—¡Hope! ¡ponnos dos jarras de Miller y unas patatas fritas! —gritó hoyt desde su mesa habitual, haciéndose oír por encima de la algarabía del bar. Esa noche estábamos al completo gracias al partido del equipo local. Las cuatro camareras que trabajábamos aquella noche apenas dábamos abasto.
—¡Marchando! —respondí yo antes de llenar un par de jarras de cerveza del grifo. Antoine me pasó la comanda y caminé hasta la mesa de Hoyt, depositando el pedido sobre el tablero.
—Gracias, guapa —Dijo Jason. Le sonreí antes de abandonar su mesa, sabiendo que en cuanto me diera la vuelta volvería a mirarme el culo como siempre hacía.
Rellené el pimentero de la mesa cuatro y me abrí paso entre los camioneros que ocupaban prácticamente todas las superficies y sus gritos de protesta cuando el equipo contrario marcó un gol. Tras recuperar la fregona, limpié la cerveza que algún fanático molesto había tirado al suelo.
Pasadas las nueve, Sam se acercó a mí con un trapo en la mano.
Hola, Hope. ¿Cómo lo llevas hoy? —
—Voy tirando —respondí yo, mientras aclaraba los vasos sucios bajo el fregadero.
—¿Qué tal tu día libre? Tara me ha dicho que habéis ido de compras —
Los recuerdos del intenso encuentro con {Eric Norman en el Fangtasia acudieron de nuevo a mi mente, haciendo que un ligero estremecimiento me sacudiera. intenté disimular frente a Sam.
bien... Tara y yo encontramos una tienda de ropa preciosa —mentí. Sam abrió la boca para decir algo más, pero finalmente se encogió de hombros y se alejó, atendiendo a la llamada de Andy.
En ese momento me obligué a soltar el aire que había estado conteniendo en forma de un tembloroso suspiro y sacudiendo la cabeza, volví al trabajo, encontrando en las tareas monótonas un descanso para mis atormentados pensamientos.
El resto del turno transcurrió entre rellenar bebidas, entregar comandas y fregar uno que otro derrame de los parroquianos furiosos. cuando llegó la hora de cerrar, lo único que quería hacer era cambiarme de ropa, darme una ducha fría y tumbarme en la cama.
Cuando me dirigía al adosado, una figura apareció de entre las sombras dándome un susto de muerte. Era PAM.
—Eric quiere verte, Carter —anunció escuetamente.
—¿Para qué? —
Ella no respondió y se limitó a señalar un elegante coche negro que esperaba aparcado unos metros más allá. Resignada, seguí a la vampira y montamos en el vehículo que nos llevó hasta el Fangtasia.
Una vez en el bar, Pam me condujo directamente al despacho de eric y luego desapareció.
Tomé un par de respiraciones profundas para tranquilizarme y por fin llamé a la puerta.
Adelante— dijo Eric desde el interior.
Mi mano hizo girar el pomo e ingresé a la estancia. Eric estaba sentado ante el escritorio, y en cuanto notó mi presencia sus intensos ojos azules me escrutaron con descaro, antes de que una media sonrisa curvara sus labios.
—Siéntate, por favor —ordenó con un tono grabe que resonó en la amplia habitación.
Yo obedecí, ocupando la silla que estaba frente a él. Desde mi posición pude ver que su sencilla camiseta se ceñía a la perfección a su musculoso torso, y los vaqueros negros que llevaba resaltaban sus poderosos muslos.
Tragué saliva y me removí incómoda en el asiento.
—¿Dónde está tu provocadora amiga de anoche? —
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Hope (Sam Merlotte)
FanfictionHope Carter llega al pequeño pueblo de Bon Temps para rehacer su vida e intentar olvidar su turbulento pasado. Pronto, una oleada de asesinatos sacude la hasta ahora pacífica comunidad. Cuando un trágico suceso afecta directamente a la protagonista...