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—Quita esa cara, Gyeom —dijo Jinyoung sujetando el brazo de su hoobae—. Agradece que ese tipo no te golpeó ya que muy probablemente el expulsado sería yo.

—¿Alguna vez has golpeado a alguien, hyung? —no quería sonar molesto, pero no pudo controlar la forma en la que la pregunta salió de su boca—. Siempre hablas de la forma en la que solucionarías algo apelando a la violencia, ¿verdaderamente te has enfrentado a alguien a golpes?

Jinyoung sintió la intención de esa pregunta. Yugyeom estaba frustrado por su situación y el cómo siempre debía llegar a defenderlo de un futuro ataque. El optimismo algo directo de Jinyoung respecto a cómo estaba dispuesto por seguirlo cuidando era quizá cansado para el chico que estaba viviendo esa realidad a la que el mayor comenzó a sentir que no estaba tratando con la seriedad que requería.

—Sí. Me he enfrentado a golpes con personas tiempo atrás —replicó.

Anonadado, Yugyeom miró a su líder boquiabierto y exigiendo una respuesta con graciosos movimientos de cabeza .

—Tengo dos hermanas mayores. Soy el único varón además de mi papá así que me veía a mí mismo como "el segundo hombre de la casa". Cuando estaba en la primaria, la escuela de mi segunda hermana estaba un tanto cerca por lo que iba a esperarla en la hora de la salida y así esperar a nuestros padres juntos. Ellas son lindas, tú las conoces, así que no faltaba un idiota que las molestara y ya podrás imaginarte a un chiquillo de nueve años enfrentarse a uno de quince. Recibí varias palizas, claro, pero aprendí a defenderme y a dar unos cuántos golpes —desabotonó su saco e infló su pecho a forma de hacerlo resaltar—. Éstas de aquí no son de adorno. Tu hyung es tanto músculo como belleza. 

La risilla chillona de Yugyeom desconcertó un poco al -fácil- ofendido Jinyoung que pensó no estar siendo tomado en serio por el menor que debía de estar impresionado o siquiera sentirse seguro después de esas declaraciones de fuerza.

—Conozco tus bubis, hyung. Cuando me burlo de tu estatura, tú te burlas de mi complexión.

—Cosas de hombres.

—Acomplejados.

—Guapos.

Yugyeom se sentía un poco mejor. Ya no existía el coraje de hablar con el pelinegro ni mucho menos frustración por su situación.
El alivio era momentáneo y pasaría tan pronto tuviera que volver al salón de clases, pero le gustaba ver a su hyung decir disparates como normalmente lo hace cuando están solos. Por más tranquilo que fuera Yugyeom durante la mayor parte del tiempo, a veces quería golpear a alguien y seguir con su vida. Y odiaba cuando quería callar a Jinyoung o desesperarse con él.

—¿También eres así de raro cuando estás sólo con Jackson hyung, Mark hyung o Youngjae?

—¿Raro? Yo no soy raro. Soy igual con todos ustedes. Pero creo que soy más "yo" contigo. No me gusta preocupar a Youngjae o a Mark hyung teniendo ellos sus demonios. Y Jackson ya tiene bastantes problemas en esa vida vacía. Sé que tú también tienes tus problemas, pero eres quién menos problemas familiares tiene y dejando de lado a los bravucones, eres el más apto para escucharme.

—Pero sólo dices tonterías.

—Aún así, muchas gracias, Gyeom. Verdaderamente me siento más ligero cuando converso contigo.

—De nada, hyung. Si pudiera hacer algo más por ti, lo haría sin dudarlo.

—Haz mi examen de admisión para la universidad y me casaré contigo.

—Qué recompensa tan mala —mintió.

—Muchos matarían por esa recompensa, debes comenzar a valorarme como lo que soy.

