Había optado por no responderle el mensaje a Dani, incluso había pensado en bloquearlo, y aún más se lo replanteó cuando Bea y Álvaro parecía que descorcharían una botella de champán en su honor si lo hacía, pero no quiso tomar medidas tan drásticas.
Sin embargo, archivó su chat y el '1' al lado del archivados llevaba una semana volviéndole loco pero si no lo leía no existía.Los días pasaban con una lentitud insufrible para él, iba a la universidad por la mañana, a la biblioteca por la tarde y con suerte, cuando llegaba a casa estaban Violeta, Álvaro y Bea para amenizarle un poco la noche.
Habían salido los cuatro de fiesta el fin de semana anterior, no se emborrachó mucho y ligó con algunos tíos, pero ninguno le cuajó, por lo que se dedicó a bailar con sus amigos y a la mañana siguiente, estaba libre de resaca y sin un desconocido en la cama.
En cuanto a Martin, tampoco le había enviado ningún mensaje y a decir verdad, tampoco lo esperaba. Solo de imaginar su ultima conversación se le instalaba un nudo horrible en el pecho que tardaba en marcharse, así que intentaba no hacerlo con frecuencia.
Llevaban casi dos semanas sin coincidir en ninguna parte cuando se lo encontró semi desnudo con dos telas diferentes colgadas en sus hombros y un metro recorriendo su cuerpo en medio de su salón.
Se acababa de despertar de la siesta y no imaginaba que ese mismo escándalo que le había despertado estaba protagonizado por una de las razones por la que le estaba costando más coger el sueño por las noches, parecía un chiste. Aún así, optó por la que creía la mejor salida de todas, actuar con normalidad, toda la que estuviese de su mano. No prometía nada.
- Hijos de puta, me habéis despertado. - Su voz salió ronca y carraspeó.
Todos los presentes se giraron hacia él, lo que más sobresalió fue la risa estridente de Bea, seguramente por el pijama navideño y su mala pinta general. En cualquier otro momento hubiese corrido a su habitación a esconderse, pero ya estaba afuera y el ridículo estaba hecho. Martin solo le dedicó una pequeña mirada y volvió a prestar atención a lo que Álvaro le demandaba para tomar bien sus medidas.
- Hijo, a partir de las seis de la tarde en esta casa no hay siesta. - El sevillano se asomó de detrás de las piernas de Martin mientras ponía una de las agujas en sus labios con agilidad.
- Es mi casa también, te recuerdo. - Recalcó desde la isla de la cocina. Sacó un pequeño bol para hacerse leche con cereales. Álvaro le ignoró para seguir hablando con el otro.
Bea se levantó del sofá donde estaba sentada con Violeta para ir con él, acarició su espalda y le miró con una sonrisa divertida la cara de dormido que tenía.
- ¿Has dormido bien, cariño?
- Pues no. - Expulsó una corta risa irónica. - No por vosotros, no estoy durmiendo muy bien. - Habló en un volumen más bajo para que solo pudiese escucharle su amiga.
- ¿Por? - Juanjo negó restándole importancia al asunto y ella quiso volver a preguntar, pero ya se había ido de su lado para sentarse en el sillón.
El aragonés se dedicó a comer en silencio sus cereales mientras era un mero espectador de la conversación de sus amigos, y Martin. Violeta también se desvistió para que le empezase a tomar medidas Bea. Todo su salón se había convertido en una sala de costura llena de telas de distintas texturas, patrones, metros y varias máquinas de coser.
- ¿Y qué estáis haciendo? - Preguntó despreocupado tras unos largos minutos observando. Provocó las carcajadas de Violeta y Bea, y una pequeña risa de Martin que quiso esconder mirando hacia Álvaro.
- El nuevo vestuario para la obra, ¿te acuerdas que fuimos a buscar las telas el otro día?
- Todo cuadra, claro.
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god only knows
FanfictionDonde a Martin no le importa pensar lo imposible de tenerle.