La grisácea mañana se levantaba como de costumbre sobre aquella transitada ciudad; grandes nubes de enorme figura ocultaban todo atisbo de luz solar, y la brisa helada chocaba contra los ventanales de los edificios situados en esa zona. En el interior de un penthouse, a las oscuras de una habitación monocromática, el Alfa Kim Taehyung se levantaba como rutinariamente lo hacía; seis de la mañana marcaba el despertador en el buró, el cual fue apagado el mismo. El hombre llevó sus manos a su rostro, revoloteando su llamativo cabello rojo. Su dorso permanecía desnudo, su cuerpo siendo cubierto únicamente por una sábana color gris. A sus espaldas, en entre sus sábanas, había una mujer de llamativo cabello rubio que parecía descansar profundamente.Honestamente, no recordaba qué era lo que había pasado esa noche, lo único que tenía en mente era que debía sacarla de su departamento antes de que alguien la viera ahí, o que la fémina decidiera hacer un escándalo por no querer tener algo más con ella. Se levantó de la cama, siéndole de indiferencia el estar al descubierto, avanzó unos pasos hasta un perchero, del cual tomó una bata color azul marino para después vestirse con ella. Salió de la habitación de invitados y se dirigió a la suya propia. Una regla que había establecido para sí desde que decidió que las conquistas de una sola noche le eran más que suficiente —o al menos eso se decía para consolar a su pobre lobo solterón—, era que jamás, nunca, ni una sola vez, permitiría que un extraño pasara la noche en su recamara. Nadie tocaría las sábanas de su cama, ni mucho menos, así que todo lo que ocurría en su departamento era siempre en un cuarto designado a sus encuentros furtivos.
El Alfa entró a su habitación, cerró la puerta detrás y se encaminó hacia su baño cuya puerta se alcanzaba a ver oculta en una esquina estratégica; a pasos perezosos pero seguros ingresó al amplio y lujoso cuarto, se despojó de la prenda y se dispuso a darse una ducha para quitarse todo el rastro del aroma que seguramente aquella fémina se había esforzado por dejar en él. No le sorprendía en absoluto, dado que, desde luego, no era la primera vez que le ocurría aquello. En sus años como Casanova había aprendido y memorizado las artimañas que los de la casta contraria ejecutaban para lograr "marcar" cierto territorio en el Alfa. Lamentable y afortunadamente para Taehyung, jamás lo conseguían, pues él se las arreglaba para nunca llevar impregnado un aroma que no fuera su característica esencia de Menta y Chocolate amargo que tantos suspiros causaba —era consciente de eso, y a decir verdad, le encantaba—.
Abrió la regadera y dejó que el agua helada hiciera contacto con su piel de un canela perfecto, su bien trabajado cuerpo era recorrido por las gotas que iban en descenso; Taehyung era un Alfa demasiado atractivo, no importaba a qué casta pertenecieras, no observarlo cuando hacía acto de presencia era imposible. Su porte era demandante, su apariencia encandilante, su aroma totalmente seductor. Nadie podía decirle no a esa sonrisa de Adonis y a esa coqueta personalidad. Sencillamente podría tener en sus manos a quién quisiera. Al pasar los minutos terminó su aseo, y se encontraba arreglando su corbata a juego con todo el conjunto negro que ya vestía. Pantalones y camisa manga larga del mismo azabache, que terminó coronando con un saco en tono idéntico. Alisó un poco sus rojizos mechones frente al espejo, podía notar como el tinte comenzaba a removerse después de haber durado un mes con él; aún no sabía si volverlo a retocar o volver a su color natural, lo decidiría en otra ocasión.
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UN OMEGA PARA NAVIDAD. | KTH + JJK.
Fanfic«A situaciones desesperadas, medidas desesperadas». Donde Taehyung, un Alfa puro y dominante, necesita conseguir a alguien que se haga pasar por su pareja frente a sus padres durante las fiestas decembrinas, y sólo ve como alternativa a Jungkook, el...