Capítulo 2

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A la mañana siguiente, desperté por los rayos de sol que impactaban directamente en mi cara. Molesta, me cubrí la cabeza con la almohada para volver a dormir, pero al cabo de unos minutos sin conseguirlo, me di por vencida y abandoné la cama con resignación. Mi estómago exigió algo de comida. Caminé por la caravana en dirección a la cocina. Abrí la nevera, pero estaba vacía. Rebusqué por las estanterías, pero tampoco había nada en ellas. Decidí que lo mejor sería buscar algo en el Merlotte's. Cogí las llaves que se encontraban sobre un mueble y salí del vehículo.

una vez fuera, recorrí los pocos metros que me separaban del bar. Abrí la puerta con sigilo y entré al local. Sam dormía sobre un colchón que se encontraba cerca de la entrada. Pasé silenciosamente junto a él en dirección a la cocina. Tras rebuscar por los armarios y las estanterías de la misma, encontré huevos, leche y algo de harina. Decidí preparar unas cuantas tortitas.

Después de colocar la sartén sobre los fogones, me dediqué a mirar por la ventana

—Buenos días —Dijo una voz detrás de mí.

Sobresaltada me giré para encontrarme a Sam esbozando una pequeña sonrisa.

—Joder, Sam —

—lo siento, Hope. ¿Qué haces? —

—Preparo el desayuno. No había comida en tu caravana, así que decidí cocinar aquí. Espero que no te moleste —

—Por supuesto que no. Al contrario —

Sam vestía unos pantalones cortos y tenía el torso desnudo. Por más que lo intentaba, no podía apartar la mirada de su musculoso cuerpo. Me giré dándole la espalda y Serví un par de tortitas en cada plato.

Cuando el desayuno estuvo listo, ambos cogimos los platos y nos sentamos a una de las mesas del local.

Después de un agradable desayuno con Sam decidí que ya era hora de pagar la deuda del tugurio en el que me había alojado.

Cogí el dinero que había cobrado el día anterior y me puse en marcha.

Una vez en la recepción pude liquidar mi deuda, y tras un par de reticencias por parte del viejo recepcionista, el hombre me entregó la llave de mi antigua habitación.

Cuando me aseguré de que tenía todo lo necesario, Salí del hotel y decidí hacer un poco de turismo por el pequeño pueblo de Bon Temps.

Lo habría hecho antes, pero estaba muy ocupada auto compadeciéndome y comiendo comida basura. Pasear por las calles de aquel pintoresco pueblecito era una de las últimas cosas que me apetecía hacer.

Las siguientes horas las dediqué a vagar por las calles y a observar los escaparates de las tiendas. Cuando quise darme cuenta, faltaban quince minutos para que mi turno comenzara. Tras ducharme rápidamente, dirigí mis pasos al Merlotte's, rezando por no llegar tarde.

Por suerte, cuando llegué al local aún faltaban algunos minutos para mi turno. Mientras me recuperaba de la carrera, pude divisar unos cuantos camiones aparcados en la parte trasera del local. Al acercarme, me di cuenta de que unos hombres descargaban cajas del interior de los vehículos. Sam también estaba allí, ayudando a los conductores con su tarea.

Entré al Merlottes y saludé a los pocos empleados que se encontraban dentro. Sookie conversaba con Arlene mientras un chico que rondaba los diecisiete años limpiaba las mesas.

Pronto, Sam y los hombres entraron para colocar todas las cosas en su sitio.

El bar comenzó a llenarse de gente, y en unos minutos, Arlene, Sookie y yo servíamos copas a destajo.

Dos chicos vestidos de uniforme se sentaron a una mesa de mi área. Cuando me acerqué a tomar su pedido, ambos me miraron de arriba abajo con curiosidad.

—Nunca te había visto por aquí antes. ¿Eres nueva en el pueblo? —preguntó el rubio.

—Sí. En realidad, soy de Arkansas. Sam me ha dado el trabajo —

—Genial. Por cierto, me llamo Jason Stackhouse —

—Yo soy Hope Carter. ¿Qué os sirvo, chicos? —

—Una cerveza para Hoyt, y un 7/7 para mí—

—Claro, en seguida vuelvo—Concluí, y me alejé de la mesa hasta la nevera de cristal donde se guardaban las bebidas.

Deposité las copas en la mesa de Jason y continué atendiendo mi sección.

Sam estaba en la barra, observando atentamente el local. Pasé junto a él con una bandeja y le saludé con la cabeza. Él me respondió con el mismo gesto y una sonrisa.

Cuando retiré los vasos vacíos de la mesa de Jason y Hoyt ellos pidieron un par de copas más, al girarme sentí un fuerte azote en el culo. Viré la cabeza y observé a Jason esbozando una sonrisa estúpida. Lo fulminé con la mirada y continué con mi trabajo.

Justo cuando me retiraba de la mesa, Jason se puso de pie y me rodeó la cintura con los brazos. Intenté apartarme, pero él me sujetó con más fuerza.

—¿por qué no me acompañas a casa? —Susurró en mi oído. Un escalofrío de repugnancia me recorrió de pies a cabeza, e hice acopio de fuerzas para soltarme de su agarre. Cuando logré liberarme le abofeteé con tal fuerza que se tambaleó unas cuantas veces, pero al final pudo recuperar el equilibrio.

—No vuelvas a tocarme, hijo de puta —

Fue entonces cuando Sam apareció y sacó a Jason a rastras del bar. Hoyt sólo se encogió de hombros, y se dirigió hasta la salida.

Me alejé con los vasos vacíos en dirección a la cocina mientras las miradas de la clientela se posaban en mí. Traté de ignorarlas lo mejor que pude y continué sirviendo mesas con toda la normalidad que me fue posible.

Al finalizar mi turno, dediqué unos minutos a ayudar a las demás camareras a limpiar el bar. Estaba a punto de irme, cuando escuché a Sam llamándome.

—Hope, podríamos hablar en mi despacho? —

Mi estómago se revolvió al escuchar esas palabras. Miles de pensamientos negativos pasaron por mi mente a medida que me acercaba al despacho.

Una vez dentro, me quedé de pie frente a Sam, quien tenía el rostro serio.

—Siéntate, por favor —

Obedecí a la vez que por mi cabeza pasaban miles de excusas para justificar mi errático comportamiento.

Hope, yo... —

—Lo siento mucho. Jason estaba propasándose conmigo y fue la única manera que se me ocurrió para defenderme. Sé que no ha sido un espectáculo agradable, pero yo... yo sólo intentaba protegerme. —

Fue cuando me atreví a formularle la temida pregunta:

—¿Estoy... estoy despedida? —

Sam parecía genuinamente desconcertado.

—¿Qué? ¡Claro que no! Yo sólo quería disculparme contigo por no a ver acudido antes en tu ayuda. Además, ya era hora de que alguien le diera una lección a ese capullo —concluyó con una pequeña sonrisa.

Sonreí a mi vez, y después de un agradable y largo silencio ambos nos despedimos y abandonamos el Merlotte's.

Hope (Sam Merlotte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora