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ᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠSANTI HABÍA DADO POR TERMINADA LA GALA, la noche del jueves estaba templada y sin una nube en el cielo

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ᅠᅠᅠᅠᅠSANTI HABÍA DADO POR TERMINADA LA GALA, la noche del jueves estaba templada y sin una nube en el cielo. Ideal para fumar según Agostina que después de caer en placa por decisión de Martín y terminar con los rompecabezas se alejó un momento.

Una, dos y tres caladas pero en su cabeza aún rondaba una pregunta a la que encontraba cientos de respuestas, ¿Y si hubiera ganado la prueba?

— Agos. —la voz de Catalina sacó a la policía de su mente.—

— ¿Hm? —

— Se están por ir a acostar las chicas, ¿Te falta mucho? —preguntó la mujer de aspecto bronceado, acercándose más a la otra.—

— Y la verdad, iba a quedarme acá un rato. —Agostina, casi sin ánimos de hablar respondió con sinceridad.—

— Bueno, les digo que sí nomás. —y antes que volver a hablar, Agostina solo asintió por lo que la más baja estaba a punto de irse nuevamente, pero en su cabeza no podía evitar cuestionarse por el estado de la policía.— Che gorda, ¿Estás bien? —

Finalmente la más alta miro a los ojos ajenos, aquellos que le daban permiso a sincerarse en ese momento, de alguna forma ella sabía que no sería juzgada.

— .  .  . bien como estar bien posta, no. —se encogió de hombros haciendo con sus labios una línea.— Pero bueno, es lo que eligió el Chino y tampoco podemos matarlo por eso. —

— Vos sos la última que tendría que haber caído en placa. —

La más alta negó y optó por evitarla, se llevó el cigarrillo a la boca y dió la última calada antes de que esté se consuma completamente, para entonces los ojos de Catalina estaban posados en ella como si se tratara de un imán y casi sin pensarlo le estiró la mano.

— Vení, vamos a mirar las estrellas un ratito. —

Cata la invitó hablando bajito y con una sonrisa, a la cual Agostina simplemente no podía resistir y sin hacerse la difícil juntó sus manos.— ¿No tenías sueño vos? —

— Na, tocará fingir demencia. —la guió al otro lado de la piscina.—

La mayor rió del comentario y solo la siguió, al fin y al cabo de menos de veinte pasos Catalina soltó su mano para abrir una reposera y sentarse. Cuando Agostina estaba por imitar su acción, la otra la detuvo.

— No boluda, vení acá nomás. —palmeó a su lado, corriendose para dejarle lugar.—

— Pero vamos a estar incómodas, gorda. —

— Nos quedamos de cucharita. —bromeó como solían hacerlo a ésta altura.—

Agos mordió su labio inferior para evitar una sonrisa y le hizo caso, tomando asiento a su lado para terminar acostada.

Por unos segundos el silencio reinó, podían escuchar el agua en la piscina, algunos grillos y un avión que voló sobre la casa. La pediatra estaba distraída observando el cielo y aún así pensando en el afuera y familia, sin embargo, la mujer a su derecha encontraba más interesante sus facciones, observando con atención el perfil de Catalina. Casi grabando en ella todo detalle de ese momento.

Para Agostina era innegable lo hermosa que veía a su compañera pero tampoco era algo de lo que podía hablar con alguien más, después de todo en la última semana se habían vuelto mucho más cercanas, bromeaban, se abrazaban y constantemente se buscaban como si dos niñas en el jardín se tratara.

Un suspiro se escapó de los labios de la morena y se notaba en el puchero de sus labios como estaba callando cosas.

— ¿Qué pasa, Cati? —preguntó Agostina.—

Negó un momento y volteó a verla, ahora sus ojos conectaban y la distancia entre ellas era menor a veinte centímetros.

— Me parece que mí viejo tenía razón. —susurró, y Agostina no evitó mirarla extrañada.— En eso de que era una boludez meterme acá, me lo dijo un montón de veces y posta no le hice caso. —

— Ay no, no seas tonta, ¿Por qué estaría mal que estés acá? —

— Es que él dijo que iba a ser al pedo, iba a perder tiempo y al final está siendo así. —

La policía negó otra vez, con el ceño fruncido y no dudó en rodearla con el brazo izquierdo, ahora la pediatra tomaba posición pegada a ella, con la cabeza descansando en el pecho ajeno.

— No, no es así porque por lo menos me dió la oportunidad de conocerte. —el comentario se escapó, salió de Agostina en automático, sin medirlo.—

— Sos una tonta, me vas a hacer llorar. —

— Naaa, yo intentaba hacerte bien. —rió hablando, sus mejillas ahora estaban teñidas por un tono rojo, el que Catalina no la estuviera viendo ayudaba pero no evitaba el hecho de que el nerviosismo se apoderaba de ella.—

La mujer menor nuevamente soltó un suspiro y Agostina lo hizo igual, la pregunta estaba ahí otra vez.

— Che cati, yo igual .  .  . —un suspiro más se liberó, pensando en como disculparse por su error.— Quiero pedirte perdón. —

— ¿Por qué, gor? —en su cabeza, la mujer, no hallaba ninguna razón para que se disculpara.—

— Y .  .  . por no ganar la prueba, gorda, tendría que haberme concentrado un toque más. —planteó como un poco avergüenza y a la vez recriminando para ella misma haber perdido.— Soy una boluda. —

Cata se detuvo un segundo y levantó su torso sosteniendo su cuerpo en su codo para mirar a Agostina a los ojos.

— ¿Vos me estás hablando en serio? —preguntó incrédula, pero pronto se dió cuenta de que realmente se sentía mal por la forma en que los ojos de Agostina se cristalizaron.— Ay Agos, no tenes que culparte, yo sé que diste lo mejor y posta te tengo una re fe para la próxima prueba. —

— Pero tenía que ganar ésta por nosotras. Si me sacan o todavía peor, si te sacan .  .  . —pausó sus palabras antes de seguir, casi sin saber cómo continuar.—

— Vos tenés gente, boluda, sos un amor de persona y una excelente compañera y yo bueno, si me toca irme me volveré barra brava en tu hinchada. —bromeó con lo último, guiñando el ojo para evitar que la mayor continúe culpándose pero resultó solo hacerla reír y en vano.— No pasa nada, gorda, se nos va a dar todo bien. —la mano izquierdo de Catalina se apresuró a limpiar las lágrimas en el rostro de Agostina.

Ambas sabían cuánto abarcaba ese “todo” pero ninguna tenía idea de cuánto significaba para la otra, y sin más Catalina volvió a acomodarse en el cuerpo de Agostina, ahora ésta, dejaba caricias en la mano ajena.

— Espero que se nos dé todo bien. —habló por último la policía.—



















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⏰ Última actualización: Dec 28, 2023 ⏰

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𝐏𝐄𝐀𝐂𝐄.   |   𝗈𝗇𝖾 𝗌𝗁𝗈𝗍𝗌 𝖺𝗀𝗈𝗌𝗅𝗂𝗇𝖺 𝗀𝗁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora