Capitulo 1

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Ahí se encontraba en la sala de un hospital, aunque era una sala VIP, el único sonido que se podía escuchar era el de las maquinas que monitoreaban sus signos vitales, además del goteo de los medicamentos intravenosos constantes y ese maldito olor a desinfectante que hace bastante tiempo había empezado a odiar, ya no tenía ese bello cabello cenizo que poseía, debido a las quimioterapias que fue sometido este cayo, sus ojos se veían vacíos sin vida ya no eran ese rojo tan característico y brillante que una vez tuvo, pues su situación lo llevo a apagarse día a día ni siquiera poseía ese carácter tan explosivo y llamativo que poseía, su cuerpo estaba extremadamente delgado cualquiera pensaría que si se ejercía la más mínima fuerza podría romperse, todo el maldito dolor era calmado por la cantidad de morfina que le daban aunque últimamente no estaba haciendo de todo efecto.

Aun con su aturdimiento por tanta medicación agarro su celular para llamar a su esposo, después de unos tonos fue contestado, pero se escuchó una voz femenina al otro lado.

- Hola- cuando escucho supo que era la voz de la secretaria y amante de su esposo.

- Pásame con Eijiro- dijo casi en un susurro, no tenía ni siquiera las fuerzas para discutir con esa mujer.

- Lo siento Eiji está duchándose- dijo con un tono inocente, pero sabía que era una farsa- ¿quieres dejar algún mensaje?

- No déjalo- tras decir eso solo colgó sabía que por más que le pidiera que vaya a verlo no lo haría porque él no lo ama, aunque en eso eran iguales.

Su esposo ya obtuvo lo que quiso de él, en su matrimonio firmo el contrato en donde después de su muerte le entregaba sus empresas, su dinero y toda su herencia, jamás pensó lo que vendría, a cuatro años de su boda empezó a enfermar, su excesiva obsesión por el trabajo después de la muerte de sus padres al año siguiente de su boda, hizo que no comiera en largos periodos de tiempo a veces sin dormir lo llevo a caer en un cáncer de estómago, pero como es un maldito orgulloso de mierda dejo pasar el tiempo hasta que se volvió irreversible, no podía hacer más que reír y llorar, su esposo que una vez juro amarlo en salud y en enfermedad, amarlo hasta la maldita muerte ahora se estaba revolcando con una mujer mientras él está esperando su muerte de forma silenciosa, solo sin nadie quien lo acompañe ya no tiene familia, ni amigos y todo por su culpa porque era un egoísta, orgullo y estúpidamente terco, tampoco está con el verdadero hombre que amo, al final cuando se casó con Eijiro pensó que llegaría a amarlo, si lo quiso pero nunca como a su amigo de infancia que dejo ir por idiota, mientras lloraba rogaba al cielo verlo antes de morir quería decirles tantas cosas aun si ya era tarde para tener algo con él, al fin y al cabo nadie lo mando a irse primero, con ese pensamiento se quedó dormido.

Cuando volvió a abrir los ojos giro su rostro hacia la ventana vio que el sol ya se estaba ocultando, sabía que no le quedaba mucho para seguir respirando, sus lamentos se vieron interrumpidos por el sonido de la puerta, pero aun así no vio hacia ella podía ser el médico, las enfermeras o en un caso de suerte seria su maldito esposo que venía a ver si de una vez por todas se había muerto, pero nada lo preparo para lo que escucho.

- Kacchan- ese apodo y ese tono de voz era de una sola persona y ahora no quería darse la vuelta en ese momento se había acordado de su deseo de verlo una última vez, pero ahora no tenía las fuerzas para verlo, pero aun así se obligó al fin y al cabo quiere ver esos ojos hermosos que le encantan tanto.

- Hola Deku- aunque intento hablar calmado fue imposible que no se notara como tragaba el nudo que se formó al por fin verlo.

- Tanto tiempo sin vernos- dijo el peliverde bajando su rostro sabía que quería ocultar esas lágrimas, que al fin y al cabo siempre fue un llorón.

- Si bastante tiempo- menciono con dificultad- ¿Cómo supiste que estaba aquí?

- Aizawa es médico en este hospital y bueno él supo y me aviso, apenas llegué a Japón vine a verte- dijo mientras traía una silla para sentarse a mi lado.

- Aizawa siempre ha sido medio chismoso- intento bromear él cenizo.

- Esta afuera puede escucharte- intento seguir el juego el peliverde.

- Viste es chismoso- menciono soltando una ligera risa que al terminar dejo que la habitación se sumiera en un pequeño silencio.

- Yo... lo siento- dijo rompiendo el silencio el peliverde soltándose a llorar.

- ¿Por qué te disculpas? - pregunto confundido.

- Porque te dejé solo, me fui porque no te podía ver con él y mira en lo que terminaste- dijo llorando a mares y agarrando mi mano.

- No seas idiota yo te aleje primero, yo elegí estar con el cuándo al que siempre ame es a ti Izuku, además estoy así por mis propias elecciones no tienes la culpa de nada- hablo también empezando a llorar el tener que admitir todo eso le estaba matando más que la enfermedad y no era por su orgullo si no porque lo admitía demasiado tarde.

- No, es mi culpa Kacchan yo también te amo y no tuve la valentía para pelear por ti, pensé que estarías bien con él te veía feliz por eso no quise interferir- hablo gangoso el otro.

-No Izuku no te culpes por mi enfermedad esta es la consecuencia de mis acciones- dijo intentando que entendiera que este final lo eligió el- somos unos cobardes Deku- admitió levantando su mano para acariciar su rostro.

- Por favor Kacchan quédate no me dejes ahora podemos empezar de nuevo- rogo el otro mientras veía caer sus lágrimas, aunque ya empezaban a verse borrosas, sabía que no quedaba mucho.

- Ya no hay tiempo para un nosotros Izuku- dijo negando con lágrimas cayendo por sus mejillas cada segundo que pasaba era más difícil respirar- acuéstate a mi lado, quiero irme abrazándote por favor.

- ¿Cuánto queda? - pregunto haciendo caso a al pedido del cenizo y ganándose a su lado, ayudándolo a apoyarse en su pecho.

- No mucho- dijo casi en un susurro podía sentir como le abrazaba más fuerte a medida que el medidor de su pulso indicaba que este iba bajando- te amo Izuku- dijo ya casi sin aliento por lo menos estaba muriendo en los brazos de quien amo, en ese último momento rememoro toda su vida y en cada paso que dio desde los 4 años hasta sus 25 años que fue cuando el peliverde se fue por su culpa, siempre estuvo a su lado celebrando sus logros, festejando cuando cumplía un sueño o meta, realmente quería quedarse pero ya no había tiempo, daría todo lo que le dio a alguien que nunca lo amo para volver a empezar con el amor de su vida, a la mierda el resto ojala pudiera reiniciar todo fue su ultimo pensamiento.

- te amo Katsuki- dijo el otro con tristeza en su voz, aunque no podía verlo sabía que estaba llorando con más fuerza, pero en silencio.

Y así en ese abrazo el peliverde sintió como su mundo se detenía al escuchar como la maquina mostraba una línea recta junto con un pitido que lo dejo aturdido, se abrazó al cuerpo inerte del único ser que amo en su vida, lloraba rogando a quien fuera que se lo devolvieran, no saben cuánto estuvo ahí derramando lagrimas sin control, en algún punto sintió un pinchazo y cuando giro su rostro vio a Aizawa lo habían sedado empezaba a sentirse más ligero pero eso no quitaba el dolor en su corazón, aun así pudo formular una pequeña oración.

- Se fue el amor de mi vida- hablo viendo el rostro triste del pelinegro antes de que todo se volviera oscuro tal y como su vida seria de ahora en adelante sabiendo que perdió a Katsuki Bakugo para siempre.

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ReinicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora