IX

79 5 0
                                    

En su aniversario de mes de diciembre, los padres de Isabela insistieron que lo invitara porque querían conocer al supuesto novio de su hija.

-Emilia, me da un poco de nervios este momento, nunca pensé que llegaría

-Cálmate Álvaro, no le van a pedir matrimonio, solo nos lo va a presentar

-¿Y qué tal si en vez de Sebastián es una Melissa?

-¿Y eso que tiene de malo? La niña se merece ser feliz-El timbre sonó e Isabela fue abrir notando a su novio en la puerta con una sonrisa forzada.

-Se te nota mucho la felicidad tripita- le dijo y este relajo su rostro

-Tengo muchos nervios, ¿y si mejor seguimos andando en secreto frente a tus padres?

-Ni modo Sebas te chingaste, ellos ya saben de tu existencia- le tomo de la mano y lo guio hasta la sala donde estaban sus padres conversando

- Mamá, Papá les presento a Sebastián, mi novio

-Buenas tardes- los saludo, el padre de Isabela soltó el aire que tenía retenido y se acercó a él para abrazarlo en forma de saludo

- No eres una Melissa, aunque de las dos formas me alegraría que mi hija tenga novia o novio. - dijo y su hija lo fulmino con la mirada

- Mucho gusto Sebastián, yo soy Álvaro

-Yo soy Emilia, mucho gusto Sebastián y tu tranquilo, mi marido en ocasiones dice muchas incongruencias, ignóralo como lo hacemos nosotras- dijo haciendo reír a todos. - siéntete en tu casa y bueno vamos a comer te estábamos esperando, Álvaro y Emilia se adelantaron a la cocina y Sebastián le sonrió a Isabela y esta tomo su mano.

Esa tarde los padres de la chica se dieron cuenta de que su hija estaba enamorada de aquel chico y también se notaba en él, esos sentimientos eran mutuos, ganándose su confianza para que pudiera estar de pareja con Isabela.

Después de días Isabela escribía por las noches el libro que había deseado desde hace unos meses, al llegar al lugar presento su idea y algo dentro de ella se rompió al escuchar a la directora.

-No me inspira para nada tu historia, es desagradable y muy infantil. No me sirves y no te veo un futuro como escritora, muchas gracias, ya puedes irte tengo muchas más entrevistas.

La chica tomo su carpeta y camino hacia la salida, su mente solo recordaba las palabras de aquella directora de la editorial, y de un momento a otro ese recuerdo fue remplazado por un pensamiento de ella. 

-No soy buena para esto.

Camino por la ciudad, hasta llegar al parque donde noto una banca vacía, se sentó y solo tenía su mirada fija hacia el frente.

- ¿Qué es lo que te preocupa?

-No sé porque estudie eso.

-Porque te gusta

-Pero no es lo mismo gustar que saber 

-Isabela no deberías estar pensando así solo porque a una persona no le agrado el cómo escribes.

- ¡No lo entiendes! Es una directora, es muy importante.

-Se nota que tus padres no te enseñaron a valorarte.

Isabela por fin volteo a ver a esa persona.

-Nuestros padres- le corrigió

-Da igual, ¿por eso me citaste aquí?

-No, no era para eso. ¿Acaso no te importa el cómo me siento?

-No, ¿sabes por qué? - la miro- yo sé lo que vales, no me importa lo que los demás digan, eres mi hermana te conozco y conozco tus escritos

-Es que... 

-No es la única editorial, le hablare a Félix.

-No, estaré bien.

-Te conozco y esto te va a comer la cabeza, no te quedes con eso Isa, le hablare a mamá.

La mirada de Isabela se volvió borrosa y seguidamente lagrimas comenzaron a salir.

-Hermana, no te des por vencida, no como yo.

Hope abrazo a su hermana menor haciendo que se desahogara.

Esa misma noche hablo con Sebastián a lo que él fue hacia su casa para poder hacerle compañía. El celular de la chica vibro y al ver de qué se trataba era un mensaje de su amigo Geovani.

Mensaje de texto de GeoGeo

Tengo otra editorial que, si vale la pena, pendejos los que te rechazaron.

Recibido a las 22:30

A la mañana siguiente noto otro mensaje de su amigo y noto que le había consiguió una oportunidad para que una editorial leyera uno de sus proyectos, un día había conseguido tener una entrevista con el autor del libro "La Isla de Eudamon" donde este le dio de consejo que siguiera su instinto y escribiera sobre algo que fuera tan ella y no algo ficticio que nunca ha vivido o conocido; esas palabras le ayudaron bastante para comenzar esa historia donde en ocasiones Sebastián participaba porque el libro que él le había escrito con algunos poemas habían sido tan especiales en su vida.

-Entonces, ¿te gusta ver las estrellas brillar en la oscuridad? - le pregunto él mientras las veía pegadas en el techo

-Sí, nunca las he quitado y ahí están desde que soy una niña. Me hacen tener una paz y más en las noches en las que escribo- le explica.

-Se ve lindo- el confeso, Isabela se levantó de su cama dejándole su laptop en las piernas y de un momento a otro regreso y le dio una bolsa con algunas estrellas- ¿Qué?

-Son para ti, para que te acompañen en las noches -Esté las tomo y le deposito un beso en los labios

- Gracias las adoro, pero preferiría verlas junto a ti- Isabela le sonrió abrazándolo, siguieron escribiendo el libro de ella y Sebastián dio play a una canción que llamo la atención de ambos.

- ¿Día veintiséis? -preguntaron al mismo tiempo haciendo que comenzaran a reír por la conexión

-Estamos embrujados Sebas, esto ya no es normal- le dijo de broma

- ¿Te imaginas que todo sea falso y uno de nosotros con su esquizofrenia lo formo?

-Bueno, si hablamos de eso, el más probable aquí eres tú

-Habla la que escribe un libro- dijo y comenzaron a bromear 

Veintiséis || RoierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora