Lucas y Martin eran amigos que compartían piso de estudiantes, aunque en más de una ocasión les habían confundido con una pareja. Lucas veraneaba en Getxo y después de unas cuantas fiestas y algunos amigos en común habían congeniado como si se conociesen de toda la vida. No podían verse con continuidad en todo lo que restaba del año y ambos se echaban muy en falta en esos transcursos de tiempo.
Martin iba a mudarse a Madrid para estudiar Arte Dramático y Lucas no desaprovechó la oportunidad para irse con su mejor amigo y cursar allí el grado superior de peluquería.
Además de todo el tema de que eran mejores amigos, Lucas se definía como heterosexual, definición que en numerosas ocasiones a Martin le gustó poner en duda. Y es que el uruguayo no se encasillaba en esa actitud de masculinidad fuerte y definida, a lo mejor era eso lo que le unió más con él.
Llevaban viviendo juntos desde hace 2 años y no habían tenido ningún percance a destacar, solo tenían discusiones por el desorden de las zonas comunes, fiestas que se les habían ido de las manos a alguno de los dos o exceso de ruido en época de exámenes.
Ambos compartían amigos, y les encantaba salir de fiesta juntos, excepto cuando Martin salía con sus amigas de la carrera y Lucas venía con ellos, esas ocasiones no le hacían especial ilusión al menor. Siempre se robaba la atención de algunas de ellas, y acababa teniendo que escuchar algún que otro ruido de la habitación de su compañero.
Pero hoy no era el caso, por lo que Martin tenía el objetivo claro de conseguir algo esta noche, llevaba necesitado varias semanas y entre los exámenes y la mala suerte que había tenido este último día de fiesta, llevaba sin follar cerca de un mes.
...
- ¿Compraste la entrada de una o dos copas? No hicimos previa y estoy seca. - Ruslana hablaba más alto de lo normal. El reggaeton retumbaba en la sala y apenas podía escucharla.
- De dos. Lucas hizo como 20 cortes clandestinos en casa y me ha pagado las molestias invitándome. - Rieron y dirigió su mirada a Lucas que hablaba entretenidamente con Naiara y Chiara prácticamente a gritos.
- ¿Chupito, no? - Le guiñó el ojo la pelirroja, y gracias a ella y su tono más acaramelado al camarero lo tuvieron al momento. Ruslana siempre era la que aguantaba toda la noche, y eso le encantaba de ella, sabía que la fiesta nunca sería aburrida si estaba.
Tomaron el chupito y sus caras se amargaron durante segundos para después sonreírse mutuamente. La sensación de la garganta arder y que tras tres chupitos el cuerpo se te relájese era algo que fascinaba a Martin. No le costaba soltarse sin beber, nunca fue un problema para él, pero si tenía menos vergüenza - de la poca que tenía - con algo de alcohol encima.
Al poco tiempo de estar bailando todos, Naiara ya se había perdido con algún chico que había fichado y a Lucas le había parecido algo similar. Martin iba a explotar si otra noche más acabase escuchando a su amigo pasárselo bien mientras él intentaba conciliar el sueño.
Ruslana y Chiara perreaban a ritmo de Don Omar mientras le agarraban del brazo para que se uniese a ellas en el roce de caderas. Accedió encantado. Tras media hora, estaba exhausto y muerto de sed, sus amigas aprovecharon que sonó una canción aburrida para salir a fumar y él se limitó a ir a la barra de la discoteca.
Varios chicos se quedaron mirándole mientras él esperaba, Martin sabía descifrar cuando querían algo con él y cuando no, pero debía admitir que esa tarea era mucho más sencilla cuando acudía a una discoteca de ambiente. A pesar de esta pequeña mala racha le solía ir bien con los hombres, sabía que era guapo, era fácil que se fijaran en él. Le gustaba eso de los rollos de una noche que no traían problemas a la mañana siguiente, guardaba los números de aquellos chicos para otra ocasión, la cual por regla general no se daba. Se plantearía hacer una excepción si no ligaba hoy.
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god only knows
FanfictionDonde a Martin no le importa pensar lo imposible de tenerle.