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Un oso gigante de cualquier color era lo que debía fotografiar para Jinyoung. ¿De dónde sacaría algo similar o siquiera parecido? 
Buscó por parques infantiles, preescolares, tiendas de peluches. Esa última parecía ser su salvación al encontrar uno de esos osos de peluche enormes que las parejas se regalan en San Valentín. Sin embargo, no le dejaban tomar fotos dentro de la tienda así que tuvo que comprar uno más pequeño. 

Resignado, colocó el peluche de tamaño llavero sobre una piedra en el parque y tomó la foto haciendo ver que las personas de atrás eran diminutas en comparación. Se veía como un oso gigante y era de cualquier color, por lo que no podía haber inconformidad por parte de su exigente líder.

Una sirena era la siguiente petición. Una visita rápida a la costa fue lo que tuvo qué hacer buscando a la chica ideal para hacer su sesión. En varias ocasiones fue rechazado e incluso insultado por hacer eso por más que señalara ser estudiante de primer año de preparatoria, pero su estatura y facciones le hacían lucir un poco mayor a lo que alegaba.

Hasta que una pequeña de ocho años que pasaba por ahí en un lindo traje de baño verde de cuerpo completo fue quien se ofreció junto con su madre para hacerlo. 
Yugyeom sabía cómo debía jugar su papel, así que le propuso a la madre que fueran las dos quiénes salieran fotografiadas contra la luz del ocaso para que los rostros fueran apenas visibles y así sintiera seguridad por su hija.

Al final, la madre sostenía por los aires a su hija mientras ambas estaban sentadas en la orilla. Los colores del atardecer fueron perfectamente capturados por la cámara creando un lindo reflejo que hizo del momento aún más mágico. 
Yugyeom había logrado fotografiar un par de sirenas. 

Deseaba haberlo logrado.

Después, el cielo de color rojo fue capturado desde el reflejo de una copa de vino. Un perro volador se trató de su mascota Dalkyum con un gorro de aviador asomando su cabecita negra desde la ventana del auto de su madre. Un campo de flores de colores fue improvisado con flores de papel esparcidas por su jardín. Una temible criatura gigante fue fotografiada desde la perspectiva baja de la panza de un gato callejero sobre una pequeña villa navideña.

Había enfocado todas sus energías en capturar los disparates de Jinyoung desde su visión más artística posible sin tener qué hacerlo literalmente.
Le rogaba a todos los dioses de todas las religiones que conocía en que su líder no rechazara cada una de sus propuestas y le diera un regaño del tamaño del mundo por no cumplir sus expectativas. 

Por lo que, después de tener qué comprar un muestrario de colores que le pidió -ya que el suyo estaba incompleto-, se dirigió al club con la esperanza de que Jinyoung no estuviera ahí, pero fue el primero en verlo al llegar al aula.

—Hasta que llegas, lacayo —dijo Jinyoung yendo hacia él.

—Lo siento, hyung. Mi muestrario estaba incompleto, así que le pedí a mamá que me llevara a la tienda de pintura por uno nuevo.

—Dáselo a Mark hyung y muéstrame las fotos que te pedí que tomaras. 

Fue hasta el mayor y saludó con una reverencia para después entregarle la caja. 

—Wang, él es Yugyeom, el menor de todos.

—Hola, soy Kim Yugyeom —saludó con entusiasmo.

—Jackson Wang. Sólo vengo a limpiar aquí.

—¡Ah, otra víctima de la falta de créditos! Yo soy de fotografía.

—¡Yugyeom! —le llamó Jinyoung.

Miró a Youngjae y ambos se saludaron con ambas manos y sonriendo enormemente.

—Hola, Jae. Te ves bien el día de hoy. Muy radiante —le dijo Yugyeom. Youngjae le respondió—. Ah, ¿él? —señaló a Jaebeom.

Píntame un corazón [GOT7 fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora