Taehyung se encontraba recargado de la silla giratoria que ocupaba la mayor parte de su día en el bufete. Estaba consternado, hundido en sus pensamientos, analizando cada posible escenario en caso de que no lograra cumplir su cometido antes de que las fechas para viajar con su familia llegaran. Estaba preocupado en sobre manera.Hasta hacía unos cuantos años ni siquiera se habría molestado por llevar un Omega a casa de sus padres para las fiestas, no obstante, cuando la presión por ser como sus hermanos mayores comenzó a escalar, se vio acorralado. Su madre no dejaba de cuestionarle acerca de sus futuras relaciones, la mujer ya era abuela, de todos sus demás hijos, sin embargo, de Taehyung todavía ni siquiera era suegra de nadie. Y el hecho de que él cambiara constantemente de pareja se volvía un poco sospechoso. Cosa que le evidencio al Alfa en su cumpleaños número veintiséis, cuando ante toda su familia le preguntó sobre su vida amorosa, exponiéndolo de una manera en la que Taehyung se sintió humillado.
¿Por qué le interesaba tanto que tuviera pareja? ¿Por qué lo presionaba a tener un Omega? ¿Por qué él, siendo como era, atractivo, reconocido, bueno en su trabajo y buena persona no era suficiente para su exigente madre? A sus hermanos no les había puesto tantas trabas como a él, y poco a poco se fue dando cuenta conforme iba creciendo. Siempre era Taehyung quien recibía los reclamos, siempre era él al que señalaban como extraño, raro, e incluso defectuoso. Su familia era lo que le había hecho largarse de Daegu hasta Gangam para ya no tener ya lidiar con la asfixiante convivencia.
Tae era buen hijo, jamás les había faltado en nada a sus padres, siempre obediente, respetuoso, cordial y complaciente. No fue hasta su mayoría de edad que comenzó a distanciarse de la presencia paternal de su padre y la exigencia de su madre. Paulatinamente se vio creando una brecha que quizá ya estaba marcada desde antes, pero que cuando sus ojos se abrieron a la verdad comenzó a revelarse, siendo esta demasiado densa y peligrosa como para volver a hacerse estrecha.
El pelirrojo jugueteaba con un bolígrafo de tinta negra que tenía su nombre grabado en plata. Había sido un obsequio de su abuela en su cumpleaños número veinte. A pesar del tiempo transcurrido el Alfa seguía conservándolo en perfecto estado, con la tinta fluyente debido a que se la cambiaba cuando notaba que ya se había terminado. Presentes como a aquel eran común de parte de su adorada abuela paterna, quien se encargaba de consolarlo de cachorro ante todas las cosas que le sucedían. Él siempre había escuchado que los hermanos mayores la tenían difícil en comparación a los menores, en su caso, al tener sus hermanos todo en bandeja de plata le parecía que era al revés. Si bien sus mayores no eran malas personas, Taehyung no podía evitar sentirse enemistado contra ellos —producto de la cizaña de Hyuna—. Siempre recurría a Kim Ji-a para todo, consejos, dudas, llanto, lo que sea que su corazón estuviera sufriendo.
Cuando la anciana falleció fue un golpe demasiado tenaz para Taehyung. Atravesar el duelo totalmente solo —se sentía de esa manera ya que ninguno de sus familiares cercanos se preocupaba por él a sabiendas de la cercanía que tenía con la abuela Ji-a—, resultaba bastante agotador para él y su lobo. A raíz de la pérdida comenzó con su plan para salirse de la casa familiar, y tan pronto terminó su formación de abogado se mudó a un departamento en Gangnam. Poco después de la muerte de su abuela se llevó a cabo la lectura de su testamento, en el cual le dejaba casi todos sus bienes materiales a su nieto menor, incluida una fuerte cantidad de dinero que dejó boquiabiertos a sus padres y hermanos.
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UN OMEGA PARA NAVIDAD. | KTH + JJK.
Fanfiction«A situaciones desesperadas, medidas desesperadas». Donde Taehyung, un Alfa puro y dominante, necesita conseguir a alguien que se haga pasar por su pareja frente a sus padres durante las fiestas decembrinas, y sólo ve como alternativa a Jungkook, el...