Capítulo 4

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Capítulo 4: Llámenme... Su majestad.

Mira fijamente al abismo y este te devolverá la mirada... Era lo que cada alumno pensaba al observar los vacíos ojos del chico nuevo que acababa de entrar en la escuela.

Este era alto, con una piel tersa como suave porcelana, un sedoso cabello largo y negro como la noche, atado en una cola de caballo que cubría sus orejas, y unos peculiares ojos verdes, cuya ausencia de pupilas intimidaban a todo el que los viera, a la vez que les impedía apartar la mirada.

El pelinegro caminó tranquilamente hacia la oficina que la directora, ignorando las miradas poco disimuladas a su persona, pues como tal, no veía amenaza en los alumnos que lo rodeaban.

Mientras caminaba, pudo notar como la expresión de los alumnos cambió radicalmente de una curiosa a una temerosa, pero los ojos ya no estaban puestos en él, sino en quien venía adelante.

Frente al pelinegro, caminando en dirección contraria, venía una joven de piel amarillenta con un cabello bicolor, rojo y amarillo en igual medida, esta venía acompañada de dos chicos aparentemente mas jóvenes que ella, que desde la perspectiva de Demian, no eran muy inteligentes.

Demian siguió caminando sin tomarle importancia, pero digamos que la chica no se tomó muy bien que el pelinegro no se apartara de su camino para dejarla pasar.

Sunset Shimmer: ¡Quítate de mi camino! -dijo de manera autoritaria, recibiendo como respuesta una mirada aburrida del pelinegro- ¡Dije que te quites de mi camino!

Creo que esa chica intenta intimidarte.

Demian: *¿En serio? No se ve muy amenazante que digamos, incluso podría decir que se ve adorable, aunque ahora que lo veo... La mayoría de personas aquí tienen cierta aura adorable* -pensó sin quitarle la vista a la bicolor, quien seguía mirándolo con enojo- ¿Eres algo así como la matona de la escuela?

Sunset Shimmer: Por lo que veo, no conoces las reglas de este lugar, por lo que supongo que debes ser nuevo -dijo un poco mas relajada- soy mas que una simple matona, yo gobierno en esta escuela y si no quieres pasarla mal, lo mejor será que grabes eso en tu cabeza.

Todos los alumnos vieron con horror como el pelinegro levantaba una mano y daba varias palmaditas en la cabeza de Sunset Shimmer, mostrando una tierna sonrisa, como si estuviera acariciando a un gatito.

Demian: Eres adorable -dijo aún dando palmaditas- pero te equivocas en algo -las palmaditas se transformaron en un firme agarre que sorprendió a la bicolor, quien iba a intentar zafarse, pero al ver la cara del pelinegro sus piernas comenzaron a temblar sin parar-.

Sunset no entendía lo que pasaba ¿Por qué no podía moverse? ¿Por qué estaba tan asustada? ¿Quien era este chico?

Demian: Déjame sacarte de tu pequeño error -susurró al oído de la bicolor- Demandas obediencia a través del miedo, intimidando a otros para obtener lo que quieres y velando únicamente por ti -la voz del pelinegro se volvió mas oscura- tu no gobiernas esta escuela, no tienes ni la mas mínima idea de lo que significa gobernar... Y si crees por un segundo que puedes infundir el miedo en mi, es porque no sabes de lo que soy capaz.

El pelinegro retrocedió dejando a la bicolor congelada en su sitio, estaba asustada, se sentía en peligro, quería huir, pero al mismo tiempo, sentía que moverse ahora sería el peor error que podría cometer.

Demian: No te metas en mi camino y estaremos bien -susurró pasando de largo a la chica, quien ni siquiera pudo voltear a verlo-.

No fue hasta que Demian salió del pasillo que todos los presentes soltaron el aire que no sabían que estaban conteniendo, incluso Sunset Shimmer no podía moverse debido a temblor incontrolable en sus piernas.

El príncipe de Canterlot HighDonde viven las historias. Descúbrelo ahora