IV

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La fiesta continuaba y todos comenzaron a platicar integrando a Isa haciendo que el miedo y la ansiedad se convirtiera en tranquilidad y confianza, después ella entró junto con Geovani por algunos platos para poder comer.

-Espérame, debo de tener más cosas en el cuarto

Ella asintió y espero a que su amigo regresara y unos minutos después entro alguien a la cocina.

-Geo en serio, pensé que te habías perdido en tu propia casa, te tardaste un…-detuvo sus palabras al ver que no era la persona que pensaba- Perdón, pensé que eras…- miro bien al chico- ¿Veintiséis?- pregunto al mismo tiempo que él y después ambos comenzaran a reír.

-Una disculpa Isa, pero no encontraba…- Geovani miro confundido la escena- ¿Qué hacen?

-Nada, aquí recordando momentos.- hablo el chico

-¿Se conocen?- pregunto Geovani mirando a ambos

-Sí/No- cada uno respondió volviendo confundir al tercero

-Bueno, nos hemos visto una vez, pero en realidad no nos conocemos- Isabela sonrió
haciendo que su amigo asintiera entendiendo

-Qué raro. Bueno, los presento yo, ya que ustedes no lo han hecho- dijo y se posicionó en medio de ellos- Isabela él es mi amigo Sebastián, Sebastián ella es mi amiga Isabela

-Mucho gusto.- ambos se respondieron con una sonrisa en sus caras

-¿Me ayudan con lo que falta?

-Claro mi Geo- respondió Sebastián tomando lo que estaba en la mesa y yéndose hacia el patio dejando a ambos amigos solos

-Ahora sé que cuando llegues tarde a la biblioteca la culpa no será del Titanic, sino de Sebastián- le sonrió con malicia

-¿Te puedo decir algo?

-Si Isabela soy un pendejo, pero este pendejo vivió la tensión en el ambiente y no me lo vas a poder negar.- tomo la caja de cervezas y la llevo donde estaban los demás, detrás de él le seguía Isabela quien solo quería golpear a su amigo por lo que había dicho.

La fiesta transcurrió de manera normal, todos platicaban y disfrutaban de esta y sin olvidar del Karaoke que armaron improvisadamente y después de seis canciones Isabela se sentó en uno de los sillones y minutos después Sebastián fue junto a ella.

-No sé cómo tomarme esto, pero, si las casualidades existen, esta es una de ellas- le
dijo y ella sonrió haciendo que volteara a verlo- ¿Desde cuándo conoces a Geovani?

-Desde hace algunos años, nos conocimos en la biblioteca y después nos dimos cuentas que estudiábamos en la misma universidad, ¿y tú?

-Igual, pero yo estudiaba una carrera diferente

-¿Qué carrera estudiabas?

-Estudiaba una ingeniería, pero al final tomé la decisión de salirme, ¿tú?

-¿Si decidí salirme de la carrera?

-No, bueno si- ríe con nerviosismo- ¿Qué carrera estudias?

-Estudiaba -aclaro- hace poco terminé la universidad. Estaba en literatura

-¿En serio? Ahora entiendo por qué son tan amigos Geo y tú

Ambos se quedaron en silencio viendo como los demás seguían cantando y riendo-¿Así son las fiestas siempre?

-La verdad no se- la mira y le sonríe- es la primera fiesta que vengo, pero realmente cada salida que hacemos es un poco fuera de lo normal.

-Sí, teniendo a Geo ¿Qué momento no es normal?

-Exacto, perdón por lo que te voy a pedir, pero, últimamente, he tenido muchas ganas de comenzar a leer y siempre le pido a Geo que me recomiende libros, y por casualidad el día que nos vimos note que leías y supuse que podrías tú
recomendarme un libro ¿lo harías?

Isabela se quedó pensando mientras de su boca salía un sonido- No, creo que no- le dijo y este solo la miro con decepción- Mentira, obvio que sí.

Le comenzó a decir algunos libros que podría comenzar a leer y después ambos comenzaron a charlar sobre muchos más temas que se les ocurría, formando una burbuja alrededor de ellos, olvidándose completamente de los demás y en el lugar donde se encontraban.

-¡Isabela!- el grito de Geovani hizo que ambos chicos le dirigieran la mirada- ¡Tu canción we!- este fue por ella llevándola al medio de todos y acercándole el micrófono, de fondo comenzó a escucharse la canción Gimme! Gimme! Gimme!, de Mamma Mia!

Los demás comenzaban a bailar hasta que ella comenzó a cantar la letra y en los coros todos gritaban la canción, intento buscar a Sebastián con la mirada y al notar como se acercaba con todos y disfrutaba de la misma manera el momento ella sonrió.

Era una noche que nunca iba a olvidar, ahora no se arrepentía de haber aceptado asistir a la fiesta de su amigo.

Después de aquel día Isabela se había hecho muy amiga de Samantha, habían intercambiado números para poder seguir hablando y poder planear alguna salida, en cambio, con Sebastián había tenido una conexión extraña con sentimientos especiales, pero, no habían intercambiado números, así que ella sabía que tal vez no se iban a volver a encontrar por un buen tiempo o quizás se equivoca.










Veintiséis || RoierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora