capítulo 6

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Llevaba pensando alrededor de veinte minutos si escribirle o no. Hacía tres días que se habían visto y durante ese tiempo no había podido no pensar en cuándo se verían la próxima vez.

Martin:
"holaa, estoy muy aburrido en casa"
"cómo vives cerca y eso por si te apetecía bajar y nos tomamos un café o algo"

Hasta que no le respondió el pequeño nudo de su estómago no se calmó considerablemente. No quería verse ridículo con aquella petición.

Juanjo:
"O sea que me hablas porq estás aburrido?"
"Donde nos lo tomamos?"

Martin:
"eres así de dramático siempre??"
"al menos yo te he hablado"
"en la plaza que está al lado del chino está bien el café podemos ir ahí"

Juanjo:
"Tengo q hacerme de rogar un poco"
"En 20 minutos estoy en tu portal, te aviso y bajas"

Martin:
"vale :)"

No recordaba la última vez que se había duchado, peinado y vestido tan rápido, justo cuando se estaba atando los cordones del último zapato recibió el mensaje de que estaba abajo esperándole.

Lucas no estaba en casa, como últimamente malacostumbraba, a pesar de que hoy agradeció el no tener que darle explicaciones sobre el porqué se había puesto su perfume favorito.

Juanjo estaba esperándole de espaldas a su portal, apreció que hoy sí llevaba un chaquetón adecuado para el tiempo que hacía. Dio varios golpecitos en su hombro y se giró al momento acompañado de una sonrisa.

- ¿Sabes qué hacer esperar es de mala educación?

- ¿Tú sabías que lo bueno se hace esperar? - Sonrió apretando sus labios mientras le alzaba las cejas.

- ¿Y lo bueno? - Miró hacia los lados y detrás suya provocándole la risa. Le empujó hacia atrás tontamente para comenzar a andar después.

La cafetería estaba a unos escasos cinco minutos andando por lo que no pudieron tener mucha conversación antes de sentarse en la terraza cubierta. Eran las siete de la tarde y ya casi anochecía, la iluminación consistía en las grandes estufas exteriores que calentaban el lugar.

- ¿De dónde eres? - Martin comenzó la conversación tras irse la camarera de su mesa para dos. La pregunta hizo reír a Juanjo que le miraba sorprendido al no esperar aquello de primeras.

- ¿Así vas a empezar la conversación?

- No me lo quisiste decir la primera vez que te lo pregunté, sigo teniendo curiosidad.

- Estábamos en otra cosa. - El más pequeño desvió su mirada por un momento. Le divertía su forma de ser. - Soy de Zaragoza, bueno, un pueblo, de Magallón.

- Me podía imaginar que eras de por ahí.

- Tu eres más del norte que yo.

- De un pueblo de Bilbao.

- Ahora que lo dices no sé cómo no me he dado cuenta antes.

- ¿Parezco muy vasco? - Le repasó con la mirada con sus comisuras alzándose poco a poco y asintió complaciente, lo que casi lo hace sonrojar. - ¿Y qué estudias?

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