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Tomeo seguía sosteniendo con fuerza a Kai y seguía caminando atraves de aquellos pasillos oscuros. Se escuchaban a los lejos más gritos de personas aterradas pero Tomeo hizo oídos sordos y siguió con caminando.
Tenía que ayudar a Kai.
Solo había eso en su cabeza.
Sintió como el cuerpo de baja de tomar fuerza y lo sostuvo una vez más. Kai tosio mientras sus piernas estaban fallando en cada movimiento que lograba hacer, su mirada estaba borrosa y no podía ver bien.
Tomeo siguió con su caminata y entro en otro corredizo, en el camino se encontró con algunos cuerpos sin vida y rastro de sangre. Contuvo su respiración al ver aquella escena y solo regreso su mirada hacia en frente ignorando todo a su paso.
Kai seguía luchando mientras tosia algo brusco y de su boca seguía saliendo sangre.
—Tranquilo Kai, Aguanta.—Pidió Tomeo de manera asustada. Kai le dió una débil sonrisa.
—No te preocupes..
Kai tosio nuevamente y se recargo en Tomeo hasta que en un momento, sus ojos se desviaron hacia el final del pasillo y vio una gran figura. Sus pies se detuvieron mientras miro fijamente hacia aquel lugar. Tomeo desvió su mirada hacia donde estaba mirando Kai y vio como esa gran figura se revelaba ante ellos.
Era uno de los discípulos.
El gran hombre tenía rastros de sangre en todo su fornido cuerpo y su mirada decía mucho. Era como si estuviera esperando este momento para el final, su mirada tenía sed de sangre y quería acabar con aquellos dos.
Tomeo abrió sus ojos en grande al verlo, quiso correr pero Kai seguía herido y podría corre con el. Si escapaban no podría ayudar a Kai, ya que tendría que acabar con el si o si aora salir de este lugar.
Regreso su mirada hacia su moribundo amigo y este estaba respirando profundamente, tratando de mantenerse.
Suspiro y llevo a Kai algo lejos, hacia una de las paredes para dejarlo sentado sobre el suelo. Kai lo miro sin entender de porque lo estaba dejando allí.
—¿Q-qué carajos estás haciendo, Tomeo?.—Pregunto casi en un hilo de voz y había preocupacion. Tomeo lo miro y le dió una mirada tranquilizadora.
—Lo que tendría que haber hecho desde un principio. Tú solo espera.
Dijo Tomeo y le dió una pequeña sonrisa para luego levantarse. Observó como el hombre caminaba hacia ellos y Tomeo también comenzó hacer lo mismo.
Kai lo observó con preocupación mientras trataba de moverse pero no podía, su estómago dolía y casi no sentía sus piernas.
Tome tomo respiración y se alejo de Kai.
Está vez no tendría miedo.
Iba a sacar a su amigo de este lugar.
Tomeo miro aquél gran hombre, este le sonrió con sorna mientras se preparaba para terminar con todo.
