— ¿Estás bien, Aure? —preguntó su madre en tono maternal.
—Sí, sólo me preguntaba dónde está Artemisa, no ha venido a poner a nadie nervioso, ni siquiera a Chloe en la galería de arte... Debió llegar hace media hora, ella no suele llegar tarde a ningún sitio.
—Ella llegará —la tranquilizó. La familia entera era consciente del impresionante nivel de responsabilidad de la pelirroja para cumplir con un compromiso, así que pocos solían preocuparse por ella.
Ambos gemelos estaban impecables, Aure usaba un vestido blanco de estilo griego que realzaba el color de su piel y el de su cabello, acompañado por unos zapatos de tacón negros que extrañamente resultaban muy cómodos. Nick llevaba un traje negro y camisa blanca, que combinaba perfectamente con su otra mitad, eran como el yin y el yang personificado, los mismos rostros angelicales, pero diferentes tonos de personalidades.
—Iremos a nuestra mesa —anunció el padre de los gemelos. Se tomaron de las manos e hicieron una plegaria a Dios para que todo saliera bien, acto seguido los padres abrazaron y besaron a sus hijos y se fueron hacia el amplio salón en el que el público presenciaría cada acto.
Isaure estaba sintiendo algo de nervios así que se dedicó a practicar su presentación en un piano imaginario. No se dio cuenta del tiempo que pasó hasta que escuchó al presentador hacer apertura del evento. Volteó hacia su hermano y lo encontró practicando con los ojos cerrados en su violín imaginario; a veces le sorprendía lo parecidos que eran cuando se trataba de costumbres y manías.
—Iré a husmear un poco —Anunció a su hermano. Se asomó entre las cortinas hacia el público y se encontró la mesa de los Fengari, los padres de ella ya estaban ahí, todos conversaban y reían despreocupados, incluso Chloe se encontraba al lado de su madre, muy ensimismada en el teléfono, pero ni rastros de su prima mayor. Sin embargo, Ambrosse, el prometido de Artemisa, sí estaba allí sentado con los Fengari, conversando y riendo sin preocupación alguna, así que Isaure se convenció que esa era una buena señal.
El prometido de su prima volteó repentinamente al sentir los ojos de Isaure sobre él. El griego le devolvió la mirada con esa expresión pedante que era usual en él y que siempre lograba incomodar a la griega. El hombre era algo mayor, guapo, con un cuerpo muy bien trabajado y un rostro perfilado, pero aun así su aura no era nada agradable; siempre tenía una sonrisa fría dibujada en el rostro y hablaba con un carisma claramente premeditado con el que dominaba casi cualquier conversación. Además, miraba a las mujeres como si estuviera a punto de devorarlas. El tipo solía vestir impecable, con el cabello perfectamente peinado hacia atrás, pero en esta ocasión llevaba un peinado más casual, lo que parecía incomodarle un poco, ya que no paraba de intentar peinar su cabello con la mano.
Isaure se sacudió para quitarse las malas vibras y regresó con su hermano al camerino.
Ambos se relajaron un rato jugando algunas partidas de Pokémon Unite mientras pasaba cada participante. Escuchó a lo lejos todo tipo de instrumentos y música. Algunas eran interpretaciones folclóricas, otras eran cortas actuaciones dramáticas, pero sin importar qué o quién se presentara, el público siempre aplaudía agradecido y conmovido. Isaure, por otro lado, no quería ir a ver, ya que eso la podría desconcentrar, la presentación de ella con Nick tendría lugar al final de la noche, así que debía ser paciente y mantenerse enfocada.
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Ojos de Luna - LeoKat
Romance"Quizás la magia no está en la luna, sino en quien piensas cuando la ves brillar" ...