Capítulo 11

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Capítulo 11: Principe vs Lealtad, la mala perdedora.

Rarity: Veamos, cuando se tiene suficiente control de maná y un basto conocimiento en runas, un hechicero es capaz de utilizar ambas habilidades en conjunto, para generar hechizos sin necesidad de talismanes, para ello, el usuario debe poseer un control de nivel maestro... ¿Nivel maestro? Veamos... Aquí -dijo cambiando de pagina encontrando lo que buscaba- existen varios niveles de control de maná. Estos niveles son: Novicio, Aprendiz, Aprendiz Superior, Maestro, Erudito, Brujo, Hechicero, Hechicero Superior, Sabio, Gran Sabio, Aprendiz de Deidad, Semi Deidad, Deidad y Deidad suprema, para avanzar de nivel, se debe atravesar cinco etapas, Despertar, Adaptación, Concentración, Control y Ruptura, para pasar por cada etapa, el usuario debe no solo mejorar espiritualmente, sino físicamente, de lo contrario, sin un equilibrio entre cuerpo y espíritu, el cuerpo puede colapsar y perecer... Oh valla ¿Que nivel tiene usted maestro?

Demian: Antes de quedar atrapado en la manatita, poseía el nivel de brujo, pero debido a varios factores mi nivel a decrecido, podría decirse que estoy en las primeras etapas de aprendiz superior hasta que consiga recuperar todo mi poder -dijo mientras meditaba-.

Habían pasado varios días desde su duelo de esgrima, por lo que había decidido tomar un descanso para enseñarle a su alumna, quien finalmente había logrado manifestar su maná como se lo había pedido.

Rarity: Debió ser muy poderoso -dijo asombrada- ¿Yo en que nivel estoy ahora?

Demian: Tu despertar fue hace no mucho tiempo, por lo que eres una Novicia en etapa de adaptación -explicó- cuando tu cuerpo se adapte a tu nivel actual, pasaremos a la etapa de concentración donde usarás el maná para fortalecer tu cuerpo, si lo consigues, podrás dar enormes saltos y moverte a gran velocidad como yo lo hago, pero deberás entrenar muy duro.

Rarity: No esperará que lo acompañe en sus robos ¿Verdad? -preguntó escéptica-.

Demian: Nada de eso -negó, pensando seriamente en si debía decirle acerca de su plan- quiero que cuando llegue el momento, seas tu quien entrene a los demás portadores de los anillos.

Rarity: ¿Q-Qué? Pero aún ni siquiera he aprendido a hacer talismanes -dijo nerviosa- ¿E-Está seguro de eso?

Demian: Confío en que podrás hacerlo, tienes mucho talento, pero no alcanzarás tu máximo potencial hasta que superes el reto de la enseñanza -dijo tomando las manos de la chica- ¿Podrías hacer eso por mi?

Rarity: N-No es justo que use su encanto para esto -dijo sonrojada- Bien, lo haré.

Demian: Gracias, sabía que podría contar contigo -dijo besando su mano-.

Luego de aquello, ambos siguieron con su estudio, donde Rarity finalmente pudo crear su primer talismán, no era algo llamativo, ni mucho menos poderoso, pero era magia al fin y al cabo.

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A la mañana siguiente, el caos recorría Canterlot High, pues la mejor deportista de la escuela, capitana de todos los equipos, había desafiado públicamente al príncipe, alegando que podría vencerlo en lo que él eligiera.

Todos los alumnos se quedaron de piedra cuando este simplemente respondió que no le interesaba, pues según sus propias palabras, no veía sentido enfrentar a alguien sin potencial, claramente eso enfureció a la chica, quien proclamó al príncipe como un cobarde, ganándose una mirada gélida de la mayoría de los presentes.

Demian: ¿Un cobarde dices? -dijo con calma acercándose a la chica- ¿Llamarías cobarde a un hombre que se niega a aplastar a una hormiga? ¿A una araña que se niega a matar a una mosca? ¿A un príncipe que se niega a humillar a una simple plebeya? No es cobardía querida, soy consciente de que tengo la ventaja, pero no ganaré nada enfrentándome a ti, sería un duelo sin propósito, sin sentido, por lo que no veo la necesidad de aceptar ¿Lo entiendes?

La chica de cabellos arcoíris estaba hirviendo en ira, quería golpear al tipo frente a ella, pero con casi toda la escuela de su lado, sabía que hacer eso sería la mayor estupidez que pudiese cometer, por lo que tragándose su enojo, decidió intentar negociar.

