Tn's pov
Doy vueltas por la habitación, siento como mi corazón late con fuerza y esa cicatriz de mi mejilla duele con fuerza, suelto un grito de frustración y algunas lagrimas bajan por mis mejillas, me siento en la cama y dejo que las lagrimas bajen ¿Cómo pude hacerle eso a Jisung? el no es una mala persona como Dios me dijo, es la persona más amable que he podido conocer, lo vi jugar con niños, ayudar a algunos ancianos y uno que otro humano, escucho como abren la puerta.
- Dios te busca.
- ¿Qué tan urgente es?
- frunce el ceño- Eso es lo de menos, Dios te busca, ya deberías estar de pie y lista para ir.
- No estoy de humor para las charlas de Dios, Jisoo si no es nada urgente, paso.
-suspira- Sécate esas lagrimas, tiene que ver algo con le nuevo prisionero.
-me paro y me seco las lagrimas- Vamos.
- levanta la ceja- Tienes que contarme que paso ahí abajo para que te interese tanto Lucifer.
- Solo te diré que lo único que hizo fue cuidarme.
(...)
Camino detrás de Dios, ninguno dijo palabra alguna, solo me dio una mirada de desaprobación y empezó a caminar, yo mantengo la mirada baja y mis alas de la misma manera, empezamos a bajar unas gradas de piedra, en las paredes hay dibujos tallados a mano, un poco tétricos para mi gusto, lo único que alumbra son unas antorchas bien distribuidos, esto me recuerda a esos castillos antiguos donde los humanos vivían, al final de las escaleras, seguimos por un pasillo, donde las puertas estaban hechas de madera y tenían cruces, trago en seco al escuchar algunos gritos y golpes, al final del pasillo se encuentra una puerta diferente, una de metal que brilla, esta vez la cruz esta al revés.
- Abre la puerta- ordena.
Asiento con la cabeza y abro la puerta con la mano temblando, escucho como los engranajes rechinan y termina de abrirse esa puerta, ese fue el momento en el que lo vi, encadenado de pies y brazos al suelo, su ropa desgarrada, a sus alas negras les faltaba plumas, su cabeza baja y rastros de sangre a su alrededor, llevo mis manos a mi boca, no puedo formular ni una palabra o siquiera moverme.
- Que el este aquí es gracias a tu esfuerzo arcángel- Dice Chan con una sonrisa.
Niego con la cabeza, siento como mis piernas tiemblan y una ira empieza a nacer en mi interior, cierro mi mano con fuerza y clavo mis uñas en la palma de mi mano, solo puedo observarlo, mi corazón se rompe al verlo de esa manera, veo como un ángel le tira agua bendita y luego como grita de dolor, leves marcas rojas aparecen en su cara y cuerpo, intento ir, pero siento como Dios pone su mano en la entrada.
- Mantén distancia, es el diablo recuerda lo que te- lo interrumpo.
- No me interesa, déjame pasar.