tú.- la miro esperando una respuesta, pero esta no le respondió - Mira piénsalo y me envías un mensaje para mandarte la dirección
-Dale, voy, pero con una condición- esté regreso su mirada a ella
-Isabela no te voy a dar mis juegos de Mario Bros
-No, no quiero eso. La condición es que por un año no me vuelvas a pedir que salga a otro lugar.
Geovani aprovecho sus palabras y le pregunto-¿Entonces el próximo año volverás a ir a mi cumpleaños?
-Eres un pendejo- dijo Isabela y tomo el primer libro que vio y se fue dejando a Geovani riéndose de ella.La chica se acercó a recepción firmo las hojas donde se le pedían sus datos para que la biblioteca le prestara el libro tomado, en este venía como condición que tenía 6 meses para entregarlo si no se le pedía una cuota por retraso de entrega; la chica salió del lugar se colocó sus audífonos y comenzó a escuchar su Playlist favorita.
Mientras caminaba veía como algunas personas iban corriendo con su café en mano rumbo a sus trabajos y es ahí cuando ella se preguntaba ¿Por qué estudie literatura? Sabía perfectamente que le encantaba, pero en la ciudad y país donde vivía era un desperdicio esa carrera, aunque su mamá le ha insistido que mejor hubiera estudiado guion ismo en algo de cine, ella mil veces decía que tenían una similitud.
Levanto el libro para ver cuál había escogido y leyó el nombre “-A la orilla de la luz”- murmuro antes de llegar a la cafetería que le encantaba, pidió su café favorito y se sentó en uno de los sillones del lugar, abrió el libro y comenzó a leer mientras esperaba su pedido.
-¡Pedido Veintiséis!- grito el camarero después de unos minutos llamando la atención de Isabela, miro su ticket y se dio cuenta del número, se levantó de su lugar y se acercó a al camarero.
-Veintiséis- hablo al mismo tiempo que otro chico que había llegado a la mesa de pedidos, ambos se miraron
-¿Tú tienes el veintiséis?- Isabela le pregunto al chico y este asintió, y ambos dirigieron su mirada al camarero esperando una respuesta
-¡No mames!- exclamo con preocupación- Perdón, debe ser un error, permítanme checarlo rápidamente- dijo y miro los tickets que tenía cerca, regreso a la mesa de atrás y tomo dos cafés fríos- Aquí están, ambos pedidos son los mismos y tuve una pequeña confusión, una disculpa y espero que disfruten de su café.
-Gracias- respondieron ambos clientes y cada uno se fue por caminos diferentes, aunque ella maldecía al camarero en su mente por haber cometido semejante error.Isabela tomo su libro para buscar en que página se había quedado y la primera que abrió era en color negro que en esta decía “Faltan 3 días”.
Después de haber leído la mitad de aquel libro se levantó del sillón, tiro el vaso de plástico donde antes contenía el café y se dispuso a salir del lugar y junto a la puerta miro en el gran ventanal de la cafetería donde se encontraba un cartel que decía “Los esperamos el 26 de septiembre con la promoción de 2x1 en café frío Capuchino” miro unos segundos aquel cartel y detrás de este miro al chico que le habían dado el mismo número de pedido.
-Susana me embrujo- fue lo primero que pensó y negó con una sonrisa en su cara, de nuevo dio play a su música y tomó rumbo a su hogar.
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Veintiséis || Roier
FanfictionExiste una canción, nuestra canción... Últimamente no he dormido bien, es la 1:23, ha pasado mucho tiempo desde aquella vez, Día 26... -R.