Rainbow Dash: ¿Que es lo que quieres? -preguntó llamando ligeramente la atención del pelinegro- ¿Que quieres a cambio de aceptar mi desafío?

Demian: Hmm, tengo entendido que eres capitana de la mayoría de equipos de la escuela ¿Estoy en lo correcto? -preguntó con seriedad-.

Rainbow Dash: Así es -dijo con desconfianza-.

Demian: Bien, aceptaré tu duelo, a cambio de que tú y todos tus equipos se postren ante mi y me juren lealtad -dijo enviándole una mirada gélida a la chica, quien se miraba en conflicto, por un lado, podría enfrentar al príncipe de la escuela y coronarse como a mejor, por otro, tendría que obligar a sus equipos a obedecer al pelinegro-.

Rainbow Dash: Te juraré lealtad y dejaremos que los demás decidan si quieren o no seguirme -dijo seriamente, no arrastraría a sus equipos por un capricho suyo-.

Demian: Bien -dijo estrechando la mano de la peliarcoiris, con una sonrisa que no auguraba nada bueno- Nuestro duelo tendrá lugar en el gimnasio después de clases, como una formalidad, dejaré que elijas como nos enfrentaremos, hasta entonces... De rodillas.

Una sensación de frío inundó el lugar, poniendo nerviosa a la peliarcoiris, pues no esperaba que el chico quisiera que se postrara allí, frente a toda la escuela, pero fiel a su palabra, se armó de valor y lentamente se hinco sobre una rodilla, bajando la cabeza y aceptando al joven frente a ella como su superior.

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Toda la escuela estaba reunida en el gimnasio, listos para presenciar el duelo que se llevaría a cabo, el deporte elegido, fútbol, las porterías habían sido colocadas y los competidores se encontraban uno frente a otro, la chica con su ropa deportiva, haciendo estiramientos y calentamientos, y el chico, con su ropa de siempre, una mirada serena y un libro con los reglamentos básicos del deporte.

Rainbow Dash: Bien, las reglas serán simples, como es uno contra uno, ganará el primero en anotar cinco goles en la portería del otro -dijo haciendo dominadas con el balón, pateándolo repentinamente hacia la portería, intentando anotar, pero el pelinegro lo interceptó rápidamente, redirigiéndolo de una patada hacia la portería de la chica-.

Demian: Uno a cero -dijo con arrogancia-.

Durante mas de media hora, ambos compitieron en un partido unilateral, donde el pelinegro tenía total ventaja sobre la choca, era mas ágil, mas rápido, mas fuerte, pero sobre todo, era mas inteligente, realizando fintas y estrategias que confundían a la peliarcoiris, que no entendía como estaba perdiendo ante alguien que hasta hace no mucho, apenas esta aprendiéndose el reglamento.

Demian: Y con este son Cinco a Cero, yo gano -dijo y todos en el lugar vitorearon el triunfo de su señor-.

Rainbow Dash: ¡Quiero la revancha!

Demian: No lo creo, vencí justamente y obtuve lo que quería, ya no hay razón para volver a competir contigo -dijo con calma acercándose al oído de la chica- a menos que desees entregarte a mi en cuerpo y alma.

La chica retrocedió con molestia, ganando una ligera risa del chico, no se trataba de una broma, estaba hablando totalmente en serio, pero ella nunca se rebajaría a tal punto, por lo que con ira y asco, se retiró del lugar, jurando que obtendría su revancha algún día.

Mientras tanto, el pelinegro miraba su mano con curiosidad, viendo como uno de sus anillos, desprendía un ligero brillo rojo, que desapareció cuando la peliarcoiris abandonó el lugar.

Al parecer encontramos a otra ¿Crees que Rarity accederá a enseñarle?

Demian: Lo hará -dijo seriamente- confío en ella.

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Rarity: ¡PERO POR SUPUESTO QUE NO! -negó rotundamente- Entiendo que esto sea importante para usted, pero no puedo simplemente enseñarle a alguien como ella, aún no estoy lista, Rainbow Dash es alguien que quiere obtener todo de la manera mas rápida, intentar hacer que estudie es como intentar enseñarle a un perro a comer chocolate, hará lo posible por probarlo aunque eso lo mate.

Demian: Me gusta tu analogía, y viendo su actitud del día de hoy, encontré la forma de hacer que su enseñanza sea mucho mas fácil para ti -dijo confiado- lo que debes hacer es...

El príncipe de Canterlot HighDonde viven las historias. Descúbrelo ahora