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Al entrar al club, Yugyeom se encontró con Minnie y Bambam riendo mientras leían en voz alta lo que parecían ser sus discursos. Él lo hacía desde la parte frontal intentando no reírse u ofenderse por los comentarios de mofa que ella soltaba al apenas escucharlo hablar. Bambam le reprendía con palabras o le lanzaba lápices del escritorio sin ser el suficiente motivo -por su falta de puntería- para que ella dejara de burlarse.

Yugyeom se sintió tan tranquilo de que las cosas entre ambos fueran mejorando considerablemente que llegó a su mente la posibilidad de que su mejor amigo cambiara de objetivo amoroso en cuestión de semanas.
Tenía curiosidad de saber qué sucedió como para que comenzaran a dirigirse la palabra sin intenciones de insultarse o hacerse muecas. Pero la paz valía más que intentar hacer que el par de tontos aceptaran tenerse cariño, por lo que sólo dejó su mochila en el mueble horizontal y entró con sigilo para no interrumpirlos. 

Sentándose en el banquillo que normalmente le corresponde a Mark, miró llegar a Youngjae y a Jaebeom, tan enamorados como siempre. Rio para sus adentros y aunque deseaba que estuvieran juntos durante mucho tiempo más, se maldijo por pensar en que quizá esa etapa de luna de miel no duraría para siempre. 

Youngjae hacía que Jaebeom compartiera su gusto por el refresco de crema de fresas, mientras que este último aprendía de Minnie lengua de señas para entender cuando quisiera comunicarse con él.
Ambos agarrados de la mano como si el no hacerlo fuera de vida o muerte. Saludando a todos y dando esa dosis de azúcar que Yugyeom consideraba suficiente.

Al ver al par que ya se encontraba ahí, Jaebeom mencionó tener su discurso listo de igual forma y querer unírseles para practicar. No sin antes besar a su chico y pedirle que lo escuche para que le brindara su opinión.

Después llegaba Jackson, a toda prisa como siempre, saludando y disculpándose por la tardanza mientras iba a tomar sus guantes de hule, algo de periódico y el atomizador con limpiador de ventanas. Él nunca deja pasar mucho tiempo antes de ponerse a limpiar con el entusiasmo de un niño. 

Posteriormente, es Mark quién llega con una cara de despreocupación tan marcada como su mandíbula, pero nunca se olvida de saludar. Mira su panorama y sin preocuparse más, toma un nuevo lienzo, le dice a Yugyeom que se mueva de lugar para él sentarse y comenzar una nueva pintura. 
Claramente, mientras se coloca un audífono en su oído izquierdo, al estar hacia la ventana, comienza a trazar llamando la atención del chico de la limpieza que parece ansioso de saber qué estaba por pintar en esta ocasión. Yugyeom adivinó rápido, esas cejas en el dibujo lo delataban, pero Jackson es tan lento que varias muecas en su rostro dieron a entender que no tenía ni idea de quién se trataba.

Ahora, sólo quedaba esperar al líder, quién Yugyeom espera que llegue a la brevedad posible para no preocuparse con un escenario peligroso en su cabeza que lo hiciera correr a buscarlo.

Cinco minutos, diez, quince, veinte, media hora. Nada.

Quizá estaba en su club de estudio, pero normalmente le avisa a él, a Mark o a Youngjae.

—¿Te ha llamado o mensajeado Jinyoung hyung, Mark hyung? —preguntó.

—No. No ha de tener hambre.

—¿Y a ti, Youngjae? —le preguntó al estar frente a ambos en su caballete.

Negó con la cabeza.

No podía estar tranquilo, no en su totalidad. Su pecho comenzaba a calentarse de la angustia y sus manos sudaban tanto que por más que las secara con su pantalón, volvían a estar húmedas en un santiamén. 

Pasó una hora y aún no se presentaba. 

Se puso de pie casi con un salto y caminó con rapidez a la puerta para sólo terminar chocando con el chico al que estaba esperando.

Píntame un corazón [GOT7 fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora