2. Sin nadie que pueda consolar a este corazón desahuciado.

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Empecé a buscar cuarto por cuarto, eran solo hombres, muertos, armas, pero no encontré a Maggie. Al final del pasillo, una última puerta, miré detrás mío y no había nadie, tomé mi arma y abrí, entré, enseguida un puñetazo dió a mi cara y caí, apunté y una chica tapaba su busto desnudo con sus brazos y lloraba.

—¿Maggie?

Lloró más fuerte, enojada.

—No vengo a hacerte daño, conocí a tu novio, el asiático.

Me puse de pie, poco a poco bajé el arma.

—¿Cómo te llamas?

Dijo entre sollozos.

—No es importante ahora. Toma.

Me quité una playera, debajo tenía una playera de tirantes, pero era mejor eso a nada.

La tomó, y me pudo ver a los ojos.

—¿Conociste a Glenn?

—Ni idea, es asiático, me dijo que eras su novia. Los ayudaré a salir de aquí.

Le expliqué brevemente la razón de porqué tenía que irme junto a mi madre.

—Tengo que irme, en un rato más vengo por ustedes, debo buscar a mi madre, no tardaré.

—Debes darme un arma.— dijo Maggie.

Dudé. Le cedí un cuchillo.

—Gracias. No te arrepentirás.— respondió.

Tiempo después empecé a escuchar disparos y gritos, salí a las calles, había humo por todas partes.

—¡Ve a cuidar al asiático! Vienen por él.— me gritó Merle a lo lejos, me asusté y corrí a buscar a Glenn.

Entré y había gente corriendo, disparando, al entrar a aquel cuarto, la pareja ya estaban juntos. Los iba a sacar cuando sentí un arma en mi nuca.

—Atrás.— escuché.

—Rick, es buena, ella nos sacaría de aquí.— logró decir Glenn, pues estaba muy mal herido.

—No confío en estas personas. Vámonos.

Con mis manos arriba dejé que salieran, cuando lograron huir del cuarto dejaron de apuntarme, sin ver a nadie, excepto Glenn y Maggie,  todos se fueron. Esperé y entonces corrí a mi casa. Busqué a mi madre pero no la encontré, una carta encima de la mesa.

Queta,
Huí como me pediste, Michonne vino por mi y me llevará a una prisión, dijo que son buenas personas, en cuanto llegues ahí nos iremos las tres juntas, no busques a Andrea, no tiene caso.

No mueras. Te amo.

Guardé la nota del en la bolsa de mi pantalón, salí de casa y al abrir la puerta estaba el Gobernador.

—Phillip, ¿qué haces aquí?

—¿No me dejarás pasar?— preguntó.

—Sabes que mi madre me prohibió verte, en cualquier momento podría entrar y entonces ella..— no me dejó terminar mi oración. Entró bruscamente a la casa.

—Adelante, que modales.— dije sarcásticamente, cerré la puerta detrás de mí.

Dejó sus armas en la mesa, tomó su cara con ambas manos y me miró fijamente.

—Por favor, no lo hagas más difícil, dime a dónde fue Michonne con tu madre.

—¿Mi madre?

—Se fue con Michonne y un grupo de personas, huyeron junto a los prisioneros que trajo Merle.

Lo Prohibido || Rick G. & TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora