Capítulo 7

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A La mañana siguiente me desperté expectante, aunque nerviosa por el encuentro que tendría con ese tal Eric Northman. Las palabras de Tara no salían de mi cabeza. ¿Qué tipo de rumores había escuchado sobre aquel vampiro, y por qué le temía tanto?

Por suerte, ese era mi día libre, así que después de mi habitual carrera por los alrededores boscosos, volví al chalet y me dediqué a limpiar el lugar.

me senté al ordenador, y con el pulso acelerado y las manos ligeramente temblorosas, tecleé Eric Norhtman en la barra de búsqueda. A penas una decena de resultados, la mayoría, Noticias del fangtasia. Deslicé el cursor por las entradas hasta que una foto llamó mi atención. Aunque granulosa, la instantánea mostraba a Eric a las afueras de su establecimiento.

Intrigada di zoom y estudié la foto más detenidamente. A pesar de los píxeles, una inteligencia feroz se escondía tras aquellos ojos fríos y penetrantes, como si pudiera ver a través de la pantalla. Sus anchos hombros que ceñían una chaqueta de cuero hablaban de fuerza física, pero lo que realmente me inquietaba era la serenidad con la que se mantenía, como un depredador que escanea con calma a su presa antes de atacar.

Aquel peligroso vampiro ahora estaba implicado en nuestra investigación, lo quisiera o no. El escalofrío que me recorrió tenía poco que ver con la temperatura de la estancia. No podía evitar sentirme atraída hacia el peligro y magnetismo que exudaba aquel ser sobrenatural, aunque en el fondo sabía lo imprudente que era al mezclarme con alguien como Eric. traté de tranquilizarme diciéndome que solo iba al fangtasia para advertirle al dueño del peligro que corrían sus clientes, Nada más.

Unos fuertes golpes a la puerta interrumpieron mis cavilaciones, y como si estuviera viendo algo indebido, cerré rápidamente el navegador y acudí a abrir. Era Tara.

—¿qué hacías, Hope? —

—Solo un poco de investigación antes de encontrarnos con Eric Northman —Me excusé.

Ella me miró con una ligera desaprobación que hizo que me encogiera, pero en seguida esbozó su característica sonrisa y todo volvió a la normalidad.

—Venga, tenemos que darnos prisa antes de que las colmilleras se adueñen del lugar —zanjó Tara y tras levantarme del asiento, cogí mi pequeño bolso y ambas salimos del adosado.

Subimos al coche de Tara y ella condujo unos cuantos kilómetros fuera del pueblo hasta llegar a Shreveport donde se ubicaba el Fangtasia.

—¿Estás preparada? —preguntó ella una vez que bajamos del automóvil.

Ante mi asentimiento, empujó la puerta y entramos en el bar.

Fuimos recibidas por una maraña de cuerpos que se movían frenéticamente en la pista de baile.

El olor a sexo, sudor y sangre impregnaba todo el lugar. un vampiro clavó los colmillos en el pálido cuello de una escuálida mujer, y ella dejó escapar un fuerte gemido, no pude distinguir si de dolor o de placer. Incómoda, aparté la mirada, solo para encontrarme a un chico bailando con una vampiresa vestida únicamente con un minúsculo tanga que se frotaba lascivamente contra él.

En la barra, un pálido camarero preparaba cócteles mezclando líquidos misteriosos de unas botellas que brillaban en las luces estroboscópicas del bar.

El vestuario de las mujeres se componía de escasas prendas de látex, cuero o lencería de encaje.

Cohibida, me miré la a anodina camiseta y los vaqueros ajados que llevaba, e inmediatamente me sentí fuera de lugar. Tara vestía unos shorts ajustados y un top, mostrando su tonificado vientre.

Al notar mi incomodidad, ella se giró con una sonrisa tranquilizadora.

Hope, estamos aquí para advertir a Northman de la amenaza, no es ningún concurso de belleza.

Hope (Sam Merlotte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora