12

11 1 0
                                    

A Mark no le importaba mucho el regaño o disgusto que Jinyoung pudiera darle respecto al concurso ya que sabía que una Big Mac y café negro podían arreglar cualquier intercambio de insultos que pudiera existir.
Pero lo que sí se paseaba por su cabeza era el hecho de haber compartido su vida con Jackson y que éste devolviera la acción.

Dudaba mucho en hacerlo ya que de no recibir lo mismo de vuelta se sentiría vulnerablemente estúpido de contar su vida así como así. Frente al jurado y público del concurso no tuvo problema ya que todos eran desconocidos de los que no volvería a saber, además de que las grabaciones de vídeo estaban prohibidas dentro del salón. Por otra parte, Jackson era el chico con quién más podía identificarse. Youngjae tenía una historia muy fuerte que no tenía punto de comparación, Jinyoung tiene una vida particularmente tranquila, Yugyeom no tiene un núcleo familiar conflictivo al igual que Bambam y de Jaebeom no sabía mucho.
Sólo Jackson podía entender las limitaciones familiares que lo rodeaban aunque fuera un poco.

Llegó al club, no tenía ganas de hacer nada y ver a Jinyoung de pie en la parte frontal del aula hizo que sospechara de que se trataba de un regaño hacia el par de tórtolos que el día anterior se besaban dentro del club como si fuera algo no castigable dentro del Instituto.

—Tengo hambre —dijo al llegar—. Oh, ¿Jinyoung ya se enteró que ustedes dos andan? Debemos celebrarlo, esperemos a los demás y vayamos a comer.

La comida tranquilizaría a Jinyoung, que aunque Mark también quisiera advertirle un par de cosas a Jaebeom, sermonearlos de esa manera se le hacía exagerado.

—¿Ya sabías? —preguntó Jinyoung con un tono amenazante al acercarse con lentitud al recién llegado, ladeando su cabeza y mirándolo directamente a los ojos. A Mark siempre le causaba gracia ver esa reacción que no podía evitar mofarse con una media sonrisa—. ¿Tú sabías que este par estaba dándose de besitos a mis espaldas?

—Tus espaldas no son tan anchas cómo para que no pudieras notarlo, lo que pasa es que muchas veces no traes tus gafas puestas como para darte cuenta de la manera en la que se miraban —tal vez si lo hacía enojar con comentarios sarcásticos, la noticia de haber "perdido" el concurso se viera contrarrestada. O se enoje más.

—Estoy así de decirle a tu padre que te besas con cada integrante del club para que te desaparezca del mapa —replicó Jinyoung cerrando sus dedos índice y pulgar colocándolos cerca de su ojo y de Mark al estar ya a unos centímetros de él. Fue una jugada muy sucia, pero no podía doblegarse. Salvar a sus hoobaes era más importante que su concurso.

—Hazlo, sólo le tengo miedo a dos cosas. Al diablo y a los calvos, y al diablo no tanto.

A Youngjae siempre le divertía el tema de los calvos y Mark, notándose en el momento en el que mordió sus labios por dentro para evitar poner una expresión divertida que le daría otro regaño.

—Pues estás frente al diablo y es hora de que comiences a rezar en hebreo por tu alma.

—¿Qué quieren comer, representantes de la resistencia a la insulina? —preguntó al desviar la mirada de Jinyoung y dirigirla al par.

—"Barbacoa" —replicó Youngjae emocionado.

—Barbacoa será.

—Te recuerdo que el líder está aquí y depende de él la decisión final.

Jackson llegó rebotando su balón de vóleibol con el entusiasmo de siempre. Aunque su emoción aumentó más al ver al par de enamorados tomados de la mano.

—¿Ya lo hicieron oficial? —exclamó colocando su pelota en el mueble horizontal—. ¡Felicidades!

—¿¡Tú también lo sabías, tortuga enfadosa!? —clamó enojado.

Píntame un corazón [GOT7 fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora