Maddie
Anna me sonrió con suficiencia. La miré a los ojos, luego miré el cuchillo en sus manos y pensé:
¿Por qué Ashley quiere que yo mate a Anna cuando ella misma puede hacerlo?
Miré al espectro y este me miró con fijeza y expectante.
Si Ashley pudo hacerme daño, entonces, puede hacerle daño a Anna también, ¿cierto?
Pero eso era lo que menos importaba en ese momento, lo que importaba era lo que iría a pasar a continuación. Me sentía entre la espada y la pared. Luego de la reciente confesión de Anna, veía todo esto con otros ojos, de otra manera.
¿Anna me matará o me va a enviar a prisión?
Un nudo terrible se formó en mi garganta, tanto que ni siquiera un hilo de saliva podía pasar por esta.
Carraspeé para poder hablar.
- ¿Qué harás ahora Anna?
- ¡¿Qué estás haciendo Madison?! ¡¿Qué esperas?! ¡Mátala de una vez! -gritó Ashley aparentemente perdiendo la paciencia.
- ¿Yo? -dijo Anna señalándose a sí misma- yo voy a jugar, no sé tú.
-Yo quiero jugar. -le dije dándole una sonrisa forzada. Necesitaba ganar tiempo para que Ashley se molestara, a poner en experimentación mi hipótesis: 'El espectro puede matar a Anna por sí mismo'.
-No es tiempo para juegos, Madison. ¡Mátala!
-Bien, que comience la fiesta. -solté una leve carcajada y Anna frunció el ceño. Me deleité admirando su gesto que le distorsionaba el rostro de manera graciosa a mi parecer.
Tal vez yo sí esté loca.
- ¿Qué aún no lo has entendido? -borré la sonrisa de mi rostro y puse cara de póquer- Ya no puedes hacerme más daño, Anna.
-Bueno, entonces esto no te dolerá. -dijo y seguido dio los pasos que nos separaban y enterró el cuchillo en mi antebrazo. Grité escandalizada por su repentino acto y ella se alejó mirando el cuchillo con el entrecejo arrugado como si no entendiera lo que acaba de hacer.
Me miró molesta- Eso fue por lastimar a mamá.
Me había equivocado, ella sí sabía lo que acababa de hacer.
- ¡¿Qué esperas, Maddie?! ¡Hazlo!
¿Por qué no se calla?
- ¿Cómo pudiste hacerle esto a tu propia madre?
- ¡Madison!
-No tienes perdón de Dios.
- ¡Hazlo!
-No mereces el perdón.
- ¡Ahora!
- ¡Cállate! -le grité a Ashley que no paraba de gritarme qué hacer y ya estaba hartándome. Sin duda acaba de ponerme de los nervios.
Anna dio un respingo por la sorpresa y miró sobre su hombro encontrándose con la oscuridad del pasillo. Volvió a mirarme y frunció más el ceño.
- ¡Estás arruinando todo, Maddie!
- ¿A quién le acabas de gritar?
Un dolor repentino y punzante atacó salvajemente mi cabeza. Todo empezó a dar vueltas y volvió el mareo tan acostumbrado. Las sombras y sus vulgares risas no tardaron en hacer su entrada triunfal.
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Mi hermana es una psicópata ©
Horror| Libro I de la trilogía "Ojos Oscuros" 🔪| El odio, la envidia y el rencor son la fórmula perfecta para el desastre. Estos oscuros sentimientos transformaron a una adolescente en una asesina sedienta de venganza hacia quién menos te lo imaginas. Y...