Caminaban hacia el dormitorio de chicos continuando con comentarios idiotas y ridículos que no llevaban a ningún lado más que discutir porqué Jinyoung es tan egocéntrico y las medidas que debe llevar a cabo para disminuir eso o erradicarlo por completo.

—Debes trabajar en ti mismo, Gyeom. Así no me tendrás envidia.

—¿¡Envidia!?

—Sí —replicó confiadamente mientras tocaba la puerta del dormitorio del menor. La abrió inmediatamente después de tocar—. Vine a dejarles al oso baboso. Está sano y salvo.

Eunwoo, terco con sus revistas y ese póster gratuito los miró sonriente.

—Genial. ¿Nadie te molestó hoy?

Jinyoung no quería retomar el tema a profundidad porque Yugyeom tampoco quería.

—No es la vida de Kim Yugyeom si alguien no lo molesta —dijo sobando la barriga del mencionado—. Bueno, tengan una linda noche, debo volver con Youngjae.

—Gracias por hoy, hyung —dijo apenado el menor. Quizá por haberlo salvado por el comportamiento anterior que no era para tanto, pero a Yugyeom no le gustan los conflictos por lo que podía sentir pena de ello—. No sé qué haré cuando te gradúes.

—No pienses en eso aún. Tal vez para ese tiempo yo ya me haya deshecho de esos idiotas. Así que relájate y escucha a Bambam que se ve muy frustrado al intentar sofocarse con esa almohada que dudo que haya sido café desde un comienzo —dijo al mirar al mencionado hundiendo su cara en la almohada como si deseara asfixiarse desesperadamente.

—¡Sí era café! —clamó Bambam—. ¡Soy una persona muy limpia!, ¡más limpia que todos ustedes!

—Ajá —replicó y salió de la habitación.

Estaba verdaderamente cansado y después de que Youngjae le preguntara horas antes si podía retirarse del club ya que nadie se presentaría, deseó que Jaebeom no lo haya dejado solo y para asegurarse escribió un mensaje:

"¿Estás con Youngjae, verdad? Tuve un inconveniente después de salir del grupo de estudio y apenas voy en camino".

Gato Llorón:"Sí, estamos en su habitación, acabamos de cenar y te guardamos un poco".

—¿Qué haces en la habitación, parásito? —preguntó caminando hacia el dormitorio—. Aunque, tengo hambre, se la dejaré pasar por hoy.

"Oh, muchas gracias. Me estoy muriendo de hambre. Puedo imaginar que Youngjae ya te dijo cómo ordenamos la comida. Se lo dices a alguien más y terminarás en una fosa común".

"Gato Llorón: "No te preocupes por eso, no delataría la única fuente de alimento del chico que le enferma la comida de la cafetería".

—Porque la comida de ahí es una mierda.

"La comida de la cafetería incumple al menos diez normas de sanidad e inocuidad de alimentos, no lo culpes. A veces prepara su comida, pero no siempre nos prestan la cocina de la cafetería de los maestros. Como sea, ya voy en camino, llego en tres minutos".

Caminó a toda prisa, no podía dejar que pasaran esos tres minutos sin comer algo y al estar frente a la puerta recibió ese aroma tan exquisito que debía tenerlo de frente para devorarlo tan pronto como pudiera. 

—¡Díganme que eso que huelo son fideos chinos y pollo a la naranja! —clamó apenas entró. Miró la escena y antes de que el enojo rebasara su hambre advirtió:—. Youngjae, bájate de ese cabrón o lo sacaré a patadas.

Pero fue Jaebeom quién se puso de pie después de mover cuidadosamente a Youngjae para dirigirse a la salida con una expresión tan preocupante que hasta Jinyoung tuvo un mal presentimiento.

Pero fue Jaebeom quién se puso de pie después de mover cuidadosamente a Youngjae para dirigirse a la salida con una expresión tan preocupante que hasta Jinyoung tuvo un mal presentimiento

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Píntame un corazón [GOT7 fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora